85 años de dulce tradición familiar

Dulces Issa

85 años de dulce tradición familiar

Protagonistas de innumerables viajes y celebraciones, los tradicionales dulces de esta fábrica de Curacaví ahora también están disponibles en Las Condes, con una nueva sala de ventas desde la que reparten a diferentes comunas de la Región Metropolitana. “Estamos gratamente sorprendidos de la recepción de la gente y queremos seguir creciendo, potenciando el canal digital y ampliando el área de cobertura de los despachos a través de aplicaciones”, afirma Rocío Jiménez Mukarker, cuarta generación de la empresa y encargada de liderar el desembarco en la capital mientras su madre, Isabel Mukarker Rivas, supervisa atentamente cada uno de los detalles de su artesanal proceso de elaboración.

“Issa”, que en idioma árabe significa Salvador, fue el nombre que escogió Isabel Rivas Palacios para su fábrica familiar de dulces de Curacaví“Además de la repostería, a ella le encantaba la parte artística. Por eso, cuando quiso ponerle un nombre y diseñar un logo, no quería lo típico y como no le gustó el letrero que le habían hecho, ella misma lo diseñó con mucho color y la tipografía que hasta el día de hoy nos caracteriza”, rememora Isabel Mukarker Rivas, su hija y continuadora de la tradición familiar.

Los orígenes de Dulces Issa se remontan a 1937, cuando Carolina Palacios empezó a preparar los clásicos dulces chilenos en el sector de Lolenco. Su especialidad, además de los tradicionales alfajores chilenos cubiertos con merengue, también era el dulce de membrillo, elaborado con frutos de la zona y “que guardaban en una pieza oscura, para que no cambiara de color y durara todo el año”, recuerda Mukarker, nieta de Carolina.

Al enfermar su esposo Manuel Rivas González, Carolina y sus hijos migran al centro de Curacaví y los dueños del fundo le proponen que venda sus pasteles. En palabras de Isabel, “por ese entonces todo el tránsito pasaba por dentro del pueblo y no existía la carretera como hoy. Teníamos grandes hoteles dentro de Curacaví y era un punto de descanso obligado para el largo viaje hacia Valparaíso y Viña. Recuerdo que una familia amiga, los dueños de Andes Mar Bus, le ayudaron mucho a mi abuela a fomentar las ventas, al hacer parar los buses para comprar sus pasteles”.

 

DEDICACIÓN Y MUCHO TRABAJO

Tras cursar su enseñanza básica y media en las Monjas Carmelitas de Santiago y casarse con Salvador MukarkerIsabel Rivas Palacios, hija de Carolina, se dedicó de lleno a impulsar la empresa familiar. En 1957, por ejemplo, empezó a fabricar pastafrolas con dulce de membrillo, las que vendía en bandejas de cartón de 4 unidades. “Se demoró ocho años en juntar un millón de pesos y con eso compró la primera máquina para la fábrica, que en un principio le iban a poner Príncipe, sin embargo, al ver el letrero terminado decidió cambiarlo y llamarle Issa, que en árabe significa Salvador”, explica su hija, quien hoy con pasión y energía continúa a cargo de la fábrica.

 

Los orígenes de Dulces Issa se remontan a 1937, cuando Carolina Palacios empezó a preparar los clásicos dulces chilenos en el sector de Lolenco. Su especialidad, además de los tradicionales alfajores chilenos cubiertos con merengue, también era el dulce de membrillo, elaborado con frutos de la zona.

 

Mientras estudiaba Ingeniería en Alimentos en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde se tituló con una tesis sobre el dulce de membrillo, en 1984 Isabel acompañó a su madre al Fancy Food Show de WashingtonEstados Unidos, donde fueron invitadas a exponer los tradicionales dulces de Curacaví. Llevaron cientos de dulces, muchas mermeladas y también prepararon un catálogo en inglés con el apoyo del equipo editorial de Revista Paula. “Fue una experiencia maravillosa y luego de eso nos ofrecieron exportar mermeladas a China. No teníamos la capacidad productiva, por lo que mi mamá publicó un aviso en el diario invitando a otros productores a sumarse al desafío. Era una mujer muy inteligente y tremendamente apasionada por todo lo que hacía”, cuenta Isabel Mukarker.

En paralelo al éxito de los dulces, cuya receta continúa siendo la original, trajeron un gran horno desde Brasil, que todavía funciona e implementaron una fábrica de hojarascas en Las Achirassu histórica sucursal a la salida del túnel Lo Prado, que 25 años más tarde fue expropiada para dar paso a la actual autopista, y donde también fabricaban helados artesanales con frutas de la zona que muchos clientes aún recuerdan, con una máquina manual de madera que funcionaba a base de hielo y salmuera y que perteneció al histórico Café Riquet de Valparaíso.

En los años 80 y 90, los Mukarker Rivas inauguraron sucursales a ambos lados de la carretera, donde también vendían las frutas, flores y hortalizas que se cultivaban en los campos familiares y con las cuales también elaboraban sus célebres mermeladas. El cambio de siglo, en tanto, lo celebraron con el lanzamiento de sus dulces en formato mediano y la apertura de su propia tienda en Luis Pasteur, Vitacura. Tras su cierre, en 2004 recibieron el llamado de Nestlé y trabajaron, durante varios meses, en la elaboración de las hojarascas para una nueva línea de helados que se exportaban a México. En palabras de Isabel, “mi madre era una persona muy católica y decía que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Fue una experiencia súper interesante y desafiante al mismo tiempo para una empresa artesanal como la nuestra. Trabajamos de día y de noche para cumplir con los pedidos y fue tal el éxito que la colaboración se alargó por mucho tiempo más”.

También les ofrecieron ingresar a los supermercados, pero prefirieron continuar con la tradición de calidad de sus productos, manteniendo el proceso artesanal y el cuidado de las materias primas. “En Dulces Issa todo lo hacemos nosotros”, asegura Isabel. El manjar, por ejemplo, lo preparan diariamente solo con leche fresca de la zona y azúcar, que se revuelven durante varias horas al calor del fuego. Las alcayotas para sus mermeladas y dulces vienen de María Pinto, las frutillas de San Pedro y los damascos y membrillos son de producción propia.

 

“En Dulces Issa todo lo hacemos nosotros”, asegura Isabel. El manjar, por ejemplo, lo preparan diariamente solo con leche fresca de la zona y azúcar, que se revuelven durante varias horas al calor del fuego.

 

UNA NUEVA ETAPA

Si bien los pasteles más vendidos en Dulces Issa son las tacitas rellenas de manjar y recubiertas con merengue, los alfajores y los príncipes, son los ganadores de varios concursos; también son famosas sus mermeladas, discos de merengue y pie de limón; el pan de pascua para fin de año y los pasteles de milhoja, calugones y cañones de hoja preparados por Carlos, el hermano de Isabel. Ella, en tanto, gusta de preparar los empolvados, alfajores e innovar con nuevas recetas; junto con supervisar las tareas de la fábrica, coordinar los puntos de venta y también el área administrativa.

Con la pandemia, Rocío Jiménez Mukarker, hija de Isabel Mukarker, ingeniera comercial de profesión, se reencontró con la fábrica, sus sabores y sus historias. “Ahí surgió la idea de volver a traer la marca a Santiago con mayor fuerza, con mi mamá decidimos tomar las riendas y darle este nuevo empujón, que era necesario para que Dulces Issa y toda su tradición continúen creciendo”. Ellas mismas empezaron a entregar sus pasteles puerta a puerta por Curacaví y Santiago, recuerda Isabel, hasta que en septiembre de 2020 se inauguró oficialmente la tienda de Avenida Las Condes 7026, local 1.

 

Si bien los pasteles más vendidos en Dulces Issa son las tacitas rellenas de manjar y recubiertas con merengue, los alfajores y los príncipes, ganadores de varios concursos.

 

“Recuerdo cuando tenía seis años, llegaba del colegio y partía a la fábrica, a estar metida entremedio de los pasteles, de la gente que estaba trabajando, de ayudar en lo que se podía. La primera responsabilidad que me dio mi abuela, como anécdota, fue estar a cargo de la caja de la casa matriz durante los fines de semana y así, gran parte de los veranos trabajaba con ella y eso nos unió mucho. Por eso digo que continuar con la tradición familiar es un gran orgullo y una responsabilidad enorme”, sentencia Jiménez Mukarker, encargada de retomar la tradición de los Dulces Issa en la capital.

“Esta tradición ha perdurado a lo largo de estos 85 años porque el trabajo se ha hecho muy bien, primero por mi abuela, que aprendió de su madre Carolina Palacios y después por mi mamá, por lo que la vara está muy alta y el desafío no es menor. Al tener una responsabilidad tan grande, uno nunca deja de aprender y realmente las admiro muchísimo”, afirma. “Si bien la gente sabía que la marca continuaba vigente, que si iban a Viña iban a poder pasar por sus Dulces Issa y que en su momento estuvimos en Santiago a través de distribuidores, lo cierto es que ahora estamos con todo el punch. Nos tiramos a la piscina con todo y eso fue también de la mano de la tecnología”, puntualiza Rocío.

Entre las principales innovaciones, destaca la presencia de Dulces Issa en diferentes plataformas de Delivery, con aplicaciones como Cornershop, Uber Eats y Pedidos Ya, la habilitación de un nuevo canal de ventas como es el e-commerce de su sitio web, gestionar el marketing y aumentar su presencia en redes sociales, entre otros desafíos que han contribuido enormemente a su posicionamiento. “Ahí uno se va encontrando con esta recepción del público que ha sido muy positiva, y con la que te das cuenta cuánto la gente valora a Dulces Issa. La persona que llega al local era la niñita que iba con su mamá, y ahora esa niñita va con su hijo, y te cuenta con mucha emoción que se acuerda de sus viajes a Viña y sus pasadas a comer pasteles junto a toda la familia. Hay un cariño enorme por nuestros productos, muchos recuerdos muy felices también que se transmiten de generación en generación y estamos muy agradecidos por eso”.

 

“Esta tradición ha perdurado a lo largo de estos 85 años porque el trabajo se ha hecho muy bien, primero por mi abuela, que aprendió de su madre Carolina Palacios y después por mi mamá, por lo que la vara está muy alta y el desafío no es menor”, sentencia Rocío Jiménez.

 

En palabras de Rocío Jiménez Mukarker, son múltiples los planes que tienen para Dulces Issa en el futuro: “Así como nos tiramos a la piscina en plena pandemia, abriendo nuestra tienda en Las Condes en septiembre de 2020, me imagino a la empresa con más sucursales, para poder llegar no sólo a más sectores de la región Metropolitana, sino que a todo Chile”. Lo anterior, explica la ingeniera comercial, motivados por los positivos comentarios recibidos tras la apertura de su nuevo punto de ventas en la capital.

“En redes sociales nos han llegado muchos mensajes de personas que están en Arica o Punta Arenas, por ejemplo, y que quieren que les mandemos dulces, la tacita que no han probado hace 10 años, etc.; y me gustaría poder revivir los momentos de esas personas a lo largo de todo Chile”, indica Jiménez. En su opinión, “nunca está de más también imaginarnos fuera de Chile. A corto plazo, lo que se viene es potenciar más la marca, ver cómo avanzamos y pensar en una segunda sucursal en Santiago que nos permita expandir el radio de cobertura, que es importante y nos han pedido mucho, siempre con toda la motivación y el cariño por esta gran tradición familiar”.

Dulces Issa

Avenida Las Condes 7026, local 1
Martes a sábado 10.30 a 18.30 hrs, domingos de 11.00 a 16.00 hrs. lunes cerrado
Teléfono: +569 39583542
Contacto: 
contacto@dulcesissa.cl
Instagram: @dulcesissa
Facebook: @dulcesissa
Web: www.dulcesissa.cl

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