En los últimos años ha habido un creciente interés por realizar viajes turísticos a la Antártica, motivados por los atractivos del denominado continente blanco. Según datos de la Asociación Internacional de Tours Operadores de la Antártica (IAATO), en el período 2022-23, se registró un récord histórico de 105.331 visitantes que viajaron hasta esa zona, de las cuales, 71.258 desembarcaron.
Este mayor interés se ha traducido en n aumento de los tours operadores que organizan viajes a este destino y también un incremento en el número de barcos que trasladan a los pasajeros que visitan la Antártica. La cadena turística relacionada a esta oferta también resulta favorecida. Una empresa vinculada a una compañía de cruceros acaba de anunciar una millonaria inversión para construir un hotel en Puerto Williams en virtud de la mayor demanda por alojamiento que existe.
Se trata de un turismo especial, porque está controlado y promueve la sustentabilidad en torno a la política Antártica de Chile, caracterizado por la ejecución de actividades ambientalmente responsables y no invasivas, sujetas a controles y normas específicas de carácter nacional y derivadas del Sistema del Tratado Antártico. En concreto, es un turismo relacionado con la conservación, siendo este un factor que tiene gran incidencia en la toma de decisión de las personas al momento de definir dónde viajar.
Como industria proyectamos que existe una gran oportunidad de desarrollo de la Antártica como destino, proceso que supone un abierto compromiso de compatibilizar la actividad turística con la protección del medioambiente en una zona que es fundamental para el equilibrio natural del planeta y que requiere de un manejo responsable por parte de los operadores y de quienes visitan la Antártica.
Este destino es indudablemente una vitrina relevante para la promoción de Chile como destino, ya que ofrece parajes inigualables que son altamente cotizados por los turistas extranjeros de latitudes más lejanas que se están atreviendo a conocer un lugar reconocido a nivel mundial.
Son diversos los artículos de prensa nacionales e internacionales que han abordado el fenómeno del incremento de turistas que llega hasta este lugar en busca de una experiencia irrepetible, pero que también abordan la dimensión medioambiental y la necesidad de disminuir al máximo el impacto que genera la presencia de barcos y seres humanos en La Antártica, y por lo mismo, las restricciones y exigencias son muy altas.
Proteger este destino es clave para el país y para la proyección del desarrollo turístico de la zona, como parte de una política sustentable que le entregue valor a la oferta turística mediante la conservación, entendiendo que es una oportunidad, pero al mismo tiempo un desafío.