Enoturismo y gastronomía, un vínculo que debemos fortalecer

Enoturismo y gastronomía, un vínculo que debemos fortalecer

Director de carrera Gastronomía Internacional y tradicional chilena
IP-CFT Santo Tomás, sede Rancagua


No es una novedad el gran desarrollo vitivinícola en nuestro país, no solo contamos con una gran tradición al respecto, sino también nos validan la calidad de los procesos asociados al reconocimiento internacional de bodegas que vienen realizando un trabajo de excelencia desde hace muchos años, si le sumamos a esto la tradición que aportan nuestros vinos patrimoniales y la reconocida labor de los viñateros campesinos nos encontramos ante un contexto rico y propicio para una experiencia gastronómica identitaria y maravillosa de maridaje.

Pese a nuestra diversa realidad relacionada a los mostos pareciera ser que este matrimonio natural no esta absorbido dentro de nuestra cultura, la industria del vino y la gastronómica caminan por veredas separas de mucha distancia entre ellas y el enoturismo o la relación del vino en los restaurantes es mas relegada a nichos específicos o a servicios puntuales.

¿Por qué no se ha integrado en la experiencia esta unión tan identitaria en nuestro país? , ¿Por qué los restaurantes no poseen en su oferta el maridaje por excelencia de nuestros platos? , ¿Por qué la lejanía de las viñas con el que hacer gastronómico chileno?, ¿ Por qué los comensales no demandan vino?

Salvo en valles puntuales donde se ha trabajado la diversificación de la oferta y de la experiencia, desde políticas de nivel comunal o regional gozan de esta simbiosis, en donde nacionales y extranjeros pueden gozar de variadas formas relacionadas a la unión de comida y vino, también en determinados periodos se transforma en un hecho natural el consumo de los mencionados mostos que acompañan a la comida, por ejemplo, en el mes de septiembre. Claro modelo de éxito a nivel nacional es la realidad del valle de Colchagua en la localidad de Santa Cruz, donde cómo cual Oasis de buenas prácticas asociadas a la mesa el vino es un inseparable aliado de las practicas culinarias, donde viñas, restaurantes y hoteles coexisten bajo el maridaje y brindan momentos inigualables a los amantes de la tradición gastronómica nacional por medio de la restauración, rutas y tours destinados al disfrute de la experiencia.

Este año se ha llevado a cabo por primera vez en nuestro país una interesante cita que promueve el enoturismo, justamente a través de enoturismo Chile, he visto como parte del jurado que la apertura desde las viñas hacia la gastronomía y el turismo se empieza a direccionar con proyección hacia estas significativas experiencias, rodeadas de saberes, cultura y desarrollo. Otra iniciativa que se viene trabajando con fuerza en la sexta región es Cachapoal Rutas y Vinos, proyecto que viene unificando criterios hace 2 años en la zona central y que ha sido vital en la relación entre viñas, gastronomía, hitos y experiencia. Es necesario que como consumidores podamos interiorizarnos y seguir de cerca estas instancias, disfrutarlas, promoverlas y exigirlas de manera constante, para que estas sean atractivas no solo para un sector especifico de la comunidad, si no se popularicen en los distintos hábitat gastronómicos, es necesario que los restaurantes y hoteles en su conjunto se liguen a las viñas de norte a sur de Chile, para enaltecer la forma de su servicio y potenciar su relato y experiencia desde una mirada cultural y patrimonial, la misma que une a nuestras diversas despensas gastronómicas con su maridaje por excelencia.

Es deber de todos los actores del mercado impulsar estos lineamientos que tanto bien le hacen a nuestra oferta, desde los pequeños comercios hasta los grandes modelos de negocio, pues el vino es patrimonio de todos los chilenos y es justo y necesario que todos lo disfrutemos acompañado de nuestras composiciones nacionales, con nuestros productos nacionales y regionales. Pues no se trata de solo abrir una puerta más para nuestro deleite, si no con ellos abriremos muchas puertas para nuestro aprendizaje, para nuestra educación y para nuestro desarrollo gastronómico.