Sustentabilidad turística, de la declaración a la acción

Sustentabilidad turística, de la declaración a la acción

Periodista y Socia-Fundadora de Traslación.
Ex Asesora de Gabinete de la Subsecretaría de Turismo, a cargo de la vinculación regional e interministerial.

Hoy no existe sector productivo que no esté buscando hacer una producción más sostenible con su entorno y tener una licencia para operar en la sociedad contemporánea.

Los ya cada vez más conocidos criterios ESG, en español, ASG, buscan en las actividades productivas, entre otros aspectos, enfrentar las emisiones de huella de carbono, una buena relación con comunidades y un actuar ético que venga desde la alta dirección.

El turismo no es la excepción y las buenas prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo empiezan a permear la industria del ocio.

Pero la pregunta, es cuánto hay de intención y cuánto de realidad, tanto desde la industria como desde los viajeros.

Un estudio reciente de Booking.com que abarcó a 33 mil viajeros y 35 países profundiza en el dilema entre costos y consumo consciente que divide a los viajeros. Si bien casi el 80% de la comunidad viajera afirma que quiere viajar de manera más sostenible, más de la mitad cree que las opciones de viaje más sostenibles son más caras, en contraste con el 39% que está dispuesto a pagar más por opciones de viaje con una certificación sostenible. Dentro de los elementos que se revelan en la investigación es que las crisis económicas no son inmunes a la decisión de compra consciente y la inflación actual mermaría la intención por ser más sostenible, a menos que existan incentivos por parte de la industria para poder acceder a descuentos cuando se opta por oferta de viajes con características sostenibles.

            Más allá de las posibilidades del bolsillo, lo cierto es que los hábitos por ser más sostenibles en las vacaciones van creciendo en las personas, por lo que el mismo Booking.com muestra que apagar el aire acondicionado cuando no se está en la habitación del alojamiento, reutilizar las toallas y usar la propia botella de agua está entre las buenas prácticas que aumentan. La conciencia ambiental parece ser la más presente de todas,  menos información existe respecto a buenas prácticas sociales.  Por ejemplo, si los viajeros buscan beneficiar a los habitantes de un lugar con, así como, el comercio justo.

La tendencia por ser un viajero más sostenible implica que la industria necesariamente tiene que adaptarse. Una iniciativa que ayuda en ese camino es la que está impulsando el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, WTTC. Se trata de un conjunto de doce criterios denominada Basics destinada a que los hoteles empiecen su camino hacia la sostenibilidad. Si bien están involucradas inicialmente cadenas grandes como Accor, Melia y Raddison está dirigida a alojamientos de cualquier tamaño.

Si miramos a la industria chilena vemos algunas señales interesantes. La primera viene desde la Academia, donde hace algunas semanas la Escuela de Turismo y Hotelería Duoc UC hizo el lanzamiento del Laboratorio de Turismo Sostenible que tendrá por finalidad contribuir al desarrollo de iniciativas sostenibles a través de herramientas de innovación, investigación y tecnología involucrando a estudiantes, profesores y comunidad. 

Otro aporte es lo que está haciendo la cadena de Hoteles Explora al tener una gerencia de sustentabilidad, que si bien en varios sectores productivos es bastante común, en el turismo resulta ser una novedad, mostrándose bastante pioneros en esta senda. Otros hoteles como Tierra Atacama cuentan con paneles fotovoltaicos y en las termas de Puyuhuapi con planta de tratamiento de agua. Todavía se trata, eso sí, de iniciativas aisladas, no masivas.

Por parte del Estado, la Subsecretaría de Turismo y Sernatur lanzaron este año la campaña “Chile, impulsando un turismo sustentable” que busca generar conciencia sobre la necesidad de que la industria adopte buenas prácticas con criterios de sostenibilidad. Para eso, está disponible online un kit de videos y gráficas que apuntan en esta línea. El material es bastante básico, pero es una señal más que la industria del turismo ya poco a poco se empieza a subir al camino sostenible.