Curiosamente, aunque hoy en día hablar de “Inteligencia Artificial (IA) “está muy en boga por las implicancias que está teniendo en el desarrollo de las sociedades y en las empresas, este concepto nace en 1956 durante una conferencia donde un grupo de investigadores principalmente del MIT se reunieron para explorar la posibilidad de producir máquinas capaces de realizar tareas que, hasta ese momento, solo eran posibles para los seres humanos. Por otra parte, el concepto de “Sostenibilidad” se originó en 1987, gracias al informe Brundtland publicado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU. Ambos conceptos hoy están siendo muy analizados en investigaciones y nuevos desarrollos aplicados en distintos subsectores de nuestro mercado hotelero y turístico.
Entonces, es importante preguntarnos ¿Ambos conceptos se están implementando de manera simultánea en la industria hotelera? ¿Hay una relación entre ambos conceptos? ¿Se pueden generar sinergias entre ambos conceptos para satisfacer las necesidades de los huéspedes?
La IA emerge como una fuerza transformadora, particularmente para impulsar las operaciones hoteleras sostenibles. Esta revolución tecnológica no se trata sólo de adoptar nuevas herramientas tecnológicas (domótica); sino se trata de repensar el tejido mismo de la gestión hotelera y las experiencias de los huéspedes en el contexto de la responsabilidad ambiental y social. La evolución desde la elaboración de procesos manuales, a menudo ineficientes, a decisiones más inteligentes basadas en datos que optimizan el uso de recursos, mejoran el servicio al cliente y reducen, además, el impacto ambiental. Estas herramientas impulsadas por IA personalizan la experiencia del huésped y contribuyen a la eficiencia operativa, un componente clave de las prácticas sostenibles como por ejemplo en la gestión energética reduciendo la huella ambiental de las operaciones hoteleras. La programación dinámica de sistemas HVAC (heating, ventilation and air conditioning) a través de algoritmos de IA ejemplifica cómo la tecnología puede generar ahorros sustanciales de energía sin comprometer la comodidad de los huéspedes. La integración de la IA también se extiende al ámbito de la gestión de empleados y la logística operativa. A medida que la IA se hace cargo de las tareas rutinarias, libera a los recursos humanos para que se concentren en roles más creativos y centrados en los huéspedes, mejorando así la calidad del servicio y manteniendo la eficiencia operativa.
La integración de fuentes de energía renovables es otra vía en la que la IA contribuye a la gestión energética sostenible en un alojamiento turístico. Los algoritmos de IA pueden optimizar el uso de paneles solares o turbinas eólicas, asegurando la máxima eficiencia en función de las condiciones climáticas y las demandas energéticas. Por ejemplo, los sistemas de habitaciones inteligentes impulsados por IA pueden ajustar la iluminación, la calefacción y la refrigeración según la presencia y las preferencias de los huéspedes.
Por otra parte, los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos para informar una mejor toma de decisiones en la asignación de recursos, estrategias de precios y optimización de los servicios a los huéspedes. Por ejemplo, las herramientas basadas en inteligencia artificial pueden brindar a los huéspedes recomendaciones personalizadas sobre atracciones y servicios locales, integrando las experiencias del hotel con el entorno urbano o natural. Esto mejora la satisfacción de los huéspedes y fomenta prácticas de turismo sostenible mediante la promoción de negocios locales y actividades ecológicas. Intercambio de datos y sostenibilidad colaborativa. La IA permite a los hoteles participar en iniciativas de intercambio de datos con las autoridades de la ciudad y otras partes interesadas.
El papel de la IA en la gestión energética y de eficiencia operacional hoy es la piedra angular de las operaciones hoteleras sostenibles.