Chile quiere estabilidad

Chile quiere estabilidad

Director
Asociación Chilena de Gastronomía

En 8 meses, los ciudadanos tuvimos nuevamente que acudir a las urnas para continuar con el proceso constitucional, que se ha prolongado por más de tres años.

Tanto en el plebiscito de salida del 4 de septiembre pasado, como en la reciente elección de consejeros constitucionales del 7 de mayo, los chilenos entregaron una señal contundente de que quieren construir un país que avance en paz, sin violencia, y que sea capaz de resolver aquellas urgencias sociales que han sido postergadas por años.

Y para que eso se logre, es fundamental cerrar de una buena vez este proceso, que desde que se instauró, coaccionado por la violencia callejera del 18 de octubre de 2019, ha provocado un alto nivel de inestabilidad e incertidumbre, que a su vez ha tenido un impacto muy negativo en la economía y la inversión, desacelerando aún más una economía deteriorada.

Con todo, esta es la última oportunidad para elaborar un texto constitucional que sea representativo de una mayoría de la población, y que finalmente sea aprobado en el plebiscito programado para diciembre próximo. Si en el Consejo no se alcanzan amplios consensos sobre las cuestiones elementales para vivir en sociedad, de manera democrática y civilizada, habrá que cerrar este proceso y mantener la Carta Fundamental actualmente en vigencia.

Porque si hay algo que está claro a esta altura es que no hay espacio para un tercer intento, con lo que el proceso constituyente indefectiblemente deberá quedar abrochado a fin de año, cualquiera sea el resultado en las urnas.

Y es que el país debe volver a la normalidad, a centrarse en los aspectos primordiales para retomar el rumbo del desarrollo social y económico que nunca debió abandonar y que nos demorará varios años en recuperar, siempre que seamos capaces de aprovechar este momento constituyente y no farrearnos nuevamente la opción de lograr un acuerdo constitucional maduro, responsable y que nos permita tener un texto que le dé estabilidad al país por varias décadas.

De la forma en que se lleve a cabo este segundo proceso constituyente se va a delinear el Chile que viene, que puede ser logrando un giro hacia la unidad de Chile o mantener los grados de polarización y conflicto que venimos observando en los últimos años.

Las dirigencias políticas de los distintos sectores tienen el enorme desafío de sacar al país del atolladero en el que se encuentra y que no nos permite avanzar en la imperiosa necesidad de otorgar mayor calidad de vida y bienestar a los ciudadanos, lo que pasa necesariamente por recuperar la seguridad que se perdió y que hoy nos tiene viviendo con mucho temor.

Estos seis meses que vienen serán decisivos para el rumbo que tomará Chile, y espero que en este corto plazo de tiempo hayamos aprendido las lecciones y se logre cerrar de la mejor manera un capítulo amargo de la historia reciente del país.