La Mejor Marraqueta: patrimonio de Chile

La Mejor Marraqueta: patrimonio de Chile

Periodista, ingeniero comercial y heladero.
Consultor en heladería artesanal, cofundador de la Copa Nacional de Heladería e integrante de la Asociación de Pasteleros de Chile

Sé que el título de esta columna puede desatar algunas dudas, principalmente por la denominación de su elemento principal: ¿Marraqueta, pan batido o pan francés? Más allá del nombre y sus diferencias por la denominación geográfica, el producto es el mismo. O casi. Horneados, preferiblemente, a piso de horno, estos dos bollos marcados al medio constituyen, por lejos, el pan más consumido por los chilenos y, a su vez, el más representativo.

Así lo entendió la Federación Chilena de Industriales Panaderos, FECHIPAN, al organizar durante el mes de octubre el concurso “La Mejor Marraqueta: patrimonio de Chile” en 13 ciudades de nuestro país, con la colaboración de las asociaciones de panaderos locales; el Centro de Innovación Gastronómica de INACAP; la alianza de instituciones, asociaciones y organizaciones del sector turismo, gastronomía y hotelería Chile Te Quiero Comer; Indupan; US Wheat Associates Sudamérica y la Asociación de Molineros del Sur.

La fecha elegida para realizar esta actividad tampoco es coincidencia: todos los 16 de octubre se celebra el Día Mundial del Pan y proyectar este tipo de actividades durante todo el mes y a lo largo de todo el territorio nacional, entrega aún más realce a esta instancia; eligiendo la mejor marraqueta, pan batido o pan francés de cada región por medio de una cata a ciegas realizada en vivo por un jurado experto.

Junto con elegir a la “Panadería Más Innovadora” y entregar un reconocimiento a los Jóvenes Panaderos, los torneos regionales disputados en Rancagua, Talca, Valparaíso, La Serena, Arica, Iquique, Antofagasta, Temuco, Valdivia, Puerto Montt, Osorno, Concepción y Chillán fueron un excelente punto de encuentro para los distintos actores de la industria, despertando el interés de las nuevas generaciones por el oficio del pan y la preservación de este patrimonio alimentario elaborado a la usanza tradicional.

En este sentido, los múltiples esfuerzos del sector por la visibilización del trabajo muchas veces silencioso y anónimo que se realiza al interior de las panaderías de nuestro país merece un gran reconocimiento, más aun considerando que Chile lidera el consumo de pan en Latinoamérica y siempre se encuentra en el top 3 de los múltiples rankings que se elaboran a nivel mundial.

Aun cuando existen versiones similares de este pan en otros países de América Latina, con diferentes nombres y algunas variaciones en la receta, es en Chile donde la marraqueta ha alcanzado mayor popularidad y simbolismo y así también lo demuestra el alcance obtenido por este tipo de iniciativas. A pesar de la competencia de nuevas variedades de pan y las tendencias hacia el consumo de productos más «gourmet» o elaborados con masa madre, la marraqueta sigue siendo insustituible para muchos chilenos.

Una buena marraqueta se distingue por su textura: una corteza dorada y crujiente en contraste con un interior suave y esponjoso, producto de una adecuada fermentación, una correcta combinación de harinas y todo el talento, oficio y expertise de los maestros panaderos. Su preparación es sencilla, a base de harina, agua, sal y levadura, sin grasas añadidas, lo que la convierte en un pan ligero y saludable ideal para acompañar una amplia variedad de comidas, desde el típico desayuno chileno con palta hasta sopas o guisos.

De este modo, su sabor, textura y valor simbólico la convierten en un pilar de la identidad gastronómica chilena, por lo que “La Mejor Marraqueta: patrimonio de Chile” constituye un importante esfuerzo por preservar y destacar la importancia de este histórico, vital y transversal alimento que forma parte de la dieta diaria de millones de personas, y que también es reflejo de su identidad y costumbres.