Durante el verano Chile vive una explosión de sabor. A lo largo del territorio nacional, en distintos destinos y localidades, se realizan fiestas gastronómicas y costumbristas, donde el protagonista es la cocina en sus diferentes versiones.
Se trata de una tendencia cada vez acentuada, ya que muchos lugares del país han comenzado a relevar la importancia que tiene este sector para el desarrollo de las comunidades y economías locales, como parte de una cadena productiva que incorpora a múltiples actores en un trabajo conjunto y colaborativo que permite potenciar la cocina local, los productos de cada lugar, sus tradiciones, y a la vez, atraer visitantes en torno a esos atractivos particulares.
Actividades que con los años se han ido potenciando y creciendo, al punto que hoy podemos observar, de norte a sur, que balnearios y localidades con distintas características, incorporan dentro de sus programas de verano, algún tipo de encuentro gastronómico en la parrilla de actividades, porque saben que genera interés y congrega a las personas.
Para la industria, esto es otra señal de que la cocina chilena está consolidando un sitial de relevancia para los chilenos, no sólo porque comer es una actividad que gusta mucho, sino que también, por todo lo que involucra juntarse en torno a una mesa, como es el factor humano, de reunirse y pasarlo bien, disfrutando preparaciones, al mismo tiempo que se sociabiliza, ya sea con la familia, seres queridos o en diferentes instancias, como las laborales.
A todo eso se agrega que en verano, la diversidad de productos alimenticios se incrementa por la variedad que ofrece esta estación del año, sumado a las bondades que ya posee Chile como parte de su riqueza gastronómica, provenientes de un mar y campo generosos, que permiten deleitar a los más variados y exigentes paladares.
Y todo esto no es casualidad, sino que es fruto de un trabajo mancomunado entre el sector público y privado para impulsar y promover la cocina chilena dentro y fuera de nuestras fronteras, con personas y empresas que a diario entregan lo mejor de sí para potenciar este rubro, con un sello que es cada vez más reconocido y que debemos resguardar, porque se trata de un tremendo activo como marca país y para el desarrollo del turismo.
Es lo que Achiga viene haciendo hace mucho tiempo, y que ahora está teniendo resultados que son fruto de ese esfuerzo, como es congregar a todos los actores de la industria a trabajar unidos, con una estrategia y objetivos comunes, a través de la marca `Chile te Quiero Comer´, promoviendo la descentralización y la diversificación de la oferta gastronómica en el país, donde turismo y gastronomía van de la mano, en una alianza indisoluble que debemos ser capaces de proyectar en el tiempo como parte de un proyecto sostenible.