Todas las expectativas de la industria del turismo una vez superadas las restricciones sanitarias por la pandemia, estaban puestas en la capacidad del sector para recuperar los niveles prepandemia que exhibía el rubro. Escenario que entendíamos no se daría de forma automática ni inmediata, ya que incidían varios factores para lograr ese objetivo en un plazo razonable.
Como Federación, proyectamos que el turismo receptivo se recuperaría en la llegada de visitantes internacionales en septiembre de este año, considerando para esa fecha que se registrarían los mismos 4 millones 100 mil personas alcanzadas durante todo el 2019. Pero a medida que avanzaban los meses, la realidad y los números mostraban un rezago importante en la reactivación del rubro, lo que nos obligó a reactualizar los datos.
Y el atraso es inquietante, ya que ahora proyectamos esa recuperación para mediados de 2024, atendiendo que existe un escenario económico global y nacional complejo y a que Chile aún no logra contar con los niveles de conectividad que tenía en prepandemia, y por ende, somos menos competitivos en ese ámbito.
A lo anterior se suma la falta de un plan especial para impulsar la recuperación de la industria del turismo, como lo han venido haciendo otros países de la región, entre ellos, Argentina, Perú y Uruguay, que establecieron acciones específicas y concretas destinadas impulsar la actividad, entendiendo la relevancia que tiene el turismo para empujar el carro de la economía.
En Chile ha habido intención de voluntad de las autoridades por apuntalar al rubro, pero eso no se ha traducido necesariamente en un programa estratégico con esa finalidad. No hay que olvidar, que Chile fue uno de los últimos países del planeta en eliminar restricciones para el ingreso de turistas internacionales y hoy estamos pagando un alto costo por esa decisión, que siempre dijimos que era un error.
Pero como industria y Federación no nos queremos concentrar en los errores que se cometieron, sino en lo que podemos y debemos hacer para recuperar el enorme terreno perdido, para un sector que es altamente competitivo y donde nuestros competidores más directos nos han sacado una ventaja significativa.
Atraer turistas extranjeros requiere en primer término del despliegue de una potente campaña de promoción que vuelva a poner en valor y en el radar de los visitantes internacionales a Chile como destino, destacando los atractivos distintivos que tenemos para que nos vuelvan a visitar.
También requiere que exista una política de Estado destinada a impulsar este sector económico para que alcance su potencial, entendiendo que un turismo desarrollado, en un plazo prudente permitiría duplicar el aporte al PIB de esta actividad al país y generar un millón de puestos de trabajo formales y de calidad.
Como industria, tenemos plena disponibilidad para trabajar con el gobierno y las autoridades sectoriales en un plan especial que reactive el turismo. No podemos seguir perdiendo tiempo en la urgente necesidad de hacerlo, ya que de ello dependen muchas economías locales, las pymes y trabajadores que son parte de esta relevante actividad.