“He hecho muchas locuras, cosas que mucha gente no se ha atrevido a hacer. Pero nunca he sido rencoroso ni envidioso”, sentenció en su última entrevista, concedida al equipo de Revista Gentes. Precisamente, a lo largo de una vida, Floreal Usan fue conocido tanto por sus cercanos como por sus colegas del sector como un hombre de sólida entereza, franqueza y honestidad. “O lo querías, o no lo querías. Y si no lo querías, lo respetabas”, recordó su hermano gemelo Albor en conversación con Chef&Hotel. “En una primera impresión era tosco pero, después, quien lograba convertirse en su amigo, llegaba a conocer su lealtad”. Prueba de su compromiso y de su capacidad desinteresada de aconsejar y ayudar al resto, sin importar la opinión que de él se tuviese, fue la asistencia de más de doscientas personas al servicio fúnebre oficiado en su memoria.
Sus restos descansan en el Parque del Recuerdo de Santiago, pero su velatorio fue realizado en la Iglesia San Agustín de Talca, ciudad a la cual entregó años de su vida. Su capacidad de visión hizo posible la construcción del Eco Hotel, cuya infraestructura marcó un hito para el rubro en la capital de la Séptima Región y lo llevó a ser parte directa del rubro como miembro de Hoteleros de Chile. El Edificio España, también ubicado en la Ciudad del Trueno (Talca), fue otra de las grandes iniciativas de Floreal para honrar sus raíces españolas; así como lo fue ser socio del Estadio Español de la ciudad y ser parte de su directorio.
Su filosofía de vida, expresada por él mismo en el registro de su última entrevista, parece simple a primera escucha, pero encierra un gran secreto: tener la sabiduría necesaria para darse cuenta de cuándo realmente una oportunidad no es para uno y ser capaz de dejarla ir. Aquella oportunidad, simplemente, le pertenece a alguien más. Pero, si existen los recursos, las ganas, y los medios para llevarlo a cabo, no hay que dudar y se debe tomar. Al menos, uno no se lamentará a posteriori de no haber tomado el riesgo para cumplir su sueño.
“Siempre es mucho más fácil hacer las cosas cuando alguien te apoya o te aconseja desinteresadamente”, recuerda con cariño su hermano Albor. “Cuando quisimos hacer el hotel fue así. Él me dijo ‘todo el mundo se mete en cosas endeudándose, si lo hacen los demás lo podemos hacer nosotros’. Y siempre teníamos esa política, siempre es más fácil cuando van dos”. Entre ambos, la complicidad mutua era una herramienta de supervivencia y, a la vez, una actitud ante la vida.
Bromeando ante la adversidad, Floreal solía decir “capaz que me de Covid y me terminen enterrando solo”. Mucha gente que le conocía y estimaba, procedentes en su mayoría de regiones, no pudo asistir a su funeral. Sin embargo, hasta el día de hoy su familia recibe saludos y condolencias que dan cuenta de cómo, sin intención de percibir compensación alguna –como a menudo suele darse en el mundo de los negocios– su actitud sin tapujos no pretendía nada más que, desinteresadamente abrir los ojos de los demás a nuevas oportunidades y formas de encarar sus negocios.
Hoy, queremos despedir y rendir homenaje a un hombre que, como apunta su querido hermano Albor, “no era precisamente llevado a sus ideas, pero no se achicaba ante nada y ante nadie”. Es la intención del equipo de Chef&Hotel honrar y recordar la lealtad y carácter único de un hombre que desde hace casi dos décadas tuvimos el placer de conocer y considerar un amigo. El mismo que, al enterarse del pronóstico de su padecer, sabiamente supo dejar atrás las tribulaciones y, en sus propias palabras, “dedicarse a vivir la vida”. Gracias por todo, y buen viaje.