Con la llegada de la pandemia, muchas empresas ligadas al rubro de la alimentación y servicio debieron enfrentarse a tomar medidas difíciles para poder seguir adelante. En algunos casos, estas no fueron suficientes y el cierre de sus operaciones fue inminente.
Sin embargo, para Relkon, una empresa familiar creada en 1975 por los hermanos Roberto, Eduardo y Luis Kohn –de cuyas iniciales proviene el nombre de la misma– la situación estuvo lejos de ser algo nunca antes visto, sino más bien se trató de un nuevo desafío en una historia llena de experiencias, que se arrastra por casi 50 años.
“Más que nada, la pandemia significó cambiar algunos procesos y actualizar otras cosas por aumento de demanda y por un tema sanitario”, explica el gerente de finanzas y adquisiciones Jorge Romero. “Hay que pensar que hay muchas empresas asociadas al rubro de la alimentación que ya no existen debido a ella, y además sumado el impacto de la crisis social”.
CRISIS Y OPORTUNIDAD
Dedicados durante cinco décadas a la producción y envasado de porcionados para el canal Horeca, los hermanos Kohn cuentan con un caudal de experiencia envidiable. Presenciando en Estados Unidos el impacto del uso de sachets en la industria a mediados de los años setenta, decidieron traer la idea a nuestro país.
Comenzaron sus funciones importando y, luego, tras la crisis del albor de los ochenta, decidieron fabricar ellos mismos sus productos. He aquí el primer atisbo de cómo, en su mentalidad, el conflicto es capaz de generar opciones de crecimiento y oportunidades. “Una crisis se transforma en una gran oportunidad, pero para que sea así se debe manejar con mucha decisión”.
Esa actitud de parte de los dueños y socios –entre los cuales el promedio de edad está entre los sesenta y setenta años, con la edad del presidente del directorio incluso cercando las diez décadas– fue la que causó gran impacto en Jorge. “Esta crisis no la esperaba nadie, y fue un desafío bien grande. Lo complejo fue manejar la expectación al inicio de las cuarentenas, en marzo de 2020. Pero se tomaron posiciones tanto en el tema de producción como financiero”.
Dedicados durante cinco décadas a la producción y envasado de porcionados para el canal Horeca, los hermanos Kohn cuentan con un caudal de experiencia envidiable
En un comienzo, la empresa barajó acogerse a las opciones entregadas por el gobierno como medidas de subsistencia, incluyendo las opciones de suspensión de contratos y rebaja de jornadas laborales, “restringiéndonos, porque no sabíamos lo que en realidad iba a suceder. Pero los dueños, que son gente de bastante experiencia y han vivido bastantes crisis –contando las de los años setenta, las quiebras de los años ochenta, la crisis asiática del año noventa y siete y la última que se produjo el dos mil siete– tomaron posición y empezaron a ejecutar algunos planes para ver cómo era posible resolver la situación”.
SUERTE Y ACCIÓN
“Ya avanzando la pandemia nos dimos cuenta de que en la industria de alimentos la demanda aumentó, dado que había mucha incertidumbre y por consiguiente la gente se provisionaba de alimentos. Ello hizo que nuestra demanda aumentara considerablemente”, comenta Jorge.
En el marco de un canal Horeca que requería, a raíz de las medidas sanitarias y protocolos de reducción de contagio, contar con productos de uso individual y reducir la contaminación y el contagio de los clientes finales, los porcionados de Relkon se posicionaron como un producto a la medida de la situación.
“Ya no se compartía la sal, el aceite, o el azúcar. Ya no se utilizaban las alcuzas clásicas y empezó todo el mundo a demandar los sachets envasados, como lo que nosotros hacemos. Todo ello hizo repensar los planes financieros. Finalmente, no se le suspendió contrato a nadie ni se bajaron jornadas, ya que teníamos una demanda ostensible. Al contrario, necesitábamos más mano de obra, y más gente. Y eso también implicaba una transformación del área productiva para acomodarnos a cualquier posible contagio. Eso significó un reordenamiento y los socios accionistas y dueños conversaron con las unidades específicas”, sentencia Jorge.
Al aumentar la demanda, se debió contar con más maquinaria en la planta e implementar más turnos. “Todo acorde a lo que nuestros clientes requerían: los restaurantes y cafés, y ahora el aumento de pedidos por parte de los servicios de delivery, sumando también a las clínicas y residencias sanitarias. Muchos hoteles pasaron a ser residencias sanitarias y necesitaban la alimentación en mini porcionados para los pacientes. Eso nos llevó a reinventarnos completamente”.
LA SAL DEL MUNDO
Según Jorge, en general, la sal, el azúcar, el aceite y la vinagreta aumentaron en demanda. Los sachets de mayonesa, ketchup, mostaza, ya se ocupaban mucho en los restaurantes de comida rápida, pero en el caso particular del azúcar el uso masivo de los azucareros debió ser reemplazado por una opción que redujera el riesgo de contagio, por lo cual los porcionados fueron fundamentales.
“Por ello, máquinas que estaban destinadas a envasar cierto tipo de productos hubo que acondicionarlas para envasar mucha más sal, más azúcar, más aceite, y en particular aceite de oliva y la vinagreta”.
En el marco de un canal Horeca que requería, a raíz de las medidas sanitarias y protocolos de reducción de contagio, contar con productos de uso individual y reducir la contaminación y el contagio de los clientes finales, los porcionados de Relkon se posicionaron como un producto a la medida de la situación
Pero, para Jorge, la oportunidad de crecimiento por sí sola no fue la única clave para que Relkon sobreviviera a la contingencia. La paciencia y la capacidad de transmitir calma a los trabajadores y a todas las unidades fue primordial, cambiando el foco de planificación. “Los directores y los socios dijeron que fuéramos avanzando paso a paso. Si antes nos planificábamos para seis meses, ahora vamos de semana en semana, o dos semanas, a lo más”.
Se trata de un equilibrio delicado entre actitud parsimoniosa y capacidad de decisión que, para Jorge, es inspiradora. “Lo primero que destaco es que ellos tienen una calma que es increíble, admirable. Nos transmitían mucha paz aunque ellos también tenían incertidumbre y no sabían qué iba a pasar…nadie lo sabía, en realidad. Lo segundo es que las medidas que tomaron fueron acordes a lo que habían vivido antes en ocasiones similares, en donde lo primero es ser capaz de tomar una posición. Lo que hay hacer es transmitir tranquilidad a los colaboradores para que estén tranquilos y también cuidar mucho la caja, porque las empresas no quiebran por falta de futuro, sino que por falta de solvencia en el corto plazo”.
PORCIÓN DE EXPERIENCIA
Haciéndose cargo del aumento de la demanda, en Relkon se verificó todo, se redujeron algunas unidades, y se decidió responder de manera acorde. “Fue clave la paciencia y tomar medidas concretas, evaluar por semana, y enviar a la gente con riesgo a trabajar desde casa con teletrabajo. En resumen, se cambió el modelo en una empresa donde casi todos estaban en formato presencial, y sobre todo en lo que respecta a la fábrica”, añade Jorge. “Y cuidar la fábrica, que es lo que produce nuestro producto terminado y que es lo que permite subsistir a través del tiempo”.
Para el gerente de finanzas y adquisiciones, fue la experiencia de haber vivido situaciones difíciles anteriormente la que les dio a los dueños y socios la capacidad de tomar medidas adecuadas. “Y es que todas las medidas son buenas, la diferencia es tomarlas tarde o temprano”.
En cuanto a los productos fabricados actualmente por Relkon, todos se encuentran en la canasta básica de alimentación, con una estabilidad en lo que respecta a las mermeladas y mantequillas, y un aumento en el aceite de oliva y la stevia, ambos considerados más saludables y cuyo consumo aumentó en un 78%, aproximadamente.
Otro factor clave, es mantenerse en competencia. “Eso nos permite una mejora continua. Por lo mismo, intentamos mejorar siempre la palatabilidad de los productos y en cuanto a automatización de los servicios de transporte y envasado. Verificar cadenas de frío e incluso implementar apertura de puertas en la zona productiva a base de sensores de movimiento”.
En cuanto a los productos fabricados actualmente por Relkon, todos se encuentran en la canasta básica de alimentación, con una estabilidad en lo que respecta a las mermeladas y mantequillas, y un aumento en el aceite de oliva y la stevia, ambos considerados más saludables y cuyo consumo aumentó en un 78%, aproximadamente
Más allá, Jorge es categórico al destacar que no solo se trata de que los porcionados de Relkon contribuyan por definición a reducir la manipulación y contagio en el sector alimentario, sino que, además, los porcionados están dosificados de acuerdo con la legislación sanitaria. A fin de cuentas, no se trata solo de consumir sin riesgo, sino que también de consumir la cantidad adecuada. Todo con calma.