Para disfrutar lo mejor en un ambiente relajado

Juliet, cafetería de especialidad

Para disfrutar lo mejor en un ambiente relajado

En la casona que acoge esta propuesta se percibe la belleza del pasado y hay evocación de aires parisinos. A la mesa llegan platos con productos de estación y sello italiano como variedad de bebidas calientes y frías, que se suma a alternativas para desayunos, brunch, almuerzo y hora del té. Gracias al buen uso de los diferentes espacios, su ambiente tiene movimiento y presume la buena convivencia de un público diverso que incluye desde quienes buscan trabajar hasta familias con niños.

Las mañanas y tardes se hacen protagonistas en Juliet mediante una entretenida carta creada para desayunar o disfrutar a la hora del té. En tanto al almuerzo la propuesta no decepciona, muy por el contrario, se luce con platos de autor que integran productos de temporada y el positivo sello que siempre otorga la elaboración propia.

Los comensales que arriban a esta cafetería de especialidad situada en una señorial casona de Av. Pocuro 3015, en Providencia –a una cuadra de Av. Tobalaba–, pueden reservar entre nueve de la mañana y nueve de la noche. Hasta la una de la tarde, desde la cocina salen tostadas francesas, prensados, pastelería, croissants, pailas de huevo y brusquetas presentadas en trilogía o dúo, siempre con originales rellenos, como preparaciones con mango o tomates asados, tal como lo detalla el chef a cargo, Fernando Rojas, un cocinero formado en DUOC que suma diez años de experiencia habiendo trabajado en restaurantes y hoteles antes de integrarse al proyecto.

Es usual que el público elija varias opciones de la carta. “Lo que llamamos brunch aquí es un desayuno contundente, una comida a media mañana que incluso pueda reemplazar el almuerzo”, dice Alejandra Donoso, dueña de Juliet. Las pizzas también son muy requeridas y vale saber que son una de las especialidades de la cafetería, es así como bajo el nombre La Pizzeta Napolitana aquí existe una carta especial con masas fermentadas y napolitanas hechas 48 horas antes de servir. Sin duda, son excelente opción para almorzar, pero cuando el reloj marca las 13 horas, lo cierto es que la cocina de Juliet dispone sus Platos de Estación, una carta en la que sobresalen las pastas frescas, reforzando el sello italiano de la gastronomía que aquí se desarrolla. Uno de los platos más exitosos está justamente en esa línea, son los Ñoquis rellenos con ciruela y nuez macerada en coñac con salsa de tres quesos. Otro de los favoritos para almorzar en esta cafetería es el Salmón hecho con salsa de caramelo y naranja, un plato que, además, lleva papas y crema ácida de palta.

Con estos ejemplos y sumando un breve repaso por la lista de opciones para disfrutar a cualquier hora en Juliet, resalta la idea de originalidad. Alejandra Donoso lo reafirma: “Queremos ir innovando con productos nuevos, nos gusta mucho juntar los diferentes sabores de las verduras y las frutas. Otro ejemplo es lo que hicimos con una pizza de higos y aceto balsámico. Ya que trabajamos productos frescos que llegan todos los días, constantemente variamos los platos, algo que da la oportunidad de sorprender constantemente, sobre todo a los comensales habituales”.

Es usual que el público elija varias opciones de la carta. “Lo que llamamos brunch aquí es un desayuno contundente, una comida a media mañana que incluso pueda reemplazar el almuerzo”, dice Alejandra Donoso, dueña de Juliet.

 

UNA CAFETERÍA CON HISTORIA

Juliet es un espacio con capacidad para recibir hasta 120 comensales y es visitado, usualmente, por vecinos del sector de Pocuro y Tobalaba, también por familias con niños, así como por adultos en busca de un sitio agradable y tranquilo para trabajar; por supuesto, hasta aquí también llega gente deseosa de probar buen café de especialidad. En definitiva, la cafetería se ha convertido, desde su apertura –al finalizar el invierno pasado–, en un entretenido punto de encuentro.

Si bien lleva unos cuantos meses en acción, lo cierto es que el lugar tiene una historia bastante más larga. Alejandra Donoso cuenta que la propuesta nació hace varios años bajo el nombre Casa Juliet y siempre con el objetivo de ser una cafetería. Era su ideal y también el de su padre. “Nos gustaba mucho lo que se forma en una cafetería, el ambiente propio de este tipo de espacios, donde la gente llega por diferentes razones, no sólo para almorzar.

Esto podría ser un restaurante, pero me gusta más la onda que tiene una cafetería, la gente que va a una cafetería es distinta a la que va a un restaurante o, mejor dicho, es gente que busca otra cosa”, opina la empresaria.

Así, las cosas, la idea se concretó primero en una casa situada en el sector de las avenidas Colón y Américo Vespucio, donde, al correr del tiempo y espontáneamente, la propuesta fue tomando el sello de un espacio familiar muy visitado por mamás y papás con niños pequeños, modelo muy novedoso en su momento que, por lo mismo, tuvo particular éxito, aun cuando diluyó la propuesta que daba énfasis en el concepto de cafetería. “En lugar de enfocarse en ofrecer un buen café y atractivos sándwiches nos enfocamos mucho en los niños, que el lugar contara con juegos lindos, etc.”, resume la empresaria.

Durante la pandemia, cuando hubo que cerrar el local, Alejandra retomó la idea inicial y se propuso que al reabrir el foco sería el público adulto, sin dejar de lado espacios para que los niños que los acompañen se entretengan y estén seguros. Así fue como el 19 de septiembre pasado el proyecto renació bajo el nombre de Juliet, con renovada imagen gráfica y nueva ubicación, puntualmente, en una amplia casa que data de 1942 y se encuentra situada en Av. Pocuro.

 


Juliet es un espacio con capacidad para recibir hasta 120 comensales y es visitado, usualmente, por vecinos del sector de Pocuro y Tobalaba, también por familias con niños, así como por adultos en busca de un sitio agradable y tranquilo para trabajar; por supuesto, hasta aquí también llega gente deseosa de probar buen café de especialidad.
 

DISEÑO PROPIO Y RESPETUOSO

Poder incluir en el proyecto al inmueble que hoy alberga a Juliet fue una oportunidad: corría el año 2020 y Alejandra pasaba regularmente por la calle donde se encuentra la casona; por supuesto, le llamaba la atención y le intrigaba que estuviera desocupada. Un día, al ver que alguien regaba el jardín, preguntó por los dueños y se enteró que acababa de ser comprada para ponerla en arriendo comercial. De inmediato, la empresaria pidió el contacto y quiso conocerla por dentro. Desde entonces, todo fluyó: los dueños del inmueble conocían la anterior Casa Juliet y tuvieron la disposición de colaborar para que el lugar acogiera la nueva versión de la cafetería.

Lo primero que decidió Alejandra Donoso fue sacar partido a los espacios y estética de la propiedad. En tanto diseñadora de ambientes, la empresaria se dedicó a recorrerla para ver qué intervenciones era posible hacer. Dadas las dimensiones de la construcción, Alejandra pensó en trabajar con otros profesionales, pero optó por continuar sola, avanzando poco a poco para alcanzar lo que realmente había soñado para su cafetería.

Teniendo clara la historia que precede al local, se aprecia con más valor cada detalle y no extraña que cada obra y elemento presente en los espacios de Juliet haya sido elegido con pinzas. Se trata de un diseño interior donde figura la idea de crear contrastes con la estética clásica de la casa, es así como algunas paredes se vistieron con papel mural floreado y, en el caso del mobiliario –piezas de diferentes formatos y materiales, todas confeccionadas a pedido– la intención es evocar cafés parisinos.

Respetando la estructura de la casa, también cabe destacar que se dio protagonismo a detalles originales de la propiedad, caso de la escala y el piso interior de parquet. El suelo de la terraza del patio sí se cambió reemplazando pastelones por cerámica. Instalados ahí, los comensales pueden ver los añosos árboles de un paisaje particular con olivos, un nogal y un níspero, además de una parra, vegetación que acoge y refresca al mismo tiempo. Se trata de una zona al aire libre donde está la barra de bebidas frías y cuyas mesas son reservadas, usualmente, por familias con niños que tienen, en un garaje remodelado, una adorable sala equipada con juguetes.

Mantener el espíritu de Casa Juliet, en cuanto a ser un lugar familiar, es parte del proyecto; por eso la cafetería también considera un espacio infantil donde los más pequeños pueden disfrutar con libros. “Prestar espacios para venir con niños, significa que tenemos especial cuidado con todo”, afirma Alejandra Donoso. Y lo dicho se une con el propósito de entregar una experiencia completa. “Que la gente venga, se tome un rico café, una rica limonada, que la mesa esté limpia, que si hay estación para niños no se trata de juegos tirados que haya una persona constantemente ordenando”, precisa la dueña de la cafetería.

 

Teniendo clara la historia que precede al local, se aprecia con más valor cada detalle y no extraña que cada obra y elemento presente en los espacios de Juliet haya sido elegido con pinzas. Se trata de un diseño interior donde figura la idea de crear contrastes con la estética clásica de la casa, es así como algunas paredes se vistieron con papel mural floreado.

 

SABORES ESTACIONALES

En el interior de la casa se encuentra la barra de cafetería y pastelería. Corresponde a un área tranquila, algo así como el living de Juliet, una sala que se complementa con terraza, esta vez, hacia el exterior. En el segundo nivel, donde hay dos salones con salida a un romántico balcón habilitado con mesas para dos, la cafetería brinda espacios de cowork que opera con reserva y donde el público solamente paga su consumo.

En estas zonas suelen instalarse quienes disfrutan de la carta de café. Trabajando diferentes orígenes –de Brasil, Ruanda y Colombia–, se procura entregar diversas sensaciones con las bebidas preparadas en base al expreso. Hay cappuccino, macchiato, latte, entre otros, además de filtrados, incluyendo entre estas últimas opciones de autor, caso de Filtrado Summer: con frutas y capaz de dialogar con la temporada de calor, tal como lo destaca el jefe de la barra de bebidas calientes, Fabián Suárez, profesional formado en la Escuela de Baristas de Chile, quien resalta, a su vez, el contacto directo que tienen con los tostadores para asegurar la calidad del producto que ofrecen.

Como complemento, Juliet cuenta con una oferta de pastelería que, si bien es de elaboración externa –a cargo de Sabor Nicole–, considera preparaciones creadas exclusivamente para este negocio con especial preocupación por la materia prima y sello artesanal, cualidad que se aprecia, por ejemplo, en manjar de elaboración casera y ausencia de conservantes.

 

Que la gente venga, se tome un rico café, una rica limonada, que la mesa esté limpia, que si hay estación para niños no se trata de juegos tirados que haya una persona constantemente ordenando”, precisa la dueña de la cafetería.

 

Lo cierto es que lo hogareño es propio de toda la propuesta de Juliet, algo que se logra sin dejar de lado la sofisticación de las presentaciones. Eso sí, lo primero es el sabor y  lograr diferencia respecto de lo que usualmente ofrecen las cafeterías, tal como recalca Fernando Rojas. Aun así, aquí los detalles estéticos son importantes y se aprecian desde la elección de la vajilla hasta la presencia de colores, esto último, incluyendo frutas en platos salados, así como hortalizas novedosas gracias al trabajo directo con pequeños proveedores que conocen los objetivos de esta cocina y garantizan un insumo bien tratado.

La elección de los insumos es clave en el carácter estacional de la carta: hay propuesta de invierno y otra de verano en el afán de aprovechar los productos de temporada. En esa línea es que durante este verano, ha lucido la mezcla de verduras y frutas, por ejemplo, en ensaladas y también en tostadas.

En el caso de bebestibles todo lo dicho anteriormente se cumple a cabalidad. La carta tiene jugos naturales, además de kombuchas, ginger beer, variedad de limonadas (menta jengibre, tradicional, albahaca y de berries), cafés helados y mocktails con una apuesta que permite el disfrute de la mayoría de los cócteles clásicos, pero sin alcohol, así como de jarras para compartir, por ejemplo, con vino tinto sin alcohol y frutas, uno de los favoritos del verano en Juliet.

La siguiente temporada seguirá en la misma línea y en las próximas semanas se espera el estreno de los platos de invierno. A su vez, hay proyectos a largo plazo y más allá de Santiago: la marca pretende crecer con la apertura de cabañas, siempre bajo el mismo estilo Juliet.

Juliet

Av. Pocuro 3015, Providencia
Horarios: Previa reserva
lunes 9.00 – 16.00 hrs.
martes a viernes 9.00 – 21.00 hrs.
sábado 10.00 – 21.00 hrs.
domingo 10.00 – 19.00 hrs.
Instagram (@casajuliet):
https://www.instagram.com/casajuliet_/

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