Caminando por las calles del barrio Patronato con mi hija, pude observar la gran oferta que hay de comida árabe y asiática (particularmente Coreana), esta última con gran demanda de parte de los jóvenes, y me puse a pensar que la influencia de los inmigrantes en la gastronomía chilena ha sido de vital importancia para la diversificación y enriquecimiento de nuestra cocina. A lo largo de la historia, Chile ha recibido a diferentes grupos de inmigrantes provenientes de diversas partes del mundo, quienes han dejado una huella imborrable en los platos tradicionales, que también podemos ver reflejadas en muchos platos tradicionales de nuestras familias.
La contribución gastronómica de los inmigrantes en Chile es innegable, diferentes grupos han llegado al país, enriqueciendo nuestra cocina chilena. Históricamente, los inmigrantes italianos, alemanes, españoles, árabes, indios y asiáticos han aportado recetas y técnicas que todavía perduran, como la pasta, las pizzas, los embutidos, los jamones, los chorizos, la repostería, las especias, el falafel, los vegetales rellenos, el chapsui, entre muchos otros.
En los últimos años, Chile ha experimentado un significativo aumento en la inmigración peruana, colombiana y venezolana. Esta influencia no solo se ha hecho evidente en aspectos culturales y sociales, sino también en la gastronomía. Han traído consigo una herencia culinaria rica y diversa, que ha enriquecido la oferta gastronómica
Muchos de sus platos han sido adoptados y adaptados por los chilenos en nuestra propia cocina. Es común toparse con restaurantes chilenos que ofrecen platos con influencia peruana, como el tiradito utilizando pescados locales. Asimismo, nos encontramos con una gran cantidad de restaurantes y emprendimientos establecidos de cocina extranjera en todo el país, donde se pueden degustar los platos típicos de cada cultura como la bandeja paisa, arepas, arroz con coco, tequeños, hallaca, pan de jamón, preparaciones llenas de sabores intensos y que se han convertido en favoritas de quienes buscamos disfrutar de una experiencia culinaria diferente. Esto también ha permitido que tengamos acceso a productos auténticos a través de locales especializados, e incluso algunos están disponibles en supermercados, lo que nos permite experimentar con nuevos sabores y preparaciones.
Sin dudas, las fusiones culinarias crean una unión excelente que combina lo mejor de las culturas gastronómicas y no se limita únicamente a la introducción de nuevos platos y sabores, sino que también promueve una mayor apertura hacia otras culturas y la valoración de la diversidad.
En resumen, la influencia de los inmigrantes en la gastronomía chilena ha sido indudablemente positiva. Han aportado sabores, platos y tradiciones culinarias únicas que han beneficiado la oferta gastronómica de Chile y es un claro testimonio de cómo la inmigración puede enriquecer una cultura y fortalecer los lazos entre países vecinos.
Mientras mi hija come un shawarma mixto y yo me deleito con los rellenos árabes, puedo decir que la diversidad cultural nos enriquece, que los inmigrantes antiguos y actuales han dejado su huella a través de sus platos, sabores y tradiciones culinarias, creando una sinergia única que combina lo mejor de las culturas y que esto también lo vivimos en nuestra Federación, donde tenemos la posibilidad de compartir con nuestros socios extranjeros que están aportando a la gastronomía en nuestro país y desde sus territorios a los objetivos de FEGACH, fomentando el desarrollo y la excelencia en el ámbito gastronómico en Chile.