El deterioro de la economía nacional y el aumento de costos para el sector gastronómico, tanto en insumos, como en otras variables, está desafiando a una industria que todavía está en pleno proceso de recuperación y que requiere condiciones adecuadas para volver a desplegar toda su potencialidad.
Una de esas dificultades es la que se genera por la falta de adaptabilidad que existe en materia laboral, cuya rigidez actual no se hace cargo de las particularidades con la que funciona este rubro, y en general, el turismo, considerando que es una actividad en la que se trabaja cuando la mayoría de las personas descansa.
Tal es así, que en plena temporada alta de la actividad, los trabajadores no pueden pactar con sus empleadores la posibilidad, por ejemplo, de trabajar todos los domingos del mes durante las vacaciones de verano, para así obtener mayores ingresos, porque la norma actual establece que deben tener dos domingos libres al mes, más otros 7 al año. Es decir, aunque ambas partes se pusieran de acuerdo para definir otras fechas de descanso en reemplazo del mayor número de domingos trabajados en este período del año, no pueden hacerlo.
Esta rigidez laboral se transforma al final en una paradoja, porque va en directo perjuicio de las personas que se supone la norma busca beneficiar, como son los trabajadores del sector gastronómico, ya que estos se ven imposibilitados de trabajar más en períodos donde hay mayor demanda, como son las vacaciones de verano e invierno, y fines de semana largo, viendo mermado sus ingresos, cuando esos descansos perfectamente se los podrían tomar en periodos de baja demanda para el rubro.
Por lo mismo, como asociación expusimos estos puntos durante la tramitación legislativa de la Ley de 40 Horas, que si bien aborda algunos aspectos de la adaptabilidad laboral, está lejos de hacerse cargo de las particularidades de los servicios turísticos y gastronómicos lo que deriva, a su vez, en mayores costos para las empresas del sector.
En esa línea, consideramos fundamental, y así se lo volveremos a plantear a las autoridades pertinentes, que se logre establecer un estatuto laboral especial para estas actividades, de manera que todos los actores de ambas industrias resulten beneficiados, aprovechando los ciclos y estacionalidades de las mismas, permitiendo a los trabajadores obtener mayores ingresos en los períodos de más demanda y descansar cuando esta disminuya, manteniendo así un equilibrio sostenible entre vida personal y familiar, y el trabajo, que es lo que promovemos como sector para el bienestar de los trabajadores que pertenecen a este rubro.