El té y los vaivenes del mundo

El té y los vaivenes del mundo

Sommelier de Té y Tea Blender certificada por Tea Institute Latinoamérica y El Club del Té.
Con instrucción en la Ceremonia Japonesa del Té, otorgada por MOA Chile.
Asesora para la marca Kombuchacha y miembro del Equipo de Colaboradores de Tea Institute Latinoamérica.

El 23 de febrero pasado se celebró la vigésimo cuarta reunión del Grupo Intergubernamental del Té. Mientras se espera el reporte final, resulta interesante reflexionar sobre los efectos de la contingencia global en este rubro

Finalmente, luego de 4 años los miembros del Grupo Intergubernamental del Té pudieron sentarse a analizar el estado actual del mercado de esta infusión. Cabe destacar que esta conferencia se realiza cada dos años, pero en esta oportunidad la pandemia de 2020 ocasionó que el lapso se duplicara. En efecto, la última reunión tuvo lugar hace cuatro años (2018) y se desarrolló en Hangzhou, China. En esta oportunidad, en cambio, se realizó a través de videoconferencia.

El objetivo de esta agrupación es generar una instancia de intercambio de ideas y análisis técnico en relación con la producción, comercialización y consumo del té a nivel mundial. Se encuentra bajo el alero de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y prácticamente todos los países importadores y exportadores de té forman parte de ella. De esta entidad nacen informes sobre tendencias globales de consumo, análisis de mercados internos, cifras de comercio internacional, entre otros aspectos de relevancia crucial para esta industria.

La reunión de este año es particularmente relevante debido a los complejos eventos que han afectado recientemente al planeta, en especial la pandemia y las medidas gubernamentales destinadas a contenerla. En este sentido, tanto las economías internas como los mercados internacionales se encuentran convulsos, lo que tiene repercusión directa en la industria del té.

Si bien el reporte final de la sesión de febrero todavía no ha sido publicado oficialmente, en la documentación preparatoria del encuentro la FAO ha resaltado ciertos tópicos a tratar. Dentro de ellos, hay un par de situaciones especialmente interesantes de observar.

En primer lugar, India -el segundo mayor productor de té del mundo después de China- enfrentó una reducción en su producción de 9,6% entre 2019 y 2020, a causa de condiciones climáticas críticas y de los confinamientos impuestos por las autoridades para contener el avance del Covid-19, lo que afectó negativamente las cosechas de té. Por otra parte, Sri Lanka -el segundo mayor exportador del mundo en la categoría de té negro después de Kenia- enfrenta la perspectiva de un 2022 con pérdidas en sus cosechas, a causa de malas condiciones meteorológicas sumadas al alza internacional del petróleo (necesario para el funcionamiento de las maquinarias agrícolas) así como a la decisión del gobierno en 2021 de prohibir la importación de fertilizantes y productos fitosanitarios de origen químico. Este último punto parece especialmente interesante, puesto que pone en la palestra el trinomio “té, sustentabilidad y seguridad alimentaria”.

En mayo de 2021, el gobierno esrilanqués decidió prohibir abruptamente las importaciones de los productos indicados, como una manera de forzar el cambio hacia la gestión orgánica de las plantaciones. La razón esgrimida fue reparar el costo ambiental y social que los efectos de estos elementos causaban en las fuentes de agua y en la salud de las comunidades, aunque los detractores de la medida esgrimen otras razones menos generosas y de índole política.

Sea cual fuere la causa, lamentablemente no hubo una planificación adecuada de la medida y la mayoría de los agricultores no supo cómo implementar las prácticas de la agricultura orgánica. Aunque la prohibición fue revocada en noviembre de 2021, la disminución de la productividad interna generó una escasez de alimentos que – sumada a otros factores socioeconómicos de la contingencia tiene al país enfrentado a una seria crisis alimentaria.

Ad portas de una nueva celebración del Día Internacional del Té el próximo 21 de mayo, este escenario global nos hace reflexionar sobre la necesidad imperiosa de armonizar el cultivo de este producto con un mundo cada vez más expuesto a la inestabilidad (climática, económica, sanitaria y/o política). Es un gran desafío que esperamos pueda abordarse con sabiduría y estrategia, en un esfuerzo conjunto para preservar las riquezas naturales de nuestro planeta, en especial nuestra querida Camellia Sinensis.