30 de noviembre de 2022. Ese fue el día del lanzamiento de ChatGPT, un programa cuyo algoritmo es muy sofisticado y capaz de formular oraciones e incluso piezas literarias completas.
El acceso gratuito a ChatGPT ha permitido que muchas personas prueben la poderosa aplicación y las primeras experiencias fueron imágenes de los alter egos de las personas. Un éxito impresionante por la gran cantidad de imágenes que se muestran en las redes sociales.
Mientras tanto, se realizaron experimentos con preguntas de base filosófica, con respuestas sorprendentes de la aplicación, además de producir textos de buena complejidad.
Esta noticia generó revuelo entre los profesionales de la escritura, periodistas y académicos, quienes comenzaron a cuestionar qué profesiones dejarían de existir pronto.
La revolución industrial comenzó con las primeras máquinas en la industria textil, que reemplazó a un gran número de personas en un trabajo repetitivo y agotador. La popularización de las computadoras y de la robótica, hizo que varias profesiones, todas caracterizadas por la repetición, se extinguieran en la industria y el comercio en general. Al mismo tiempo, el uso de papel disminuye drásticamente, con toda la información almacenada “en las nubes”, cambiando para la forma digital.
Los trabajos más sofisticados, como los de catadores de vino y café, por ejemplo, siempre han estado al margen de estos programas, ya que requieren un modelo de inteligencia totalmente diferente al que se aplica a las actividades repetitivas.
Imagínese al sentir el aroma en una copa de vino o una taza de café… hay una recuperación de recuerdos que muchas veces son muy intensos para los catadores, ya que cualquier respuesta a los aromas siempre se debe a una correlación con la experiencia vivida.
El gusto tiene un mecanismo diferente, además de la capacidad de medir las intensidades de los sabores, que son Dulce, Salado, Agrio, Amargo y Umami. El sabor se define básicamente por la misma sustancia que estimuló el olfato, pero siguiendo un camino diferente. Si se trata de aroma u olor, la vía utilizada es la ortonasal, es decir, comenzando por la nariz, mientras que si se trata de sabor, la sustancia, una vez en la boca, llega a los sensores olfativos por vía retronasal.
Combinando estos factores, el recuerdo del aroma vivido con la intensidad de la mezcla de sabores como dulce, salado y ácido, por ejemplo, se llega a la experiencia gustativa completa. Esta compleja combinación, evaluada por catadores experimentados, conduce a la calificación de una bebida o alimento.
Esto es posible porque cada persona es un completo laboratorio de análisis sensorial, formado por dos de los equipos más avanzados y solicitados: el cromatógrafo en fase líquida y el cromatógrafo en fase gas.
Ambos cuestan un promedio de $500,000, lo que nos hace a todos muy valiosos…