Uno de los desafíos centrales que tiene la industria del turismo en la actualidad es lograr que esta importante actividad para el país logre recuperar los niveles que tenía en prepandemia. Los principales indicadores muestran que se ha avanzado en ese propósito, pero que todavía queda camino por recorrer.
En esa línea, hay otros aspectos que son importantes de considerar en esta tarea y que quedan a veces invisibilizados por distintos factores. Uno de ellos es el perfeccionamiento permanente del capital humano en el turismo. Esto adquiere particular relevancia hoy, considerando que la pandemia también tuvo un impacto importante en este ámbito, ya que el cierre de muchas empresas turísticas y la destrucción de miles de plazas de trabajo, hizo que un número importante de profesionales y técnicos que formaban parte de esta actividad se vieran obligados a reconvertirse y migrar a otros rubros, con la consiguiente pérdida de personal muy valioso para la industria.
Y es que la pérdida de capital humano representa también la fuga de conocimientos y capacidades que se adquieren con la experiencia y capacitación, que a su vez es posible por la inversión de recursos y tiempo que realizan las empresas del sector para el perfeccionamiento de sus trabajadores. Pero ese mejoramiento continuo es fruto de procesos permanentes, que son acumulativos, por lo que cuando se pierden, representan un alto costo para el sector en términos tangibles e intangibles.
Para una industria que es intensiva en servicios y en la entrega de experiencias, contar con un capital humano preparado y con una adecuada formación es esencial para el desarrollo de la actividad y su crecimiento. Capacitar a una persona lleva tiempo, y por lo mismo, aun cuando las empresas contratan nuevo personal en momentos que lo requieren, deben comenzar de cero en los procesos de capacitación de esos trabajadores.
Cabe recordar que cerca del 95% de las empresas del sector son micro y pequeñas, que trabajan con márgenes estrechos, a las que capacitar personal representa un enorme esfuerzo que no están en condiciones de desaprovechar o perder. De ahí que sea clave para el turismo fortalecer el capital humano en este periodo postpandemia, y que existan los apoyos de programas públicos necesarios para que estas puedan financiar los procesos de capacitación del personal a medida que se recuperan los puestos de trabajo perdidos en los últimos años.
De hecho, a medida que el sector se siga reactivando, habrá mayor demanda por conseguir personal calificado, y que la industria tenga la capacidad de absorber oportunamente esa mayor demanda, de manera que no se vean perjudicadas las empresas en su capacidad de recuperarse y crecer, y al mismo tiempo entregar un servicio de calidad a los turistas.