Más allá de instalaciones como una piscina o un restaurante, cada hotel es, en esencia, un refugio de viajeros que buscan seguridad y tranquilidad para pasar la noche fuera de casa. “Cuando estamos en una habitación, lo que se pretende es el descanso en una cama donde estamos en contacto con sábanas que deben transmitirnos la seguridad y tranquilidad que el recinto nos quiere vender”, dice Roser Zapata, experta en negocios de lavandería para Girbau Beyond Laundry, empresa familiar que durante tres generaciones se ha dedicado a la fabricación de equipos de lavandería teniendo en su corazón la hospitalidad.
Cabe mencionar que la firma surgió para dar servicio a los hoteles españoles y hoy cuenta con seis centros de producción, filiales directas en 16 países y presencia de sus máquinas en más de 130 naciones, la mayoría de las veces, a través de distribuidores, caso de nuestro país donde Intertrade Chile tiene la representación y brinda el respaldo técnico con el que a Girbau le interesa trabajar.
Roser Zapata trabaja hace 25 años en la empresa, viene de una familia vinculada a la industria de tejidos y, previo a integrarse a Girbau, trabajó en un laboratorio textil. Su actual labor atiende procesos de máquinas y lavandería, teniendo una completa perspectiva de qué pasa con los textiles, la química y las lavadoras. Gracias a su amplia visión de la industria comenta con propiedad que las telas han experimentado grandes modificaciones en los últimos años, hablamos de una evolución hacia elementos mucho más sostenibles, regenerados del algodón y la eliminación de poliéster, al menos, como los hemos conocido hasta ahora. “Todo eso repercute en el lavado y en las necesidades que tenemos de la maquinaria. Por ejemplo, estamos lavando a menor temperatura que antes, algo que influye en cómo la máquina se debe adaptar a esas necesidades”, detalla.
“Cuando estamos en una habitación, lo que se pretende es el descanso en una cama donde estamos en contacto con sábanas que deben transmitirnos la seguridad y tranquilidad que el recinto nos quiere vender”, dice Roser Zapata, experta en negocios de lavandería para Girbau Beyond Laundry.
Concretando la consigna de la empresa en torno a ir más allá del lavado, Roser Zapata se dedica a visitar lavanderías alrededor del mundo para brindar asesorías y hacer que estos espacios sean rentables y eficientes o eficaces para un negocio. El foco está en mercados muy maduros, en los hoteles: “Visitamos la lavandería para después hacer un diagnóstico y un plan de implantación del diagnóstico.
Una lavandería es una entidad productiva y como tal tiene flujo de trabajo. La gente tiene que saber dónde se pone la ropa sucia, qué hacemos cuando sale de la lavadora, etc. Entonces, después del diagnóstico hacemos formación sobre estas áreas. Lo importante es hacer ver que la lavandería no solamente es un centro de gastos, es un centro de marca; asimismo, debemos lograr que el gasto de lavandería sea neutro o mínimo”.

CONOCIMIENTO
La frase más recurrente que escucha la experta en negocios de lavandería de Girbau cuando visita un hotel para asesorar su sistema de lavandería es: me falta una lavadora. Sin embargo, muchas veces, lo que realmente se requiere es organización, un valor etéreo pero fundamental para alcanzar la eficiencia.
¿Cuántos trabajadores se requieren? Esta es una interrogante que va en la misma línea. “Siempre se busca el valor de productividad media. Una lavandería de hotel debería estar en torno a los 35 kg hora persona. Con la asesoría podemos saber si hay mucha o poca gente y dónde se necesitan”, detalla Roser Zapata.
Lo cierto es que son diversas las variantes que atender para hacer eficiente y rentabilizar la lavandería hotelera. Y un factor que no se puede desatender a juicio de la experta es el conocimiento. “Cuando voy a un hotel, la primera pregunta que hago es: ¿cuántos kilos lavan? Y la respuesta se suele desconocer. Entonces, cómo hacer eficiente una actividad si no sé el valor de partida”, advierte.
Cabe mencionar que la firma surgió para dar servicio a los hoteles españoles y hoy cuenta con seis centros de producción, filiales directas en 16 países y presencia de sus máquinas en más de 130 naciones, la mayoría de las veces, a través de distribuidores, caso de nuestro país donde Intertrade Chile tiene la representación y brinda el respaldo técnico con el que a Girbau le interesa trabajar.
Zapata explica que se hace necesario saber lo que ocurre en la sala de lavado, es decir, lo que se lava, lo que entra, lo que sale. Y para esto se puede aprovechar la tecnología de los equipos modernos, donde lavadoras secadoras y planchas pueden estar conectadas a internet y resulta posible cuantificar los procesos. De esta manera se pueden hacer cálculos de uso y así proyecciones. «Usamos la conectividad para hacer ciertas operaciones de las máquinas y, sobre todo, para conocer cómo están operando. Aparte de saber qué alarmas o averías existen, es factible hacer cambios directamente sobre las programaciones de manera remota, y eso es tiempo que se ahorra. También podemos analizar el comportamiento de cada lavandería”, explica la experta.
ORDEN Y SOSTENIBILIDAD
Gestionar es otro de los principales valores para tener en cuenta en la tarea de hacer más rentable una lavandería, y esto implica, básicamente, ordenarla y considerarla parte importante de la estructura de operación en cualquier hotel.
Reducir consumo energético también es clave, por ejemplo, al utilizar equipos modernos que permitan ahorro gracias a su rapidez y eficiencia, en general. Roser Zapata lo destaca particularmente: “Esto es esencial en el presente. Todos quienes no estemos comprometidos con el medio ambiente, no estaremos en el futuro. El futuro del turismo pasa por tener prácticas sostenibles.
En Girbau, hemos creado sistemas de reutilización de aguas, desde lo más básico, como recoger el agua del aclarado para usarla en lavado posterior –donde el ahorro es 30%–, hasta sistemas muy complejos con filtraje general del agua y ahorro de hasta 85%. También hay sistemas de recuperación de energía, filtraje de microplásticos del agua de salida y uso de cartón o papel para envases”.
“Lo importante es hacer ver que la lavandería no solamente es un centro de gastos, es un centro de marca; asimismo, debemos lograr que el gasto de lavandería sea neutro o mínimo”.
DIVERSIFICACIÓN Y RENTABILIDAD
Si ya se ha trabajado en conocer el funcionamiento de la lavandería, se ha ajustado, reducido, conocido y gestionado la operación, ¿qué más se puede hacer para favorecer su rentabilidad? La respuesta es convertirla en un centro de beneficios y no de costos. Diversificar u otorgar más servicios a los clientes es un buen camino, lo mismo rentabilizar espacio con pequeñas lavanderías de autoservicio para que los huéspedes que quieran la usen. Roser Zapata lo describe muy bien con este caso: un hotel que antes tenía un lobby con un bar al que no podía entrar nadie que no se hospedara en sus instalaciones, cambia de estrategia y se convierte en un espacio abierto para que también entre público externo a desayunar, tomar un café o disfrutar un trago. “Si puedo rentabilizarlo, añado valor”, resume.

La especialista agrega que eso es replicable a la mayoría de los espacios o servicios. En el caso de una lavandería, tenerla para lavar la ropa que pida el cliente suele ser caro, porque si se tienen 200 huéspedes, puede ser que solamente se laven cuatro camisas. Pero crear una lavandería con dos máquinas destinadas para esa necesidad, donde los pasajeros la operan, es algo diferente; y puede incluir estrategias como la de ser un servicio que, como gentileza, contemple el regalo de una ficha para el primer uso; a partir de entonces se paga. “No se puede hacer gratis porque tiene un costo, pero sí se integra como una cortesía”, dice Zapata.
En Estados Unidos, este concepto de la lavandería para servicio de huéspedes es ampliamente extendido: casi todos los hoteles tienen una sala con un par de lavadoras y secadoras donde el cliente lava lo que necesita. Se asemeja al hecho de brindar un secador de pelo en la habitación. Lo interesante es que todo esto se puede contemplar, además, en la promoción del hotel, tal como recomienda la especialista española. ¿De qué manera? Un ejemplo decidor sirve como respuesta: cuando se trata de un hotel para público corporativo, al tiempo que se recalcan puntos fuertes, como los espacios de cowork y el internet de alta velocidad, favorece resaltar la lavandería en tanto servicio útil para viajeros que portan poco equipaje, es decir, mostrarla como una ayuda para la estadía y complemento para otros servicios que se ofrece. En definitiva, la clave está en transformar la lavandería en una ventaja competitiva, integrándola en la experiencia del público objetivo y comunicándola como parte del valor del hotel.


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