En la actualidad, el Congreso discute un incremento gradual del salario mínimo, que alcanzaría los $500.000 en julio de 2024. El avance de la iniciativa se produjo debido a la oferta del Ejecutivo de postergar el incremento de la tasa de impuesto de primera categoría en 2023 y 2024 para las micro, pequeñas y medianas empresas.
Sin duda, la realidad de las empresas de menor tamaño es compleja, más aún en períodos de contracción económica y elevada inflación, como el actual. Un incremento en los costos laborales como el propuesto afectará las decisiones de contratación, lo que a su vez jugará en contra de un objetivo esencial para el bienestar del país: la creación de empleo.
Considerando lo deseable que es el incremento de los ingresos de los hogares en tiempos económicamente complejos, subir el salario mínimo en las condiciones propuestas por el gobierno, resulta perjudicial para el crecimiento y la inversión, sobre todo para el caso de las empresas de menor tamaño.
Recientemente, Hoteleros de Chile realizó una encuesta entre sus socios sobre el impacto de este reajuste. De los 90 socios que respondieron, casi el 83% afirmó que sí le afecta. Dentro de las consecuencias, los encuestados dicen que les será imposible contar con todo el personal necesario, lo que bajará la productividad.
Con estos antecedentes, claramente el acuerdo que suscribieron el gobierno y 13 organizaciones Mipymes sobre el salario mínimo es perjudicial para la actividad económica. Junto a 64 gremios PYME, Hoteleros de Chile se ha opuesto a esta propuesta, la que no se hace cargo de la compleja situación de las empresas de pequeñas y medianas.
Las pymes deben lidiar con una constante presión y con los efectos aún presentes del estallido social y la pandemia.
Tal como lo hemos dicho en instancias públicas y privadas, la industria turística está disponible para llegar a acuerdos que beneficien tanto a las empresas como a sus colaboradores. Con ese espíritu, 65 gremios Mipyme presentamos al gobierno 11 propuestas alternativas, las que, lamentablemente, fueron rechazadas en su mayoría. La fórmula de subsidio propuesta por el Ejecutivo fue más baja de lo esperado, ignorando la máxima que indica a gastos permanentes, ingresos permanentes.
El Gobierno, tal como lo hizo con las empresas mineras frente al royalty, debe flexibilizar su posición. Pero no se trata de instalar una gradualidad con el alza, sino que brindar medidas reales como un mejor subsidio u otros incentivos.
Las PYMEs, especialmente las relacionadas con el turismo, todavía no logran recuperarse de la crisis provocada por la pandemia. Un incremento del 21% del sueldo mínimo en un año generará desempleo e incluso la quiebra de las muchas ya debilitadas empresas del turismo.
Lamentablemente, la fórmula de subsidio propuesta por el gobierno fue más baja de lo esperado, era descendente y no consideraba permanencia en el tiempo, ignorando
la máxima que indica: a gastos permanentes, ingresos permanentes.
Como industria, debemos actuar unidos para impedir este atentado a las Mipymes, las que generan más del 50% del empleo en Chile. Los emprendedores no defendemos posiciones partidistas, solo pedimos reglas claras y justas.