Pese a la profunda crisis que atravesó el sector gastronómico desde el 2019 hasta el término de la pandemia, esta industria ha demostrado su gran resiliencia y capacidad de superar las dificultades y adversidades que se le presentan.
Esta actividad goza hoy de buena salud en Chile, si bien hay bastantes aspectos aún por mejorar o resolver, se trata de un rubro que está en buen pie para proyectarse hacia el futuro de forma optimista.
Y es que la crisis sirvió también como una oportunidad, porque las personas comenzaron a revalorizar la importancia de la gastronomía, no solo desde la perspectiva culinaria, sino que también como una instancia para fortalecer los vínculos personales. Comer es hoy percibido no sólo como una forma de deleitar a los paladares, sino que además como una gran oportunidad para reunirse, compartir y pasarlo bien, algo muy necesario ante la estresante vida moderna.
No es casualidad que ante el grave deterioro de los espacios públicos tradicionales tras el estallido, las personas hayan resignificado los locales de comida como espacios seguros para sociabilizar en torno a la buena mesa, sobre todo, porque muchos restaurantes resultaron severamente dañados durante ese período, algunos muy reconocidos y queridos por la ciudadanía, ya que son un verdadero ícono, profundizando los lazos emocionales de varias generaciones con estos lugares gastronómicos, algunos de los cuales cerraron definitivamente sus cortinas luego de décadas de funcionamiento.
Actualmente existe un gran interés por la cocina, lo que se observa en el creciente interés por estudiar una carrera asociada a esta actividad, lo que se observa también en un mayor número de instituciones de educación impartiendo cursos o talleres culinarios. A su vez, se puede ver en las redes sociales cómo cada vez más personas comparten recetas o hablan de temas vinculados a la gastronomía, todo ello alimentado por una prensa que también le da cada vez más cabida a información relacionada con el rubro, desde nuevos locales, tendencias, premios o competencias gastronómicas.
En concreto, se aprecia una industria efervescente, que tiene vida y dinamismo en cada rincón del país, reflejado en el interés de las localidades de reforzar su identidad y tradiciones a través de la gastronomía como vehículo, donde Chile, por su riqueza geográfica y de productos, dispone de un enorme potencial para seguir creciendo y ofreciendo una cocina de clase mundial.
Estamos frente a un rubro que no tiene techo y que puede continuar creciendo en la medida que se fortalezca la alianza pública privada para impulsarla. Esto es relevante también para que el sector gastronómico siga aportando de forma efectiva en oportunidades laborales para los chilenos, en la medida que existan las condiciones para la expansión de esta industria, ofreciendo las condiciones necesarias para su desarrollo y mayor inversión.