Tierra que sorprende, la Región de Antofagasta no solamente se disfruta gracias a un paisaje sobrecogedor marcado por una extensa costa de cálidas aguas o por los majestuosos escenarios desérticos y altiplánicos que reinan hacia el interior. Aquí también hay historia, patrimonio y aventura, se trata de un territorio en el que destacan la cultura de pueblos originarios, los cielos despejados que persiguen científicos y dan vida al astroturismo, la gastronomía propia que surge de un suelo y gente únicos, todo aquello entre innumerables atractivos naturales y urbanos.
La lista de valores locales es extensa, sin duda, y es en esta que se basa el proyecto de Sernatur y el Gobierno Regional para la Ejecución del Plan de Turismo sustentable Regional 2019-2022, vinculado a Estrategia Regional de Desarrollo Económico, Región de Antofagasta, un programa que está cambiando la personalidad con la que este destino se presenta actualmente ante Chile y el mundo.
La labor incluye renovada imagen de esta tierra para proyectarla en el tiempo y más allá de sus límites geográficos. Todo se está haciendo con la intención de dar a conocer todos los elementos propios del territorio en cuestión, permitiendo destacarlos como claves de diferenciación y como sus símbolos de identidad capaces de orientar hacia un futuro con mayores oportunidades.
El trabajo de comunicación, que fue aprobado por el Consejo Regional de Antofagasta e impulsado desde el Servicio Nacional de Turismo Región de Antofagasta, se enmarca en el Plan de Turismo sustentable Regional 2019-2022, vinculado a Estrategia Regional de Desarrollo Económico, Región de Antofagasta, un instrumento público de planificación para el desarrollo del sector turístico que, desde la perspectiva de la sustentabilidad, orienta sus tareas hacia la creación de lazos permanentes con los actores determinantes del territorio, consolidando con ello mejores condiciones y oportunidades de su crecimiento material y humano en el afán de aportar también en su estructura de competitividad.
Desde esta mirada, para la gestión regional, el turismo se posiciona como un área clave del crecimiento económico, siempre resguardando, protegiendo y preservando el ambiente y sus ecosistemas, también generando ocasiones reales de ampliación de las capacidades para los habitantes locales y aumento sostenido, tanto de sus oportunidades como de su bienestar y progreso. Asimismo, en los lineamientos del programa está presente la idea de profundizar en procesos de evolución económica y social, permitiendo de este modo reducir brechas territoriales y sectoriales, impulsando también destinos consolidados y aquellos definidos como emergentes.
EL CARÁCTER DE UNA TIERRA
A través de un dedicado trabajo que incluyó recopilación de antecedentes y posicionamiento de productos y mercados, además de levantamiento de opiniones internas y externas, la Ejecución del Plan de Turismo sustentable Regional 2019-2022, vinculado a Estrategia Regional de Desarrollo Económico, Región de Antofagasta, está permitiendo que, hoy por hoy, al hablar de este territorio lo que estemos haciendo es referirse a una verdadera marca, sinónimo de experiencias, de explorar en un escenario de fascinantes desiertos dibujados y cielo infinito en el que es posible viajar por el universo. Describirlo se convierte, entonces, en una cautivante invitación, sobre todo, porque –cabe recalcar– aquí se encuentra patrimonio, un territorio único en Chile, un lugar que atrapa con sus culturas ancestrales y la calidez de su pueblo, por supuesto, también con un paisaje protagonizado por volcanes, quebradas, termas naturales, géiser y alturas andinas.
Desde el proyecto elaborado por Sernatur y respaldado por el Gobierno Regional se enfatiza en la naturaleza de la región, destacándola como la vasta tierra del Desierto de Atacama donde luce la Cordillera de los Andes y el altiplano, mientras el Océano Pacífico sobresale en su inmensidad con monumentos naturales como La Portada, todo bajo cielos que parecen eternos y noches despejadas iluminadas por luces estelares.
La impresión de sentir el universo sobre nosotros es una de las sensaciones que también determinan el concepto de esta región. A esa inmensidad se suman la magia que se encuentra, por ejemplo, en San Pedro de Atacama y las emociones infinitas que inspiran a los aventureros que avanzan desde el borde costero hacia el Altiplano y los volcanes, andando entre salares y lagunas. En la misma línea, se une la experiencia que brinda adentrarse en las culturas locales, ya sea la de los pueblos atacameño, aymará o quechua, la de los changos en la zona costera o la inmigrante y la urbana; todas ellas son autoras de un relato cuyo legado es historia y futuro.
Con todo lo anterior, hoy sabemos que la Región de Antofagasta es mucho más que un destino, se trata de un verdadero universo que se revela, un mundo de tradición viva, aventura, naturaleza, espacios de descanso y recreación, potentes relatos, sabores tradicionales y vanguardistas, patrimonio y, en definitiva, una tierra de múltiples oportunidades.