En febrero de 2025, Marcelo Arriagada participará en el certamen internacional que busca al Mejor Sommelier de las Américas. Cuatro o quizás cinco meses antes comenzará una intensa preparación que incluirá catas a ciegas y profundizará en la teoría de temas que siente debe reforzar aún más para alcanzar ese título y luego ir por más. Estamos hablando del actual Mejor Sommelier de nuestro país, valiosa distinción que está en su poder desde 2021, cuando ganó por primera vez la competencia que organiza la Asociación de Sommeliers de Chile, un evento que se hace cada tres años bajo los parámetros de la Association de la Sommellerie (ASI). A fines de mayo pasado, el día 29 puntualmente, la contienda tuvo su jornada final en una cita que volvió a entregarle el primer lugar a este sommelier de 36 años un encuentro que reunió a 20 competidores, cerca de 200 personas en el público y a mil 500 espectadores online.
Tras su paso por Santiago para medirse con sus pares, el experto en vinos regresó a Nueva York, ciudad donde vive hace dos años. Y es que trabaja en Manhattan como head sommelier de Kappo MASA, restaurante de comida japonesa, propiedad del coleccionista de arte Larry Gagosian y cuya cocina está a cargo de Masayoshi Takayama, único chef japonés fuera de Japón que ha logrado obtener 3 estrellas Michelin con su restaurant Masa.
Cómo llegó ahí es una historia entretenida que habla de los azares de la vida, pero sobre todo de mucha determinación, la misma que, probablemente, nos lleve en un tiempo a hablar de Marcelo Arriagada como el segundo Master Sommelier de Chile, en la senda de Héctor Vergara –cómo no–, su referente.
HAY ARTE EN EL VINO
El vínculo entre Marcelo y esta bebida surgió hace una década: tenía 26 años y había regresado a Chile luego de una temporada en Europa. Decidió dejar Chile a los 21, una vez que no pudo seguir sus estudios universitarios. Cercano a las humanidades, primero probó en el periodismo, pero como la música era un ámbito que lo atraía particularmente, después de un año decidió cambiar de carrera y hacerse alumno de ingeniería en sonido. Pasó otro año y, sin poder costear los estudios, tomó la decisión de viajar. “No había otra opción más que irse”, dice. Estuvo en España, Holanda y Bélgica, ruta que fortaleció su carácter. “Fue primordial para el día de hoy. Es duro estar afuera y cuando eres chico, más aún”, reflexiona al repasar esa época.
Mejor Sommelier de nuestro país, valiosa distinción que está en el poder de Marcelo Arriagada desde 2021, cuando ganó por primera vez la competencia que organiza la Asociación de Sommeliers de Chile, un evento que se hace cada tres años bajo los parámetros de la Association de la Sommellerie (ASI).
La aventura también le permitió aprender idiomas, inglés y holandés puntualmente. Pero una vez en Santiago, sin carrera ni estudios, lo cierto es que se sentía un poco al margen. “Era un renegado de la vida, siempre lo digo”, cuenta. No obstante aquello, encontró una puerta abierta en el mundo del servicio y ahí se hizo un lugar. Partió trabajando como ayudante de garzón y luego continuó como garzón propiamente tal, así un par de años hasta que un día, mientras era parte del staff de Liguria, oyó que un colega tenía interés por convertirse en sommelier. “Yo nunca había escuchado el término y él me comentó que era el encargado de vinos en un restaurante”, recuerda Marcelo.
Corría el año 2015 y, con la curiosidad de saber más de aquel oficio, ese día llegó a su casa y se dedicó a buscar datos. No tardó en dar con la Escuela de Sommeliers de Chile y, en enero de 2016, comenzó a estudiar el primero de los tres niveles que tiene la carrera, uno tras otro.
¿Por qué le gustó el rubro? No sabe cómo explicarlo: “Tal vez, fue uno de esos momentos épicos. O no, esa no es la palabra precisa. Mejor: revelación”.
Con el paso del tiempo, la reflexión se hace más concreta: “Lo que me fue gustando fue el vino en sí, lo que significa. Yo tengo un pasado de músico y encontré que había arte en el vino, una cultura, una interpretación de un lugar, de una persona –que es el enólogo– para proyectar un producto”.
Mientras estudiaba de día y trabajaba de noche llegó su primer puesto formal como sommelier. “Fue en 2017, cuando ya estaba en el tercer nivel. Encontré trabajo en La Casa del Habano, en Hotel W, un lounge muy exclusivo donde socios y turistas fuman o degustan habanos y maridan con destilados. Ahí ofrecía maridaje en torno al estilo del habano, algunos más ligeros y otros de más fortaleza”, detalla.
La experiencia duró dos años y el conocimiento adquirido le permitió titularse con una tesis acerca de los puros de tabaco cubano. A fines de 2018, viajó a Argentina para ser examinado por la Court of Master Sommeliers y así seguir creciendo e internacionalizando su título. Obtuvo los niveles uno y dos: Introductorio (Introductory) y Certificado (Certified). Luego, en noviembre de 2022, esta vez en Austria, dio el examen para alcanzar el nivel tres o Advanced.
Con el paso del tiempo, la reflexión se hace más concreta: “Lo que me fue gustando fue el vino en sí, lo que significa. Yo tengo un pasado de músico y encontré que había arte en el vino, una cultura, una interpretación de un lugar, de una persona –que es el enólogo– para proyectar un producto”.
Fiel a su idea de que era necesario salir de Chile para avanzar en la carrera de sommelier, Marcelo Arriagada siguió viajando para conocer y degustar variedad de productos. En medio de la pandemia, hacia 2020, llegó a Dubai y ahí trabajó en l’Atelier de Joël Robuchonde, cadena francesa de restaurantes con más de 30 estrellas Michelin; al año siguiente, decidió retornar a Santiago para ser parte de la competencia El mejor sommelier de Chile 2021.
Ganar ese certamen le dio notoriedad, la suficiente como para tener éxito al postular a espacios de Nueva York: lo contrataron en Frevo, restaurante situado en una galería de arte y con una estrella Michelin. Al poco tiempo, gracias al contacto de Felipe Tosso, enólogo de Viña Ventisquero, conoció a Jonathan Charnay, sommelier chileno con más de 20 años en la ciudad y wine director del grupo gastronómico Masa. Ante la ausencia de un sommelier en Kappo, lo integró al equipo y, desde entonces, Arriagada trabaja ahí enriqueciendo la experiencia del comensal, generando un viaje desde la mesa al lugar de origen de los vinos y licores que ofrece; a su juicio, lo que precisamente debe hacer un sommelier.
SABOR CHILENO EN NUEVA YORK
Kappo Masa es un restaurante de comida japonesa donde el maridaje representó un reto para Marcelo Arriagada. “Un desafío bonito: aprender de sake y sus variedades. El 30% de lo que vendemos en cuanto a bebidas es el fermentado de arroz. Empecé a catarlo y a estudiarlo en profundidad, nunca había tenido oportunidad de trabajar con una carta tan amplia: 25 etiquetas de la bebida”, cuenta. De esta manera fue adquiriendo experticia en variedades y estilos, fue comprendiendo, por ejemplo, cómo este producto eleva su estándar cuando se hace con el centro del grano.
Los vinos ocupan el porcentaje restante de la carta y, dado que el rango etario de la clientela de Kappo Masa se mueve entre los 35 y 50 años, la selección procura responder a gustos clásicos, con diferentes orígenes. Borgoña y Burdeos están presentes, también lo están España e Italia. Asimismo, hay un apartado dedicado al hemisferio sur que incluye etiquetas de Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Chile. “Soy fiel creyente de que parte de nuestra obligación es posicionar nuestros productos, por eso creé la sección Chile; busqué proveedores que trabajan con vinos chilenos y hoy tenemos más de 20 etiquetas, entre estas, las de pequeños viñateros, gente que está haciendo un trabajo importante”, asegura el sommelier.
Marcelo Arriagada trabaja en Manhattan como head sommelier de Kappo MASA, restaurante de comida japonesa, propiedad del coleccionista de arte Larry Gagosian y cuya cocina está a cargo de Masayoshi Takayama, único chef japonés fuera de Japón que ha logrado obtener 3 estrellas Michelin con su restaurant Masa.
La recepción ha sido increíble, afirma Marcelo Arriagada. Resalta que nuestro país, gracias a su geografía (extensión y microclimas), tiene gran variedad de vinos y se aprecia como un origen muy versátil para cualquier carta. Si hablamos de Kappo en específico, cuya cocina considera mucho pescado y preparaciones que respetan la materia prima sin muchas salsas, el sommelier cuenta que funcionan bien los vinos ligeros, “amables, pero con expresión de lugar, vinos con mucha acidez, quizás no tanto tanino en cuanto a los tintos, ahí es donde empiezan a jugar los país del Maule o Itata, el pinot noir de Casablanca, sauvignon blanc del Limarí y chardonnay del Malleco, entre otros”.
UN OFICIO DE MUNDO
Al trabajar en restaurantes de alta gastronomía, también al viajar y conocer los productos de diferentes países, Marcelo Arriagada ha forjado su fórmula para alcanzar las metas que se impone. “Salí de Chile con la misión de sacar el Master Sommelier y para eso tengo que estar en contacto con productos de todas partes del mundo, vinculado a una red de colegas que estén persiguiendo el mismo sueño, estar expuesto a las competencias que son un plus en el aprendizaje (…) Como somos un país productor de vino, en Chile estamos muy focalizados en lo local, hay muy poco importado, como sommeliers se está limitado a catar otras producciones que, para este tipo trabajo, es clave. Lo mismo en destilados y otros. En las competencias, las materias que hay que ir abordando son tan amplias que, si no se está en contacto con eso en el trabajo, no se tiene posibilidad”, comenta. Es un camino difícil, y no solamente porque implica estar lejos de familia y amigos, también ha significado abrirse paso solo en una industria competitiva. “Siento que ya hice esa etapa y ahora toca seguir avanzando”, afirma concentrado en lo que viene.
“A nivel académico, tengo el título de Advanced Sommelier de la Corte de los Masters Sommeliers, por lo tanto, soy uno de los pocos candidatos en el mundo para optar al diploma de Master Sommelier”, dice. Vale decir que solamente hay 270 personas con esta categoría en el mundo; en Sudamérica, el único es Héctor Vergara, quien pasó airoso el examen en 1982. “Sin don Héctor no existiría la carrera de sommelier en Chile. Para mí es una inspiración, siempre le agradezco por dejar la vara tan alta porque todos apuntamos para allá, tanto a nivel de excelencia en servicio y hospitalidad como en la humildad”, comenta Marcelo Arriagada.
Como Mejor Sommelier de Chile 2021, el head sommelier de Kappo Masa representó a Chile en las competencias internacionales Mejor Sommelier del Mundo París 2023 y Mejor Sommelier de las Américas 2022, donde fue calificado número 10 del continente entre 20 competidores. Ahora, gracias a su reciente triunfo irá a los certámenes Mejor Sommelier de las Américas, Estados Unidos 2025, y Mejor Sommelier del Mundo, Portugal 2026. Estar presente en estos encuentros es su principal motivación en lo inmediato: “Al competir en Chile mi misión fue clasificar nuevamente a los certámenes internacionales y llegar con más experiencia a la competencia que elige al mejor de las Américas, tratar de llegar a una final”. El próximo año, o quizás en 2026, una vez que corra la lista de postulantes a la Court of Master Sommeliers, será el turno de rendir el más alto examen, el que consagre su carrera y sus metas.