Hotel Boutique AYCA La Floran: Un refugio para disfrutar la magia porteña

Hotel Boutique AYCA La Floran: Un refugio para disfrutar la magia porteña

Hace más de 3 años comenzó a operar este hotel, que ofrece 11 habitaciones decoradas con detalles de antigüedades reutilizadas, objetos característicos de Valparaíso y la conexión floral al interior y exterior del inmueble.

En medio de la amazonia peruana, rodeados de vegetación endémica nació el amor entre la alemana Anne Charlotte Schollhorn y el chileno Alex Lagos Aranda. Esa última noche de hospedaje, en el Hotel Corto Maltés, fue mágica y providencial. Ella es administradora de empresas y fotógrafa y él economista y empresario turístico, mientras Anne cerraba sus vacaciones en Perú con sus hijos, su vida se trenzó con la de Alex, quien llevaba más de una década radicado en dicho país y era el gerente del hotel. Sus destinos se cruzaron y el rumbo de sus vidas cambió su trazado, pues meses después de conocerse empezaron a delinear un futuro juntos, que años más tarde dio vida a su hijo en común: el Hotel Boutique AYCA La Flora, nacido en la primavera del 2021.

La pasión común por el turismo y la naturaleza colaboraron para que esta pareja, de vidas ya resueltas y con 4 hijos de sus anteriores matrimonios, decidieran abandonar Perú y Alemania y buscar dónde empezar de nuevo. Después de años de análisis, Alex se dio en la tarea de buscar una casona en Valparaíso, visitó cientos de propiedades hasta dar con la indicada y escogió el puerto pues él nació en Viña y siempre apreció esta región. Pandemia mediante que dejó a Anne “atrapada” en Chile en una de sus visitas, solo les quedó dedicarse a concretar el sueño.

SOCIOS Y MATRIMONIO DEL PROYECTO HOTELERO | Anne Charlotte Schollhorn y el chileno Alex Lagos Aranda

Ambos se pusieron manos a la obra de manera literal, pues Alex dirigió las obras de adaptación del inmueble de 1945, hizo las piezas decorativas reutilizando mobiliario y piezas de anticuarios y Anne coció numerosos cojines y otros elementos que resaltan en las piezas y espacios comunes. Lograron hacer 11 habitaciones amplias, cómodas, luminosas y todas diferentes distribuidas entre la casona principal de estilo georgiano americano y una edificación totalmente nueva que tuvieron lista el 2020 e hicieron de cero. “Con el estilo del moderno, se rinde homenaje a la historia industrial y vanguardista de la ciudad cosmopolita. La arquitectura es un homenaje a los famosos ascensores de Valparaíso”, resaltaron los dueños y con detalles decorativos instan a que los visitantes no solo se sientan en Valparaíso, sino que incluso tengan sueños porteños.

Los destinos de Anne y Alex se cruzaron y el rumbo de sus vidas cambió su trazado, pues meses después de conocerse empezaron a delinear un futuro juntos, que años más tarde dio vida a su hijo en común: el Hotel Boutique AYCA La Flora, nacido en la primavera del 2021.

Las habitaciones se dividen en 3 categorías, partiendo por las Doble/Individual Standard de 13 m2, como la llamada Frutilla, con cama queen, una decoración señorial con respaldo de cama y cojines en tela de rosas y bordes dorados, con vista desde la ventana a Valparaíso; y la Copihue, del mismo tamaño, donde las antiguas ventanas de madera ahora sirven como espejos y puertas de gabinetes y posee acceso independiente directamente al jardín. Existen 7 habitaciones en categoría Superior, todas con cama king matrimonial o tween, como la llamada Heliconia, 22,5 m2, ambientada en las aves del paraíso con acceso directo al jardín y acceso universal en todos sus espacios. La Jasmín, con balcón propio, amueblada con detalles en tranquilos tonos azules y verdes, vista al palto y al mar. También está la habitación Acantus, Chagual, Ají, Pomelo y Pasionaria, todas con escritorios o repisas hechas con madera y muebles reutilizados y baños similares con duchas modernas, grifería alemana y singulares vanitorios de cobre. En categoría Deluxe hay 2 habitaciones con cama doble kingsize, la Araucaria, que es un amplio loft de 25 m2 situado en la azotea con dos ventanales, uno de los cuales conduce a un pequeño balcón. Las vigas del techo a la vista le dan a la habitación su elegancia rústico-moderna. Y la habitación Granada, con la cama king y arriba una segunda cama, donde la construcción de acero industrial-moderno crea un contraste con los cálidos tonos de madera y la decoración histórica y colorida. Las grandes ventanas panorámicas permiten una vista desde la ciudad alta hasta el puerto.

OASIS NATURAL CON CONEXIÓN HISTÓRICA

            Anne y Alex resaltaron la particular ubicación del hotel, “estamos en medio del casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La especial ubicación sobre la roca de la antigua fortaleza Concepción transforma el hotel en un oasis verde con vista al ajetreo y bullicio del puerto de transbordo”. Estas características se potencian con una curiosidad, la casona está rodeada de vegetación, muy bien conservada y potenciada por sus dueños. De hecho, el nombre del hotel hace alusión a esto AYCA, habla de Araucaria y Chagual dos plantas también presentes en el jardín. “Hay plantas regionales como un laurel enorme, un palto de 70 años y un damasco de 80 años; jugosos cítricos como limón, naranjo y mandarina; muchas suculentas y los copihues, camelias, lavanda, pasiflora, hortensias hacen florecer la anticipación hacia la naturaleza de Chile. Tenemos terrazas con diversas vistas y elementos ornamentales como fuentes de agua, un cañón, una escalera de caracol, entre otros”.

Lograron hacer 11 habitaciones amplias, cómodas, luminosas y todas diferentes distribuidas entre la casona principal de estilo georgiano americano y una edificación totalmente nueva que tuvieron lista el 2020 e hicieron de cero.

Muy de la mano con su conexión con la naturaleza, paralelamente descubrieron otro oasis en Olmué, que puede ser visitado por los mismos huéspedes y por otros grupos acotados. El Cornelio es un parque natural en el sector Las Palmas de 7,5 ha a 900 m s. n. m., donde se encuentra un bosque esclerófilo, lajas de granito de la quebrada del Carrizo y un nuevo palmar. “Pese a llevar ese nombre no había ninguna palmera en el terreno, por eso nos preocupamos de replantar más de 100 especies”, explicaron ambos. Acá los visitantes experimentan un full día, con tour ecológico, disfrutan de un almuerzo en horno de barro y cata de vinos nacionales.  Hay dos habitaciones, que se pueden arrendar en casos especiales”

Esta conciencia ecológica lleva a que en El Cornelio cuenten con instalación de baños con biodigestores y electricidad con paneles solares. Y en AYCA La Flora también se basan en una filosofía circular, con riego del jardín tecnificado. Gran parte del mobiliario de las salas comunes, como el desayunador, el salón y el comedor principal, luce baúles, lámparas antiguas y muebles restaurados o construidos con maderas rescatadas de durmientes e incluso vitrales de una antigua iglesia. En las habitaciones la decoración es con este tipo de elementos y la preocupación por el cuidado del agua se traduce, por ejemplo, en obsequiar una botella reutilizable para que la rellenen con agua a libre disposición en el hotel y los amenities son biodegradables en dispensadores, para reducir el plástico y la basura.

DESAYUNO CON SABORES LOCALES

Todos los huéspedes disfrutan de un desayuno con insumos de proveedores locales y regionales, como el café de grano de los porteños Puro Café, té, pan recién horneado de una panadería del cerro, mermelada hecha en casa, ensalada de fruta fresca, jugos naturales queque de mandarina con frostin de limón o queque de vino Carmenere, huevos a la orden de gallinas felices, yogurt, cereal queso y jamón, todo en opciones veganas, vegetarianas, sin gluten y sin lactosa.

Anne y Alex resaltaron la particular ubicación del hotel, “estamos en medio del casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La especial ubicación sobre la roca de la antigua fortaleza Concepción transforma el hotel en un oasis verde con vista al ajetreo y bullicio del puerto de transbordo”.

Si bien no dan servicios de restaurant, pues se sitúan a pasos de excelentes alternativas como La Concepción, Turri, Kapura, Il Paparazzo, Tres Peces, María María, etc. Hay un trago de bienvenida con picoteos, y la opción de comprar vinos chilenos para disfrutar en los distintos jardines y con la espectacular vista en primera fila o en la terraza en altura.

En su misión por aportar al turismo, son parte de la Asociación Gremial de Hoteleros de Valparaíso y para animar a los turistas, en su mayoría extranjeros, les entregan mapas, algunos creados por ellos mismos, con sugerencia de lugares para visitar caminando o a través de los tours de operadores certificados.

“Queremos que nuestra AYCA La Flora sea un refugio, un escondite para cada viajero. El huésped puede experimentar la magia de Valparaíso, pero al mismo tiempo disfrutar del ambiente tranquilo del hotel, sentirse cómodo y relajarse. Nosotros, Anne y Alex, somos una pareja alemana-chilena que combina la precisión alemana con el encanto chileno del «savoir-vivre». Los diferentes aspectos e incentivos de nuestras dos culturas crean el encanto especial de nuestra oferta”, recalcaron finalmente los dueños del hotel.

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