Finalmente el Congreso aprobó que la elección municipal del 27 de octubre próximo se realice en dos días, en una iniciativa que se fundamentó en la necesidad de tener una mejor organización de los comicios y entregar facilidades a las personas para sufragar.
La medida sólo se aplicará en estas elecciones, y en el proyecto que ahora es ley, se repuso el feriado irrenunciable de segunda categoría para el domingo 27 -que afectará a malls y centros comerciales, no así a locales ubicados fuera de estos recintos-, y no habrá Ley Seca, que fue una de las solicitudes que realizamos como Asociación durante la tramitación de la normativa.
Aun cuando se consiguió que los legisladores comprendieran lo absurdo que es a esta altura establecer limitaciones a la venta de alcohol durante estos eventos, no fue posible que se entendiera el impacto negativo que tiene para el comercio que se imponga un feriado irrenunciable en estos procesos.
El sistema electoral chileno ha dado suficientes muestras y garantías de madurez de que los comicios se pueden desarrollar con normalidad sin tener que impedir a la ciudadanía realizar determinadas actividades los días de votación. Es lo que ocurre en la mayoría de las democracias del mundo, que no fijan un feriado para su realización y menos coartan las libertades individuales.
Detrás del argumento para justificar estas restricciones está el falso temor de que disminuya la participación electoral por el hecho que las personas puedan ir a un mall o centro comercial en día de votación, cuando la realidad actual es que la falta de interés que muestran muchas personas por ir a sufragar -como ocurría en los comicios donde había voto voluntario- se debe al descrédito del sistema político y no a que el comercio funcione esos días.
Estas limitaciones son anacrónicas y no tienen fundamento alguno en los tiempos que corren. Ya es momento que a los ciudadanos se nos comience a tratar como adultos y se nos permita ejercer nuestra voluntad de manera libre, porque si de verdad el Estado quiere incentivar la participación electoral, son otras las medidas que se deben adoptar, y no estar restringiendo el quehacer de las personas, afectando de paso a un sector de la economía en particular, que tiene una mayor demanda precisamente los fines de semana, que es cuando se imponen estas limitaciones.
Como industria confiamos en la sensatez para que este tema quede zanjado de una buena vez y no se esté legislando en cada una de las elecciones para determinar si se imponen o no restricciones. Son absolutamente compatibles el realizar elecciones con el desarrollo de las actividades económicas, y no se debe seguir contraponiendo una de la otra.
El próximo año tendremos comicios legislativos y la presidencial, donde otra vez se discutirá este asunto, y esperamos no resultar nuevamente afectados ni que se fije como fecha de la segunda vuelta el fin de semana antes de Navidad, como ya ocurrió en un proceso electoral anterior. Es clave que el sistema político dimensione el perjuicio que provoca a empresarios y trabajadores de sectores relevantes de la economía con una determinación de este tipo.