Con 10 años de trayectoria abasteciendo los mejores restaurantes y hoteles del país, El Conejo Feliz ofrece conejos de no más de 70 días de vida, libres de hormonas y antibióticos, de carne tierna, suave al paladar y de un sabor sin igual, criados bajo exigentes estándares de bienestar animal. “Nuestras grandes fortalezas son que trabajamos un producto orgánico, que no existe a nivel internacional, porque en Europa los conejos tienen una alta tasa de fármacos y antibióticos, no así los nuestros”, señala Fanny, cofundadora de esta empresa que conmemora una década de existencia.
En sus palabras, “decidimos llamarle El Conejo Feliz porque viene de esa voluntad de tener un proceso 100% controlado y enfocado al respeto animal y a la vez para que el consumidor también sea feliz al consumir un producto excepcional”. Al mismo tiempo, Fanny cuenta que la marca también es una instancia para educar en torno a la cunicultura: “muchos piensan que los conejos deberían estar al aire libre y no en madrigueras, pero lo cierto es que en el medio abierto los conejos se estresan, se asustan y no sobreviven. El conejo no es un animal que viva en comunidad como las gallinas: su mejor lugar es un espacio tranquilo y por eso también el cuidado que ponemos en cada una de las etapas de su crianza”.
SOSTENIDO CRECIMIENTO
Nacida en Francia y amante del campo desde niña, Fanny llegó hace 10 años a Chile. Junto a su marido, Jorge Vlahovic, empezaron a criar conejos en su campo de Lampa para su propio consumo y poco a poco se fue corriendo la voz de la calidad de su producción entre la comunidad francesa, a quienes posteriormente se sumaron los chefs de los principales restaurantes de la capital.
“Empezamos a vender de a poco los primeros conejos y el boca a boca ayudó mucho”, recuerda la cofundadora de El Conejo Feliz, junto con destacar que el primer restaurant con que trabajaron fue el restaurante Le Bistrot del chef Gaëtan Eonet: “él nos empezó a pedir conejo porque no había alternativas de buena calidad y ahí pensamos que podría ser un nicho interesante para nosotros. Sumamos a Gabriel Castillo, ingeniero agrónomo especialista en cunicultura, como jefe de producción y con su apoyo comenzamos a pensar en la cunicultura como algo más profesional”.
Con 10 años de trayectoria abasteciendo los mejores restaurantes y hoteles del país, El Conejo Feliz ofrece conejos de no más de 70 días de vida, libres de hormonas y antibióticos, de carne tierna, suave al paladar y de un sabor sin igual, criados bajo exigentes estándares de bienestar animal.
Fue en ese momento cuando decidieron construir un matadero en su mismo campo de Lampa, con el fin de tener el control “de toda la cadena de producción, toda la trazabilidad, desde la inseminación artificial hasta la producción y la posterior entrega al cliente, con el fin de poder ofrecer un producto excepcional”, indica Fanny en conversación con Chef&Hotel desde su campo de 50 hectáreas ubicado en las afueras de Santiago, con más de 2.000 metros cuadrados de instalaciones donde se desarrollan todos los procesos y etapas de vida de los conejos.
Velando en todo momento por el bienestar animal, desarrollaron una línea especial de madrigueras según las necesidades de los conejos, mejorando el estándar europeo con un mayor tamaño, además de incorporar climatización, bebederos automatizados, chips de control para todos los reproductores, madres y ubicaciones, pisos sanitizados, instalaciones con control de temperatura y de humedad, reducción de ruido y adecuación de luz; además de segmentación física, lo que les permite aislar oportunamente poblaciones en riesgo e iniciar tratamientos de manera efectiva ante cualquier enfermedad.
Hoy cuentan con certificación HACCP y un equipo de 25 personas dedicadas tanto al cuidado y mantenimiento del campo como a la producción, lo que les permite garantizar prados libres de pesticidas, plaguicidas y de calidad extraordinaria. En esta misma línea, acaban de estrenar una nueva planta peletizadora, también ubicada en su mismo campo, donde producen pellet a base de alfalfa y avena de producción propia, con el que luego alimentan a sus conejos.
“Empezamos a vender de a poco los primeros conejos y el boca a boca ayudó mucho”, recuerda la cofundadora de El Conejo Feliz, junto con destacar que el primer restaurant con que trabajaron fue el restaurante Le Bistrot del chef Gaëtan Eonet
En palabras de Fanny, “estamos muy contentos por este paso, ahora con nuestros propios pellets el ciclo completo está en nuestras manos y controlamos todo. No es fácil, pero es un compromiso de trazabilidad que tenemos con nuestros consumidores y que para mi era fundamental: yo vengo de Francia, donde hay una cultura de compra local y al productor, saber cómo es producido el animal y hoy estamos en un mundo donde hay una real conciencia del bienestar animal y de la calidad de la alimentación; por eso siempre digo que no podemos producir animales si no lo hacemos bien”.
UN PRODUCTO PREMIUM
Tanto para el canal Horeca como para el consumidor final, El Conejo Feliz ofrece una amplia gama de cortes de carne de conejo criado en una economía circular, sustentable y no contaminante. “Para ambos segmentos ofrecemos los mismos productos que pueden encontrar en nuestra página web. Ahí también pueden ver las condiciones de despacho y nuestra área de cobertura”, agrega la cunicultora.
“Por temas de precio y de potencial en técnicas y sabor, generalmente los chefs nos compran el conejo entero y de ahí sacan múltiples preparaciones, sopas, platos, rellenar pastas, etc. También tenemos restaurantes que respetan las recetas tradicionales, como el conejo escabechado o a la mostaza y que prefieren solamente la pierna; otros nos compran el lomo para preparar arrollados, etcétera”. También tienen clientes en regiones, desde Valparaíso a Puerto Montt, hasta donde llegan cuidando toda la logística requerida para conservar la calidad de un producto congelado.
Hoy cuentan con certificación HACCP y un equipo de 25 personas dedicadas tanto al cuidado y mantenimiento del campo como a la producción, lo que les permite garantizar prados libres de pesticidas, plaguicidas y de calidad extraordinaria.
Para este año, el objetivo es duplicar la producción. “Hoy faenamos unos 200 conejos semanales y nuestra meta es llegar a los 400 a fin de año, con la misma infraestructura y calidad. Aún no tenemos la capacidad para exportar y llenar un container, pero soñamos con poder llevar nuestro producto a nuevos mercados”, explica la co-fundadora, al mismo tiempo que destaca la positiva recepción del producto en el mercado local.
En sus palabras, “estamos trabajando con muchos restaurantes, han llegado muchos clientes nuevos y estamos muy contentos por eso, desde locales de barrio hasta hoteles de lujo que nos eligen por calidad y servicio, junto con clientes particulares que nos compran a través de la web. Tenemos despacho a domicilio en toda la región Metropolitana y la V Región, también tenemos distribuidores y carnicerías premium donde van a encontrar nuestros productos y estamos abiertos, la gente puede venir a conocernos, a comprar directamente al campo y a ver la realidad de un cunicultor en Chile”.
El Conejo Feliz
Calle Puente Nuevo S/N, Parcela 13-A, LampaTeléfono: +569 3178 9654
Contacto: contacto@conejofeliz.cl
Instagram: @elconejofelizchile
Web: conejofeliz.cl