Existe la visión de que el mercado de cafés de especialidad está abierto a todas las personas porque rompe algunos paradigmas como vincular a productores y consumidores o presentar la bebida a través de diferentes tipos de preparación.
A pesar de esa aura de libertad y osadía que parece dar forma a los negocios, para el consumidor común este mercado tiene mucho más las características de un club cerrado para unos pocos, con ritos y vocabulario herméticos para todos los que no fueron invitados. Esta percepción es en parte correcta porque el movimiento del café de especialidad, incluso en la década de 1980, cuando comenzó, era una expresión de la contracultura.
Cumpliendo 40 años, este segmento que nació de una reunión de comerciantes y tostadores de la región conocida como el Área de la Bahía, San Francisco, se ha extendido por el mundo por un código de calidad bien definido y, también, por defender la transparencia en las relaciones comerciales. relaciones entre los productores de café y la industria.
Para un momento de reflexión, ¿cuáles serían los principales desafíos para mantener el mercado de cafés especiales con todo su dinamismo?
Se han realizado varias encuestas por parte de diferentes organizaciones alrededor del mundo para tratar de entender cuál es la verdadera percepción de los consumidores sobre los cafés de especialidad en los últimos años.
El principal hallazgo es la opinión de que las personas que trabajan en este mercado tienen su propio idioma, que a menudo es inaccesible para el consumidor común. Palabras de origen inglés como “ratio”, “pour over” y “by-pass” entre otras pueden hacer de un simple café algo muy lejano para muchos.
Por lo tanto, utilizar un lenguaje más sencillo y directo puede ser una forma preferencial de dar mayor acceso a este segmento de mercado.
Hace años, el gigante McDonald’s produjo un video ambientado en cafés hípster donde los consumidores se perdían con la complejidad de los menús de café. A pesar de haber sido atacado por baristas, el mensaje fue claro: tomar café debe ser un acto de placer con sencillez.
Con la madurez y pujanza del mercado, es natural que día tras día aparezca una enorme cantidad de productos y nuevos servicios.
En los últimos años han surgido diferentes métodos de preparación, muchos provenientes de oriente, como las hermosas piezas de la empresa japonesa Hario o el creativo portafiltro con control de flujo Clever, de Taiwán, además de utensilios producidos en Europa como las teteras de acero Bravilor.
El movimiento más reciente está dedicado al tostado de café a pequeña escala. En este punto, ganan protagonismo fabricantes como la pionera Fresh Roast, de China, que fue una de las primeras en conquistar el mercado global desde los años 2000 con su sencillísimo sistema de tueste al aire, o la sofisticada Ikawa, de Inglaterra. El segmento ha sido tan importante que ha estado recibiendo una atención especial de los gigantes del café como Nestlé.
Como consecuencia de querer tostar café en casa o en la cafetería, tener acceso a granos crudos de diferentes orígenes es una necesidad y con ello vienen otras demandas como más información sobre los procesos de cosecha y procesos de beneficio húmedo y seco, la influencia del clima de cada región en la caracterización de sabores y, sobre todo, presentar a los productores como los artesanos de la tierra, responsables de nuestra dosis diaria de cafeína.
Al resumir todas estas demandas, queda claro que el punto más importante es que el conjunto de actividades que pueden dar aún más dinamismo al sector es la Educación del Consumidor.
La educación es un pilar fundamental en todos los sectores.
Es para empezar a explicar los fundamentos sobre el producto, que para llegar a la taza que consumimos todos los días fueron necesarias muchas manos, desde la siembra de los cafetos, su cuidado, la cosecha y secado, desde el transporte hasta el tostado y, finalmente, la preparación. Es una cadena extensa, considerada la segunda más grande entre las bebidas calientes, así como el segundo producto básico más importante después del petróleo.
Con la acumulación de este conocimiento sobre la producción de granos de café, las personas se interesan por las características sensoriales, creando oportunidades de cursos de capacitación para atender este mercado, que es amplio, ya que puede abarcar a todos en el sector de alimentos y bebidas.
Recuerda que beber café debe ser un acto de placer y, por tanto, de total sencillez porque lo más importante es tener una excelente experiencia. Beber café no es como leer un libro de filosofía, que te obliga a pensar durante mucho tiempo.
Educación es un proceso de inclusión y, seguro, ayudará a que el mercado se fortalezca y crezca aún más.