Atreverse, innovar y dejar atrás el estilo conservador es lo que se propuso este recinto. Tuvo éxito en la empresa y se convirtió en una llamativa opción hotelera con fortalezas que van mucho más allá de su privilegiada ubicación en exclusivo barrio residencial a pasos de una de las principales avenidas de Santiago.
Elementos chilenos, recuperación de espacios y elementos, así como la armonía con la obra del artista que le da nombre lo hacen entretenido y novedoso al tiempo que le permiten responder a los desafíos del mercado. En esta clara personalidad actual también se involucra la gastronomía y su restaurante se aprecia con carácter, interesante, en definitiva, con una historia que contar
El nuevo aire que invade a Rugendas hotel boutique se percibe desde lejos, basta ver en la fachada su nombre trabajado en cobre sobre una cenefa negra con remozada tipografía y logo, una imagen de líneas simples y trazos a mano alzada que refleja renovada personalidad.
Andrés Fuenzalida, dueño y controlador del grupo Time Hotel & Apartments al que pertenece el hotel, empresa con más de 30 años de trayectoria, ha ido evolucionando su visión y propuesta empresarial inteligentemente, a la par con el desarrollo de la industria, y lo hecho con Rugendas es prueba de aquello.
Tras la pandemia se estableció la idea de hacer una remodelación para convertirlo en un espacio que, además de inmejorable ubicación en un barrio comercial y residencial de la comuna de Las Condes, brindara aquello que buscan los pasajeros hoy por hoy. “Los hoteles ya no son solamente alojamiento, los huéspedes permanecen y viven una experiencia dentro”, dice Fuenzalida.
Fue así como, durante 2022, se investigaron opciones hasta llegar a un profesional capaz de trabajar un concepto de arquitectura y de interiorismo que, junto con un cambio inmediato, supiera otorgar una nueva identidad, más actual, pero suficientemente alejada de tendencias, capaz de mantenerse en el tiempo.
El arquitecto Carlos Gallardo fue elegido para guiar el proceso y en conjunto con el equipo de su oficina de arquitectura y diseño –CGI–, desarrolló una propuesta que reemplaza con éxito el sello clásico que por décadas representó al hotel. “Nos dimos cuenta de que había varias necesidades que cubrir, se requería sacarlo del formato conservador y tradicional, tal vez, algo pasado de moda. El plan era transformarlo en un espacio más innovador”, comenta Gallardo
Los trabajos comenzaron en enero de 2023 aprovechando la baja temporada en cuanto a demanda de pasajeros corporativos, uno de los principales segmentos de público que prefiere el hotel, y sin cerrar las puertas ni dejar de recibir clientes, se fue realizando una verdadera reingeniería de imagen que hoy ya está terminada, no obstante, en los próximos meses se avizora un par de sorpresas más, sobre todo, para cuando llegue nuevamente la primavera y sea tiempo de disfrutar más al aire libre.
El arquitecto Carlos Gallardo fue elegido para guiar el proceso y en conjunto con el equipo de su oficina de arquitectura y diseño –CGI–, desarrolló una propuesta que reemplaza con éxito el sello clásico que por décadas representó al hotel.
¿Qué encuentran hoy los pasajeros de Rugendas? Bajo la consigna menos es más, cada pasajero que llega al hotel goza de áreas muy acogedoras a través de colores, texturas y cálida iluminación. En una observación general, sobresale el uso de maderas y cuero, así como de diversos elementos hechos con exclusividad para el hotel, también la preocupación por una experiencia confortable que tiene buen ejemplo en la renovación de ropa de cama y toallas, procurando en todo momento un estilo pulcro y elegante que alcanza perfecta combinación con elementos estéticos como grifería negra, también renovada.
En cada una de las 51 habitaciones de Rugendas, ya sean las de tipo doble o single (con cama queen o twin) todo está dispuesto para que, si así lo requiere, el huésped también trabaje; cuenta con escritorio y detalles del servicio como un planner. Leer por asuntos profesionales o de placer siempre será confortable aquí, pues junto a la cama hay lámparas dirigidas
En estética, hay una entretenida apuesta: Carlos Gallardo cuenta que en el afán de resaltar un poco más la marca Rugendas, a partir de la obra del artista se hizo un patrón de colores para la decoración de habitaciones incluyendo en ello papeles murales y pieceras que fueron encargados a proveedores locales en línea con el interés que en esta nueva etapa se quiere dar a la responsabilidad social empresarial.
Bajo la consigna menos es más, cada pasajero que llega al hotel goza de áreas muy acogedoras a través de colores, texturas y cálida iluminación. En una observación general, sobresale el uso de maderas y cuero, así como de diversos elementos hechos con exclusividad para el hotel.
Siguiendo con Mauricio Rugendas, en la remodelación del hotel se decidió que en los espacios comunes se exponga la obra del pintor con copia de sus óleos y croquis, imágenes que hoy se lucen con enmarcaciones diversas, a veces, antiguas y refaccionadas. En la misma línea y a propósito del uso que el artista hizo del paisaje chileno, también se acentuó la utilización de elementos propios de la escena local, caso de la palma chilena.
Ecléctico, el lobby continúa dando protagonismo a Chile con diversos elementos, incluidas artesanías de diferentes destinos, pero, sobre todo, procura un ambiente acogedor, casi hogareño: cuenta con una mesa de madera estilo comedor usualmente usada para trabajar o conversar, y un living que los pasajeros emplean como la sala de estar de su casa. “No es el clásico lounge, es acogedor y cómodo e invita a trabajar con lámparas bajas y suficientes conexiones”, describe el arquitecto Carlos Gallardo.
POTENCIAR Y RESCATAR ESPACIOS
La frase que precede es parte de la nueva etapa de Rugendas y un buen ejemplo de ello es que hasta 2022 el hotel contaba con dos salones de reuniones: los espacios Atacama y Patagonia, ambos con capacidad para 12 personas. Sin embargo, a partir de la transformación, el recinto dispone de tres áreas para actividades corporativas o sociales, ya que una antigua bodega se convirtió en un salón apto para 80 personas en formato auditorium. Hoy este es el tercer salón, el Rugendas, una sala que –al igual que las otras dos– cuenta con tecnología para streaming y servicio de catering, figurando en la actualidad como de uno de los espacios más requeridos del hotel, todo un éxito comercial.
Cada cambio que da vida al renovado Rugendas habla de la importancia que en esta nueva fase el hotel brinda a las necesidades de sus clientes, elemento esencial en un concepto boutique. Y es tanto así que, buscando dar atención personalizada y rápidas respuestas, el servicio de cocina puede adecuarse a los pasajeros. Por ejemplo, si se sabe que se ha hospedado un alto porcentaje de hombres en viaje de negocios, es factible hacer cambios en el desayuno –disponible para huéspedes y clientes externos– sumando a las usuales preparaciones de huevo
y frutas nacionales, entre otros extras, las preferencias de este grupo.“El ser un hotel más pequeño permite independencia y flexibilidad en la cocina”, comenta Andrés Fuenzalida.
Hablando de público, resulta importante mencionar que, si bien el segmento que opta por Rugendas siempre ha sido el huésped en viaje de negocios, es común que hasta aquí lleguen turistas, generalmente extranjeros, sobre todo europeos, que buscan hospedajes pequeños bien situados, aspecto en que el hotel brilla dada su envidiable ubicación en un barrio de Las Condes tan tranquilo y residencial como comercial y conectado a los diferentes puntos de la ciudad.
Cada cambio que da vida al renovado Rugendas habla de la importancia que en esta nueva fase el hotel brinda a las necesidades de sus clientes, elemento esencial en un concepto boutique. Y es tanto así que, buscando dar atención personalizada y rápidas respuestas, el servicio de cocina puede adecuarse a los pasajeros.
A todos los clientes mencionados se suma un nuevo grupo, y es que posterior a la época de pandemia en que se restringió la movilidad social y la visita a restaurantes, el hecho de comer fuera de casa fue el deseo de muchos. “Hubo un cambio en el comportamiento”, reflexiona Carlos Gallardo, quien investigando el tema propuso que el espacio gastronómico del hotel tomara ese antecedente y se renovara para satisfacer y recibir mejor a este público que, en el caso de Rugendas Restaurant –nuevo nombre– incluye vecinos que vienen usualmente hasta aquí para almorzar o cenar.
“El trabajo se hizo para acoger las nuevas necesidades y el restaurante se acondicionó a la gente que viene hasta aquí. Investigamos el tipo de comensal, aquel que se veía todos los días, y a partir de esto se hicieron modificaciones, por ejemplo, reforzar el área de bar instalándolo como un espacio donde es posible sentarse junto a la barra”, explica el arquitecto.
La recuperación y potenciación de espacios va muy en sintonía con un concepto de sustentabilidad que el hotel quiere reforzar. Y si bien no se crearon metros cuadrados para el restaurante en esta nueva etapa, sí se acondicionaron algunas áreas olvidadas. Puntualmente, se ocuparon zonas de tránsito antes desaprovechadas haciendo más atractivo el salón interior con sus diferentes ambientes. Por otro lado, trabajando con luminaria led para mayor eficiencia energética, se iluminaron áreas donde no había luz y, poniendo acento en determinados puntos, se logró la identificación, transformación y creación de ambientes.
En el mobiliario, por su parte, se hizo una labor de restauración unificando las sillas con un trabajo en cuero hecho por un diseñador nacional. A su vez, el equipo indagó en las bodegas del hotel y recuperó antiguos utensilios y muebles, puliéndolos y pintándolos para enriquecer la apuesta estética.
COCINA CHILENA CON DESTELLOS ITALIANOS
Rugendas Restaurant recibe 80 comensales y está abierto hasta las 23 horas. Todos los días de la semana, excepto los miércoles, las tardes son amenizadas por un DJ que pone música al gusto de un público que promedia 40 años. La experiencia se vive en una terraza techada donde Carlos Gallardo se ha ocupado de instalar un diálogo estético con el salón interior, especialmente, en cuanto colores y la presencia de vegetación, plantas que se iluminan y complementan con las lámparas de pantallas elaboradas en cestería por artesanos chilenos.
Rugendas Restaurant el comensal encuentra chupes, pasteleras, pescados, asado de tira y osobuco, entre otros. Destaca, además, una oferta de pastas frescas, especialidad de esta cocina a propósito de la pericia que tiene el chef a cargo, Ricardo Salazar.
“Una de las gracias de ese sector es que al estar en un nivel inferior, los comensales disfrutan del aire sin estar junto a la calle. Ahí sigues teniendo la luz de día, la conexión con los árboles de la calle, y ese es el efecto que queremos potenciar, también sorprender, que la gente que camina por el barrio baje y se encuentre con este rincón vestido con muebles de terraza, piso de baldosa estilo antiguo y revestimiento de durmientes”, describe el arquitecto.
La invitación la hace la segunda terraza del restaurante, espacio al aire libre habilitado junto a la vereda hace un par de años y que promete, junto al otro espacio exterior del restaurante, entregar mucho más conforme pasen los meses y se concreten planes como aquel de instalar una segunda barra. Por ahora, el foco es la temporada de otoño y la reciente carta que convoca a disfrutar la época. Se luce con el nuevo concepto gastronómico que representa la renovada personalidad del hotel: una apuesta por productos, técnicas y platos típicos chilenos con un toque propio. Junto con crear identidad, la intención es que los comensales, sobre todo los extranjeros, conozcan el país por medio de esta cocina que muestra despensa y recetas tradicionales.
Así las cosas, en Rugendas Restaurant el comensal encuentra chupes, pasteleras, pescados, asado de tira y osobuco, entre otros. Destaca, además, una oferta de pastas frescas, especialidad de esta cocina a propósito de la pericia que tiene el chef a cargo, Ricardo Salazar, cocinero de 38 años que se formó en gastronomía en un liceo técnico y que una vez egresado se dedicó a continuar su formación con cursos y labores en diferentes cocinas. Trabajó, entre otros, junto a Marcelo Maillard y en restaurantes como Sole Mío, pero los últimos nueve años fue parte de Al Pesto, lugar de Chicureo donde Andrés Fuenzalida conoció su trabajo y, apreciando su talento, lo invitó a ser parte de la nueva etapa de Rugendas. “Me llamó la atención y quise probar suerte en un nuevo contexto”, cuenta Salazar, quien se integró al equipo en octubre pasado dando inicio a la renovación gastronómica del hotel. Hoy trabaja junto ocho personas y resalta el uso que hacen de preparaciones propias y producto fresco, muchas veces, adquiridos con proveedores locales. “Me interesa el sabor y la abundancia, son claves de esta cocina, lo mismo el maridaje, procurando siempre un buen vino para las pastas o espumantes adecuados en caso de ensaladas o entradas”, detalla el cocinero haciendo alusión a las opciones de la cava del restaurante, una cuidada selección que considera alternativas de todos los valles chilenos.
Vale mencionar y destacar que la cocina chilena que aquí se prepara también incluye un toque italiano, algo que queda representado en platos como una plateada escabeche con timbal de polenta gratinado. Lo cierto es que en la carta hay opciones para todos los gustos e instancias: además de cenas de tres tiempos con postres que dan cuenta de tradiciones chilenas y foráneas muy asentadas, como las recetas de kuchenes alemanes, se incluyen sándwiches, tapas y tablas con pescados y mariscos, ceviches al estilo Rugendas, jamones, quesos y opciones sin gluten y veganas. A todo eso se suman las sugerencias del chef y el menú ejecutivo de tres tiempos con jugo o limonada.
Sin duda es una propuesta amplia y variada, diseñada de este modo para satisfacer a diferentes públicos y representar épocas. Tal cual resalta el chef de Rugendas, sobresale su flexibilidad: si en verano abunda la oferta de platos fríos, caso de tártaros de atún o de salmón, en tiempos de frío figuran opciones cálidas como charquicán con huevo de codorniz. La temporada siempre manda y es así como desde mayo hay otra invitación, la de conocer los nuevos platos con productos del mar, por ejemplo, en relleno de pastas.
Rugendas hotel boutique
Callao 2988, Las CondesReservas: +56 2 2757 2000
reservas@time.cl
time.cl/rugendas/