La Obesidad infantil en el mundo y especialmente en Chile es uno de los problemas de salud pública más graves y urgentes de nuestra sociedad. Según datos de la JUNAEB (Mapa Nutricional 2022), más del 50% de los niños de prekínder, kínder y primero básico presenta malnutrición por exceso, siendo Chile uno de los países de la OCDE con mayores tasas de obesidad infantil, siendo el más alto de Latinoamérica. Este panorama no solo impacta la salud física y emocional de los menores, sino también la sostenibilidad del sistema sanitario y la calidad de vida futura de toda la población. En este contexto, surge una pregunta clave: ¿qué responsabilidad tienen los profesionales gastronómicos y la industria alimentaria en revertir esta tendencia en los próximos diez años?
- La responsabilidad de los cocineros y profesionales gastronómicos.
Los chefs y cocineros no solo alimentan, también educan y transmiten cultura. En los próximos diez años su rol debe ir más allá de la técnica culinaria para convertirse en agentes de cambio en hábitos alimenticios, tanto en restaurantes como en colegios, medios de comunicación y comunidades:
Enseñar con el ejemplo: promover menús equilibrados, sabrosos y accesibles. Revalorizar productos locales y frescos: destacar frutas, verduras, legumbres y granos chilenos en las cartas, sustituyendo ultraprocesados. Participar en la educación escolar: colaborando en programas de alimentación sustentable, huertos y talleres de cocina para niños y apoderados.
Visibilizar la alimentación como derecho: impulsar proyectos sociales que acerquen la cocina saludable a sectores vulnerables. El futuro exige chefs comprometidos con la gastronomía social, no solo con la alta cocina.
- El rol de la industria alimentaria
La industria es uno de los grandes responsables del escenario actual, debido a la fuerte presencia de alimentos ultraprocesados en la dieta infantil. Sin embargo, en los próximos diez años se enfrenta a un punto de inflexión:
Reformulación obligatoria: reducir azúcares, grasas saturadas y sodio en sus productos. Innovación responsable: invertir en líneas de alimentos saludables y accesibles, especialmente pensadas para el público infantil. Transparencia y marketing ético: evitar la publicidad engañosa o dirigida a niños, privilegiando información clara y educación nutricional. Colaboración público-privada: trabajar junto al Estado y la sociedad civil en programas de prevención de obesidad y en políticas públicas de largo plazo. La industria que no se adapte será duramente cuestionada por consumidores cada vez más conscientes.
- Políticas públicas y tendencias alimentarias
Chile ya ha avanzado con medidas como la Ley de Etiquetado de Alimentos y los sellos negros, que han reducido el consumo de productos altos en azúcar. Sin embargo, falta fortalecer:
Programas de alimentación escolar (PAE de JUNAEB), con menús más nutritivos, menos ultraprocesados y más productos frescos locales. Huertos escolares y comunitarios, como herramienta educativa permanente. Incentivos económicos para productores locales que abastezcan a colegios y casinos. Alianzas con chefs para que la cocina educativa y saludable sea atractiva para los niños.
- Una mirada hacia el 2035
De aquí a 10 años, Chile debe tomar un solo camino:
Compromiso colectivo: lograr que chefs, escuelas, industria, familias y Estado trabajen juntos para instalar una cultura alimentaria sana y sustentable y evitar los altos índices de obesidad infantil. El futuro de la gastronomía chilena no estará solo en sus restaurantes más premiados, sino en su capacidad de transformar los hábitos alimenticios de las nuevas generaciones.
La obesidad infantil no es un problema exclusivo de nutricionistas o del Ministerio de Salud. Es un desafío transversal donde los profesionales gastronómicos y la industria alimentaria deben asumir un rol protagónico. Su responsabilidad es enorme: crear experiencias culinarias que eduquen, inspiren y cuiden la salud de los niños, garantizando que en los próximos diez años la mesa chilena sea sinónimo de bienestar, diversidad y sustentabilidad. Es tarea de todos comenzar con el cambio.