Al pasear por la quinta región el fin de semana, me percaté que la oferta y variedad de preparaciones para niños es muy poco atractiva. Si bien unos nuggets, hamburguesas o pollo asado con papas fritas son muy gratos para los pequeños, y no hay nada malo en que de vez en cuando lo coman, no deberíamos limitarnos sólo a eso. La diversidad de productos del campo, de la huerta y del mar ofrecen muchas alternativas y representa un desafío para los cocineros. Ya no se trata únicamente de elegir un lugar para satisfacer los antojos de los adultos, sino también de encontrar opciones adecuadas y saludables para nuestros hijos.
Resulta fundamental tener en cuenta la importancia de una dieta saludable para los niños, es importante destacar que tienen diferentes necesidades y gustos en comparación con los adultos y a menudo prefieren alimentos familiarizados y platos más sencillos. Sin embargo, esto no implica que debamos limitarles a las opciones típicas de comida rápida. De hecho, los restaurantes pueden jugar un papel importante en la formación de hábitos alimenticios saludables desde temprana edad.
Una alimentación saludable no tiene por qué ser aburrida o complicada, existen numerosas alternativas deliciosas y divertidas que pueden ayudar a los niños a disfrutar de la comida mientras obtienen todos los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse de manera óptima. Es responsabilidad de nosotros los adultos, garantizar una buena alimentación para ellos, por lo que es crucial que estemos informados y fomentemos hábitos sanos. Además, es importante que los restaurantes se adapten a las necesidades del público infantil, ofreciendo opciones atractivas, sabrosas y saludables, brindando también oportunidades a quienes presenten alguna necesidad alimentaria especial como intolerancia a la lactosa o al gluten, algún tipo de alergia o restricción.
Si un establecimiento gastronómico potencia los insumos locales y orgánicos, y ofrece una alternativa para los pequeños, puede ser muy atrayente para los padres que optan por elegir alimentos orgánicos para sus hijos, libres de pesticidas y productos químicos. Existe una preocupación creciente por evitar alimentos altos en grasas saturadas, azúcares añadidos y productos procesados, se busca dar prioridad a alimentos frescos y naturales, por lo que una oferta de postres en base a frutas de estación podría ser una opción muy valorada.
La experiencia de ir a un restaurante con nuestros hijos no debería implicar que siempre coman lo mismo. Debería ser una oportunidad para probar nuevas preparaciones o tener la posibilidad de degustar platos compartidos con sus padres en un formato más reducido. Algunas alternativas interesantes podrían incluir pescados frescos apanados, pastas, ensaladas variadas con vegetales locales, pollo a la plancha y frutas de temporada en los menús para niños. De esta forma, se promovería una alimentación balanceada y diversa desde temprana edad.
Para terminar, creo que el sector gastronómico tiene un gran potencial culinario que debe aprovecharse para ofrecer opciones más nutritivas, equilibradas y atractivas visualmente para los niños. La diversidad de productos en todo el país, en cada región, combinada con la creatividad de los cocineros, pueden ser clave para despertar el interés de los más pequeños por probar nuevos sabores y texturas, alentando así a las familias a frecuentar aún más los restaurantes.
Finalmente, luego de analizar las opciones, almorzamos en un restaurant que sólo ofrece productos del mar con sello del uso de pesca responsable y mi hija disfrutó de unas crocantes calugas de pescado fresco apanadas con lactonesa y arroz. ¡Que mejor!