Claramente, para la mayoría de los chilenos, independiente de sus creencias religiosas, la Semana Santa tiene un sentido de reflexión y de compartir en familia. Se trata de una de las fiestas más esperadas por los niños, debido a la llegada de los tan anhelados huevitos, conejos, zanahorias, y de otros productos, todos ellos con un denominador en común: el chocolate.
Esta gran atracción que genera la llegada del conejito de pascua está avalada en el hecho que somos uno de los mayores consumidores de chocolates en la región. Chile es el país de América Latina que más chocolate consume por persona, con un promedio de 2,1 kg per cápita al año, muy por delante del segundo, Brasil, que consume 1,3 kg por persona. Sin embargo, estamos lejos de los principales países europeos. El ranking lo lidera Suiza, con 9 kilos per cápita al año; seguido por Bélgica, Reino Unido, Suecia, Países Bajos, y Francia.
De hecho, los días previos a esta fecha el comercio de chocolates se dispara, alcanzando un 300% más de ventas que en días normales, según detallan los expertos. Incluso, un estudio realizado por ICEX señala que el consumo de Semana Santa representa el 10% de los ingresos totales de esta industria durante el año en Chile.
Sabor y tradición
Si bien los chocolates en Pascua de Resurrección son una tradición muy antigua, sus formas de consumo han evolucionado. De acuerdo al estudio “Taste Tomorrow” la encuesta de consumidores de panadería, pastelería y chocolate más grande del mundo, realizada por Puratos a 17.500 consumidores en 40 países, el 62% de los chilenos privilegia el sabor por sobre el precio, el porcentaje de cacao y el tamaño de la porción cuando se trata de chocolate. El 78% los consumidores de chocolate prefiere los sabores tradicionales, aunque un 58% incluyó entre sus preferencias la posibilidad de encontrar sabores inusuales y exóticos (por ejemplo, combinaciones con naranja, con semillas de cilantro, con distintos picantes, tomate y hasta cerveza).
Antes, mientras más dulce fuera un chocolate mejor, ahora el panorama cambió y los chilenos buscan probar porcentajes elevados de cacao y alternativas más saludables como chocolates sin azúcar añadida. En los últimos cinco años, los chocolates amargos –correspondientes a productos con un 55% o más de cacao- han llegado a revolucionar nuestro país. De hecho, en Puratos señalan, se ha demostrado que mientras una persona más consume chocolate más va aprendiendo y buscando estos altos porcentajes.
“Hoy nuestra sociedad ha ganado experiencia en el consumo de chocolate y por consecuencia los consumidores tienen un paladar más sofisticado, generando que la industria chocolatera tenga que complacer e innovar constantemente para satisfacer las demandas y preferencias. Lo mismo sucede con los huevitos de pascua. Las personas buscan nuevos sabores y nuevas experiencias”, señala Agnes Abusleme, gerente de marketing de Puratos en Chile.
¿De dónde vienen los huevitos de chocolate?
La costumbre de regalar huevos de chocolate es universal y se remonta a tiempos ancestrales. Según la Iglesia católica, tiene su inicio en el siglo IV. Por aquel entonces, la religión no aconsejaba el consumo de huevos durante la Cuaresma. Como solución a la abundancia de los huevos no consumidos se regalaban el domingo de Resurrección.
Otras teorías, en cambio, afirman que la historia se remonta a la época egipcia. Esta versión sostiene que su origen proviene de la mitología con la historia del ave Fénix. Las distintas leyendas tienen como punto en común que el huevo y el conejo de Pascua están relacionados con la fertilidad.
Los huevos de chocolate, sin embargo, son una innovación de principios del siglo XIX en Francia y Alemania. Pero se trataba de huevos macizos que eran decorados con más chocolate o con flores de azúcar.
¿Cuánto chocolate consumir en Semana Santa?
Cuánto chocolate consumir en Semana Santa depende básicamente del sexo y edad de la persona y del tamaño e ingredientes del chocolate. Pero si consideramos huevitos pequeños de los que se encuentran en el supermercado, para un niño de 5 años, la porción adecuada sería 4 unidades pequeñas. En el caso de los adultos, es de unos diez del mismo tamaño. Lo anterior, teniendo en cuenta las recomendaciones de consumo de azúcar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del contenido de azúcar, entre otros nutrientes que contenga el chocolate.