“La gente suele pensar que los colombianos sabemos de café por naturaleza, pero eso no es así”, asegura Pedro Ricardo, Campeón Nacional de Baristas 2022 y seleccionado para el World Barista Championship en Melbourne, intentando romper el estereotipo que, por suerte, le abrió las puertas a una convocatoria laboral en Juan Valdéz, en el año 2014. “Mi caso era precisamente ese. Yo no sabía mucho de café. Sabía lo básico: que en Colombia éramos exportadores y que teníamos el tercer puesto a nivel mundial, etc.”
Ingresando a la marca como barista, y tras una semana de entrenamiento, Pedro Ricardo tuvo el convencimiento de haber encontrado su pasión. “Supe que era un mundo bien fascinante y que yo podía hacer y obtener mucho, y así fue. Cuando me daban una pauta yo llegaba a la clase siguiente con dos o tres pautas más, porque investigaba demasiado”.
BARISTA
El flamante Campeón Nacional de Baristas de este año reconoce que fue tanto el entusiasmo que le invadió que al mes y medio ya le habían contratado en Juan Valdéz para ser el entrenador a nivel nacional. “Me enamoré del café, y eso para mí fue muy gratificante. Desde ahí empecé a ver los frutos de este mundo que me encantaba”.
Pero el café no es lo único que apasiona a Pedro Ricardo, y sus intereses se complementan a la perfección con el nivel de imaginación y desplante que se requiere para estructurar una rutina de campeonato. “Yo toco el acordeón y me gusta también pintar. En ese sentido creo que me ha beneficiado el ser capaz de enfrentarme a un público y tener delicadeza y arte con las manos. En el mundo del café, la creatividad se realiza con las manos y la demostramos con una figura, con una buena preparación. El café se debe manipular delicadamente”, explica.
Ya en sus clases iniciales de barismo, el campeón demostraba interés en la materia, investigando constantemente más allá de lo que se le enseñaba. “Me hablaban de que había dos especies, la arábica y la robusta. Y yo quería saber si había más y por mi cuenta llegué a la clase siguiente contando que existía la libérica. Estudié mucho, al punto de que el entrenador me tomó muchísimo respeto. Cuando él se fue, la Gerenta de Recursos Humanos me dio a mí la oportunidad de entrenar por mi interés y mi talento”.
El flamante Campeón Nacional de Baristas de este año reconoce que fue tanto el entusiasmo que le invadió que al mes y medio ya le habían contratado en Juan Valdéz para ser el entrenador a nivel nacional. “Me enamoré del café, y eso para mí fue muy gratificante. Desde ahí empecé a ver los frutos de este mundo que me encantaba”, explica Pedro Ricardo.
ENTRENADOR
En el siguiente paso, convertirse en entrenador nacional para Juan Valdéz, fue donde el nivel de exposición en público aumentó. Un momento para el cual Pedro Ricardo había estado preparándose indudablemente en su otra faceta, la artística. “Me llevaban a eventos, a exponer en público, a dar charlas; y a estudiar arte latte, investigar, y todo eso requirió de mucha constancia. Era el representante de la empresa”.
Tras tres años y medio en Juan Valdéz, y gracias a una de las charlas acerca del mundo del café en las que participó, el barista –ahora entrenador y representante– llama la atención de algunos de los altos cargos en Carozzi.
“Y ellos necesitaban una persona que les dirigiera dos marcas en cuanto a café, así que me llamaron para una reunión de oferta laboral en Bonafide y el Emporio La Rosa. Yo no quería salir de Juan Valdéz, porque mi intención era seguir aprendiendo. Pero la oferta fue bastante tentadora y me encontraba en una situación económica que ameritaba tomarla”.
En ambas marcas, Pedro Ricardo se enfrentó a estructurar protocolos de preparación en cafeterías donde no había nada. “Había que montar equipo de maquinaria y eran catorce cafeterías por una marca y veinticuatro por la otra. Yo me desarrollé y tuve un montón de experiencias gratas”. En el año 2019 se presentó al campeonato nacional por Bonafide, en la Expo Café, quedando en el quinto lugar. “Fue mi primera vez, y esa experiencia me quedó grabada. Me dije que tenía que lograr el primer lugar algún día, y me iba a esforzar por eso”.
Pedro tuvo claro el salto que era necesario para conseguirlo. “Yo sabía que en esa empresa no lo iba a lograr, porque no entendían el sacrificio que se necesita para eso. Son empresas donde aún tengo las puertas abiertas, pero hay un mundo que me apasiona todavía y es el café de especialidad y la excelencia en la preparación. En esas cafeterías comerciales eso no se puede llevar a cabo por rentabilidad, espacio, y tiempo”.
COMPETITIVO
Siempre inquieto, y tras tres años en Bonafide y Emporio La Rosa, Pedro Ricardo decide continuar con su profesionalización y comienza a estudiar tueste. “Nunca se termina de aprender en este mundo”, añade. “Cada vez que haces un curso de tueste pasa una semana y ya ese mundo cambió. Es un mundo gigante y el constante conocimiento hay que estarlo nutriendo. Así después aprendí de filtrados, catación y análisis sensorial”.
Encontrándose sin trabajo y viviendo de la música, por un encuentro fortuito cruza palabras con Rodrigo Jaeger, dueño de Señor K, con quién se ubicaba desde hace años. “Me preguntó si me iba a presentar al campeonato nuevamente y le dije que quería presentarme y hacer cosas grandes, pero que no tenía patrocinio ni dinero”.
A los tres días recibió una propuesta de Rodrigo, dispuesto a patrocinar si Pedro se presentaba por la marca Señor K. “Le dije que necesitaba ciertas cosas, catar, probar, y un buen entrenador. Alguien que te guíe con los movimientos de las manos, modulación de la voz, buena extracción, en cada paso. Desde cómo sirves el agua, cómo miras a los jueces, cómo sonríes, cómo pruebas el café, como calibrar, todo. Yo tengo un amigo personal que es Giovanni Largo y es la pieza clave. Lo conozco desde 2015 y el 2018 y representó a Colombia en Boston. Señor K le pagó la estancia todo este tiempo por ayudarme en el proceso de preparación, es un gran profesional y que aporta muchísimo, es un amigo de la vida”.
Por un encuentro fortuito cruza palabras con Rodrigo Jaeger, dueño de Señor K, con quién se ubicaba desde hace años. “Me preguntó si me iba a presentar al campeonato nuevamente y le dije que quería presentarme y hacer cosas grandes, pero que no tenía patrocinio ni dinero”. A los tres días recibió una propuesta de Rodrigo, dispuesto a patrocinarlo.
La rutina que el campeón exhibió en marzo recién pasado encapsulaba su visión sobre el rubro: mostrar un nivel de país competitivo “como Australia, EEUU, porque las rutinas que hacíamos los baristas acá siempre eran muy básicas. Para llegar a hacer algo profesional se necesita apoyo y tiempo. Y lo logré conseguir, presentamos una rutina en la que dejamos una vara bastante alta en cuanto a profesionalismo. Era lo que yo quería entregar al rubro. Más que ganar, me importaba mi aporte al rubro, con mi esfuerzo, tiempo y dedicación. Abandoné los fines de semana con mi familia, la música, todo por entrenar esa presentación. Fueron meses difíciles, pero logré el Primer Lugar en el Campeonato Nacional”.
ESPECIALIDAD
Al ganar el campeonato de la mano de Pedro Ricardo, Señor K se convirtió en la primera empresa comercial grande en ganar a nivel nacional. “Eso fue muy comentado. Esta no es una empresa donde yo siento que estoy trabajando, siento que me pagan por jugar, por hacer lo que me fascina”, explica el seleccionado para el World Barista Championship.
“Actualmente trabajo con Señor K haciendo apoyo a cierres de negocios grandes. No tenemos cafeterías, pero si van a cerrar un negocio de venta o de distribución yo voy y hago una preparación, una capacitación, o una charla técnica. El hecho de que yo sea el campeón da robustez al cierre de negocio”. Su contrato con la marca, aparte de ser el rostro ante los clientes, es dedicarse cien por ciento a la competencia. “Y la meta que tenemos como equipo en el Mundial no es ir a ganar, es aprender. E ir nuevamente, ganar el Nacional otra vez e ir al Mundial pero con todo”.
“Más que ganar, me importaba mi aporte al rubro, con mi esfuerzo, tiempo y dedicación. Abandoné los fines de semana con mi familia, la música, todo por entrenar esa presentación. Fueron meses difíciles, pero logré el Primer Lugar en el Campeonato Nacional”, comenta Pedro Ricardo.
Sobre el porqué Señor K logró competir con las cafeterías pequeñas de especialidad, Pedro Ricardo es claro: “En estos certámenes el fuerte de la puntuación y la calificación y lo que te catapulta como ganador son los sabores. Los cafés que se llevan tienen que ser exóticos para que den matices exóticos y ganadores. Pero cuando a las empresas comerciales y grandes, uno como competidor les dice que necesitas treinta y cinco kilos de un café que cuesta cinco millones de pesos chilenos sumando la importación y la nacionalización, ahí se cae todo el proceso. Las cafeterías de especialidad siempre se esmeraron por conseguir cafés exóticos y cuando se presentaban con una rutina bonita y sencilla, al momento de los jueces probar el café los puntos suben de inmediato”.
Por ello, Pedro recalca la diferencia entre encontrar un simple patrocinio y hallar una empresa donde se entienda la importancia de los sabores. “Encontrar sabores reales, frutales, que se sientan de verdad, naturales del café. Las cafeterías de especialidad se esmeraban por un buen café de competencia y las comerciales difícilmente lo hacían. Esta no es solo una empresa que quiere ser grande a nivel nacional e internacional, sino que quiere ser grande en toda su visión, agrandando la especialidad. El café lo es todo, el café es el protagonista”.
Pedro Ricardo
Barista de Café Señor K
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