Como profesional del rubro y con la posibilidad que me dan algunos medios escritos como este, televisivos o radiales de manifestar lo que pienso a nivel profesional, es que me quiero referir a un tema que hoy está muy en boga, pero como siempre en Chile decimos mucho y poco actuamos.
En el Congreso, específicamente en la Cámara de Diputados, ya está en curso la Ley de Autismo la que incluye esta condición como tal, más las otras que integra como Asperger, TEA (Trastorno del Espectro Autista) entre varias más menos conocidas por los neurotípicos, denominación a quien no padece estas condiciones. Sin ir más lejos el presidente de la República Gabriel Boric, en promesa de campaña, manifestó que se legislaría, lo cual está en proceso y este manifiesto hizo despertar la ley en el congreso después de 10 años.
Hago este preámbulo para llevarlo a varias situaciones que la sociedad establece como inclusión y solo se determinan en papeles, marketing y manifiestos, y a la hora de la realidad bastante se aleja de esta. Un niño con esta condición no entra en parámetros que sean importantes para la OMS en relación a que los países reciban dineros o subvenciones por cada niño con TEA, ya que los menores vulnerables y que entran en parámetros y registros de cada país, son los que se mueren por una enfermedad o poseen un daño cognitivo considerable. Ambas situaciones suceden muy poco, o los promedios de las dos condiciones son bajas, por ende quedan invisibilizados ante una sociedad y estados cada vez más individualistas.
Sin ir más lejos, hay colegios neurotípicos que declaran ser inclusivos y los niños terminan en salas de clases solos jugando en su mundo, o peor aún, divagando en su realidad en patios sin importar la estación del año. Por otro lado la sociedad, usted que lee estas líneas, poco o nada sabe sobre el autismo y tenemos una caricatura de este trastorno por estar influenciados con el cine que generaliza y determina ciertos parámetros generales, y dispone en una bolsa común a todos las personas que padecen esta condición, la que jamás debe ser generalizada, sino más bien, cada individuo es una realidad diferente. Es por eso su nombre de «espectro», por su amplitud de cada característica individual.
Ahora bien, en el mundo gastronómico, hotelero y turístico ¿qué sucede?. Como estamos en Chile con esta situación, declaramos ser inclusivos, sí, pero no hacemos mucho a la hora de enfrentar una situación. Los Niños TEA ven en imágenes, algunos leen ya más grandes, muchos no hablan y no saben expresar lo que quieren, entonces ¿Qué podemos hacer?. Es más simple, los fotogramas son necesarios: pequeñas imágenes de acciones, objetos, comidas, colores, números, que conlleva el accionar de un niño. Si una carta de un restaurant en el apartado de menú de niños aparece una imagen de pizzas, pastas, salchichas y otros productos que come exclusivamente un niño, créanme que la experiencia vivida por los padres y por el personal y clientes del restaurante será bastante placentera, y varios gritos o situaciones adversas se evitarán. Lo mismo pasa en hoteles o lugares donde haya guarderías o espacios para niños. Entre más imágenes existan para que el niño entienda su entorno, el estado de confort es extremadamente importante y resultará un agrado para todos los involucrados.
Estoy de vacaciones y de verdad ha sido complejo dar a entender que tengo una niña TEA, no por vergüenza, sino porque en los hoteles, restaurantes y resort hay parámetros establecidos, los cuales sí o sí deben ser cumplidos. Pero la rigidez de quien quiere que se cumpla es más rígida que un niño TEA, y ahí el caos en servicio crece profundamente. ¿Solución? distintivo de color para toda la familia. A veces el niño no quiere ponerse el distintivo por lo tanto la familia es un pilar importante.
Antes de viajar en el aeropuerto me dieron un distintivo y de verdad no sirvió para nada, el personal de Policía Internacional me increpó ya que no debía utilizar una fila para adultos mayores, menores y personas con condiciones especiales- ¿La razón?, «porque a mi hija no se le nota». Este pensamiento ya es una discriminación, por lo tanto, para eso existe el distintivo.
Lo peor de todo que en el único habitáculo que había para 100 personas con estas condiciones especiales, estaba brandeado con TEAmamos, TEAcogimos, queremos que seas parte nuestro. Día del Autismo.
Solamente concluyo que la inclusión, aparte de la capacitación, es voluntad individual y empatía para entender la realidad diferente de un niño y de una familia TEA.
Etiquetas:
Álvaro Lois – Asesor y consultor gastronómico – Gastronomía – Miembro de L’Academie Culinaire de France – Opinión