El té más austral del mundo

El té más austral del mundo

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¿Qué tienen en común un accidente nuclear, el té y nuestro país? En el mes de la patria vamos a revisar esta curiosa historia, que tiene como escenario el sur de Chile

            En alguna ocasión he comentado, en este mismo espacio, que la Camellia Sinensis prefiere los climas tropicales y subtropicales para desarrollarse. Sin embargo, esta no es una regla absoluta, pues existen variedades y cultivares de la planta que han sido capaces de adaptarse satisfactoriamente a otras latitudes.

            Este es el caso de la única plantación comercial de té que existe en nuestro país, y que se encuentra en la región de La Araucanía, específicamente en el camino que une las ciudades de Villarrica y Licanray. Pertenece a la empresa Index Salus (ligada a la familia de compañías Salus) y está emplazada en un predio llamado Fundo Futacoyán. Actualmente, es la plantación más austral del mundo, habiendo desplazado a la finca Zealong en Nueva Zelanda, que es el lugar que anteriormente ostentaba este título.

            La historia de esta plantación sureña comenzó bastante lejos de las fronteras de Chile, concretamente en Baviera, Alemania. Allí, la empresa Salus Haus -especialista en fitoterapia- llevaba muchas décadas trabajando en la producción y uso medicinal de especies vegetales provenientes de distintos lugares de Europa. Sin embargo, en el año 1986, el accidente nuclear de Chernóbil (Ucrania) hizo sonar las alarmas ante la preocupación por el impacto que este acontecimiento tendría eventualmente en los cultivos (recordemos que una nube de radiactividad se expandió por dicho continente luego del desastre).

Debido a lo anterior, la empresa decidió buscar nuevos terrenos para sus plantaciones, eligiendo para ello la zona de la Araucanía chilena, ante la consideración de que la cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico constituían una barrera natural que en conjunto configuraban un área protegida de contaminación ambiental. Por otra parte, el hecho de que el terreno de la zona nunca hubiera sido explotado en forma intensiva aseguraba un subsuelo libre de residuos químicos derivados de pesticidas, fertilizantes o herbicidas. Así fue como la empresa Index Salus se fundó en nuestro país, en el año 1991.

            Es en este lugar donde hoy en día, junto a más de 100 especies de hierbas medicinales, existe una plantación de té, el cual es comercializado por la empresa.

            La historia de estos cultivos de té en particular comenzó con la observación de que la Camellia Japónica (ornamental) se desarrollaba muy bien en este territorio. Por eso, el liderazgo de la compañía quiso experimentar con el cultivo de Camellia Sinensis (debemos tener presente que ambas especies pertenecen al género de las Camellias). De esta forma, se realizó la búsqueda de cultivares adaptables al clima frío de la zona, los cuales finalmente fueron adquiridos en Estados Unidos.

            El procesamiento de estas hojas se realiza en el estilo del té verde. Su perfil organoléptico es curioso, pues carece de astringencia casi por completo. Exhibe además un intenso color dorado y en boca se perciben toques de vegetales cocidos, así como también notas herbáceas que recuerdan a algunas plantas clásicas de la farmacopea popular nacional, tales como el boldo.

            Por otra parte, se trata este de un té producido bajo métodos de agricultura orgánica, lo que asegura una infusión libre de pesticidas.

            Y de esta manera es como, curiosamente, hemos entrado en el mapa global de la Camellia Sinensis con el título de la plantación más austral del mundo, guarecida por las favorables condiciones que la naturaleza nos prodigó, justo a los pies de los emblemáticos Andes chilenos. Una razón más para reforzar el vínculo que une a nuestro país con el té, y de paso valorar el admirable escenario geográfico que nos ha tocado en suerte, así como procurar su preservación.