La alerta que emitió la Embajada de Estados Unidos para que sus ciudadanos que visiten Valparaíso y Viña del Mar tomen precauciones por los grados de delincuencia dejó en evidencia el gran obstáculo para el impulso del turismo nacional: la delincuencia.
Pese a la indiferencia de autoridades como el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, este peligro va en aumento. El reciente asalto a turistas australianos en un conocido mirador porteño y un hecho policial en pleno centro de la Ciudad Jardín, justifica nuestra preocupación y nuestro llamado de alerta.
La Quinta Región está muy golpeada. Los fines de semana largo han tenido un repunte, pero no como años anteriores que se llegaba al 80% o 100% de ocupación. Hoy en día existe entre un 70% y un 75%, máximo 80%. Y en la semana ha bajado mucho, porque la actividad económica en la región ha disminuido, sobre todo en el sector portuario, donde muchas empresas se han retirado de Valparaíso a lugares más seguros. Lo que necesitamos es recuperar la economía, la seguridad y el empleo, que es muy importante.
El turismo es una actividad que hay que respetar y valorar, y hay que preocuparse de la seguridad de las ciudades. A la industria turística le ha costado mucho volver a los niveles de ocupación previos a la pandemia. Se están haciendo tremendos esfuerzos conjuntos entre Sernatur y los privados para promover Chile, pero las noticias sobre asaltos y ataques a los turistas nos perjudican enormemente.
Escribo esta columna desde Londres, donde estoy participando en la World Travel Market, una de las ferias turísticas más importantes del mundo. Aquí, donde estamos promocionando el país, los operadores nos preguntan cómo está el tema de la seguridad. Tenemos que hacer algo y Valparaíso es el punto negro que estamos viendo hoy día en esta materia y hay mucha preocupación. La ciudad puerto es visitada por muchos europeos y, justamente, eso hoy día nos preocupa porque en relación a la prepandemia tenemos una baja de 27% en el turismo receptivo. Y para lograr revertir eso se están haciendo esfuerzos con altos sacrificios con el fin de recuperar. Las autoridades tienen que entender que el turismo genera 650 mil empleos en el país, que somos la única industria sin chimenea, que el 53% de la gente que trabaja en el sector son mujeres y que genera cerca del 4% del PIB.
Como hoteleros, no solo hemos criticado, también hemos entregado propuestas, basadas en la experiencia internacional. Recientemente, le planteamos a la ministra del Interior Carolina Tohá la necesidad de crear un policía dedicada a resguardar la seguridad de los turistas. Hace algunos meses visité Ciudad de México donde estuve con la organización de la policía del turismo que, además, ayuda mucho en otros aspectos. No sólo se preocupan de la seguridad, sino que además dan indicaciones a los turistas y, al verlos parados en la calle ya dan una tranquilidad. Chile debería estudiar esa experiencia para eventualmente implementarla en todos los puntos turísticos del país. No es una inversión tremendamente grande y traería beneficios y tranquilidad para muchos y no sólo para el turista, sino que también para el ciudadano chileno. Necesitamos que las autoridades se preocupen del tema, pues hoy en día Chile está viviendo una inseguridad y eso hay que revertirlo a la brevedad.