Mimbrales y la reflexión del mimbre en Chimbarongo, innovación sostenible y territorial al servicio del turismo nacional

Mimbrales y la reflexión del mimbre en Chimbarongo, innovación sostenible y territorial al servicio del turismo nacional

Director de carrera Gastronomía Internacional y tradicional chilena
IP-CFT Santo Tomás, sede Rancagua

Estoy completamente seguro de que, una vez desarrollado el turismo rural en Chile, será muy difícil para el turismo convencional con todos sus subsectores poder competirle, la razón es muy simple y se relaciona con la capacidad que tiene el hombre versus la naturaleza. Las experiencias creadas por el ser humano no se comparan a las que nos entrega el entorno, las primeras son ficticias, las segunda son reales. La experiencia del turismo rural nos pone de cara al patrimonio, a la identidad del territorio, a los productos y a los guardianes del paisaje , en estas experiencias podemos conocer de primera fuente como se origina todo, podemos degustar de primera mano la tradición culinaria, podemos conocer y palpar desde el artesano el valor sentimental de la pieza que ha creado, el turismo rural tiene materia, espíritu y alma, el turismo convencional mientras tanto es una réplica teórica de la  anterior experiencia, una especie de sucedáneo que intenta emular a la anterior categoría, pero que no logra porque no posee espíritu y menos alma , es un modelo de negocio rico en materia y orientado a generar utilidades, eso es lo que lo mueve, valores finitos que son incapaces de trascender, el regalo acá no existe , la hospitalidad es una actuación que carece de sinceridad, es como una obra de teatro, que si bien tiene la capacidad de representar hechos reales, no puede bajo ningún parámetro reemplazar a la realidad.

En un país como el nuestro, estéril de herramientas y políticas publicas que salvaguarden nuestro patrimonio cultural, cooperativa mimbrales pareciera ser un respiro profundo y una reflexión significativa acerca de lo que nuestras localidades necesitan, consecuencia ligada a la identidad en un territorio que resiste incólume  a la vorágine de la industria   y que versa de una resistencia única desde los cultivos de mimbre hasta la piezas que con prolijidad tejen los artesanos con diferentes técnicas y variaciones de la materia prima según sus procesos de cocción o ausencia de esta, con la  perfección que brinda la imperfecta humanidad los restaurantes  visten sus salones y mesas con la historia, con el presente y con la vida que les da el mimbre. Chimbarongo es una localidad que como pocas posee un contexto particular donde toda la cadena productiva está presente, su territorio se nutre de los antiguos cultivos, de los productores que son a su vez los guardianes del paisaje rural, de los artesanos y por ende de las obras y piezas que configuran un arte único e irrepetible.

Cooperativa mimbrales es una iniciativa que lleva 4 años y su origen se remonta al interés de la agrupación “Pasión de artesanos” de trabajar colaborativamente, a su vez la mencionada organización de artesanos del mimbre es la más antigua de Chimbarongo, su objetivo es revitalizar la actividad mimbrera y crear a su vez un proyecto de negocios sustentado en la sostenibilidad basado en la asociatividad productiva. De la mano de un equipo diverso formado por 15 socios, entre los que se encuentran talentosos artesanos, dedicados agricultores sumado a un equipo de gestión y diseño, mimbrales propone nuevos aires para la puesta en valor del utilitario material, lo que los hace únicos, pues están presentes en la producción y el procesamiento de la materia prima, en la creación e innovación de los productos hasta la comercialización de estos.

Visitar cooperativa mimbrales es palpar una nueva forma de turismo, es conocer el fundamento del producto final, es poner en la balanza la artesanía a escala y ecológica, versus la del desecho que propone la industria, es conocer el sacrificio y la prolijidad del artesano, pero también conocer a quien hizo tu pieza utilitaria para realzar la experiencia en el restaurante, es saber que se llama Juan Carlos Figueroa, incluso puedes saber cómo don Jaime Sandoval cultivó el mimbre y luego lo cosechó en sus diferentes categorías de metraje y color, es poder relacionar la pasión del diseño y la innovación de los nuevos formatos que propone Úrsula Cisternas con un sueño que tiene un objetivo que va más allá de lo pecuniario, visitar mimbrales es una experiencia única que te permite recorrer el Chile rural y encontrarte de frente con el patrimonio cultural de inimaginable riqueza histórica, material e inmaterial, de gran espíritu, desbordado de alma, de amor,  es disfrutar de gastronomía tradicional en el territorio sentado en una obra de arte,  conversando de la historia de resistencia de aquello que no está dispuesto a desaparecer por las normas que impone el mercado mientras te sirven una copa de vino de la provincia de Colchagua desde una dama Juana, una garrafa o un chuico, forrado con un perfecto tejido, es evidenciar la potencia de la vida y de las tradiciones que proponen un turismo con sentido que debe complementarse en los restaurantes y en la hotelería regional, al final del día como dijo el profesor Lacoste, los restaurantes deben ser embajadores del territorio …así como también de su gente, de su arte y de su patrimonio.