Aditivos alimentarios: entre la industria y las cocinas profesionales

Aditivos alimentarios: entre la industria y las cocinas profesionales

Asesor y Consultor Gastronómico.
Profesor de Gastronomía Científica.
Miembro de Science&Cooking World Congress
Miembro de L’Académie Culinaire de France.
@soycienciaycocina

Al adquirir un producto y leer su etiqueta, puede que nos llame la atención los nombres de algunos ingredientes, incluso son “impronunciables”. Bueno, mucho de esos están ahí por un motivo: son los aditivos alimentarios, son sustancias que se añaden para mejorar su sabor, apariencia, textura, conservación o valor nutricional. Aunque a menudo se asocian con productos industriales, su uso no está limitado a las grandes cadenas de producción. En hoteles y restaurantes, los aditivos también desempeñan un papel importante para garantizar calidad y consistencia en las preparaciones que se ofrecen a los comensales. Existen dudas e inseguridades, hablaremos de ellas.

¿Qué son los aditivos alimentarios y para qué se utilizan?

Pueden clasificarse en varias categorías según su función:

  • Conservadores: Evitan el crecimiento de microorganismos, alargando la vida útil, como el Benzoato de sodio en panes y masas.
  • Colorantes: Mejoran o mantienen el color de los productos. como caramelo en bebidas oscuras.
  • Saborizantes: Potencian o aportan sabores. El mejor ejemplo es el glutamato monosódico.
  • Texturizantes: Mejoran o cambian la textura y consistencia. Ahí tenemos toda la gama de gelificantes y espesantes.

Y una larga lista de otras categorías, el tema es que estas sustancias se añaden por un fin especifico, pero es interesante como hoy en día se utilizan más en el rubro gastronómico, pero no necesariamente para producir alimentos para el retail, si no para ayudar en las diversas preparaciones, entonces no significa que sean usados todos, sino más bien los que ayudan a texturizar, colorear, saborizar y conservar. En las cocinas profesionales, los aditivos permiten:

  1. Estandarizar recetas: Mantener el mismo sabor y apariencia en platillos, sin importar el lugar o momento en que se sirvan.
  2. Optimizar recursos: Reducir desperdicios al conservar ingredientes frescos por más tiempo.
  3. Innovar: Crear platos vanguardistas utilizando texturizantes o gelificantes, como la goma xantana o el agar-agar.

He ahí el punto, se han utilizado estos aditivos pero ahora los estamos clasificando como tal. El tema es que siempre tendrá sus detractores debido a dudas o miedo irracional que puedan causar. Constantemente las entidades gubernamentales prohíben o banean el uso de algunos, tenemos ejemplos como que en la Unión Europea está prohibido el Dióxido de titanio (colorante blanco) y recientemente EEUU ha emitido la orden de prohibir el colorante rojo Eritrosina. Ambos casos por ser un potencial cancerígeno (debido a experimentos en ratas)

A pesar de sus beneficios, los aditivos alimentarios han sido objeto de controversia y desinformación. Algunos de los mitos más comunes incluyen:

  • “Todos los aditivos son químicos y peligrosos”. Si bien muchos tienen nombres que suenan técnicos, muchos provienen de fuentes naturales, como el ácido cítrico, presente en frutas.
  • “Los aditivos causan cáncer o enfermedades graves”. Los aditivos aprobados para su uso han sido evaluados por organismos internacionales, como la FAO y la OMS, para garantizar su seguridad en las cantidades permitidas.
  • “Los alimentos sin aditivos son siempre más saludables”. Aunque es ideal consumir alimentos frescos, los aditivos permiten preservar nutrientes y evitar el deterioro de los productos. Sobre todo para evitar su desperdicio.

¿Cómo abordar las dudas?

Es natural tener inquietudes sobre los aditivos, especialmente debido a la cantidad de información contradictoria que circula. Para tomar decisiones informadas es recomendado:

  1. Leer las etiquetas: Identifique los aditivos presentes en los productos y su función.
  2. Consultar fuentes confiables: Organismos como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ofrecen información basada en evidencia.
  3. Priorizar la moderación: Aunque los aditivos son seguros en las cantidades permitidas, es importante mantener una dieta balanceada que priorice alimentos frescos.

En resumen, los aditivos alimentarios son herramientas valiosas en la industria y en las cocinas profesionales, siempre que se utilicen de manera responsable y en conformidad con las normativas. Con una combinación de información y moderación, es posible disfrutar de sus beneficios sin caer en temores injustificados. Ahí están disponibles y cada uno decide si usarlo o no, pero no critiquemos al de al lado si los utiliza.