Nolia Brunch Bar: Un brunch para sentirse como en casa

Nolia Brunch Bar: Un brunch para sentirse como en casa

SOCIOS DE NOLIA | Benjamín Pérez y Gonzalo Peñafiel
En este nuevo proyecto, el empresario gastronómico Gonzalo Peñafiel y su socio Benjamín Pérez, ofrecen una experiencia de brunch –familiar y pet friendly– en un ambiente acogedor, con un diseño cuidado y una carta pensada para responder a la creciente demanda de este tipo de comida.

Nolia Brunch Bar está ubicado en Nilo Azul, una tranquila calle de la comuna de Vitacura, en una casa refaccionada que se encuentra rodeada de edificios. Recién abierto el pasado 18 de noviembre, poco ha tardado en hacerse una clientela de vecinos que lo frecuentan cada vez con más regularidad.

Los socios detrás de este proyecto son Gonzalo Peñafiel, cocinero de profesión y conocido empresario gastronómico, dueño de Do Sushi, Mango Gourmet y Local Burger, junto a Benjamín Pérez, ingeniero y uno de los socios fundadores de Kobo Sushi. En entrevista para Chef&Hotel, nos recibieron en su nuevo local para contarnos acerca de la visión que han puesto detrás.

Gonzalo primero cuenta que la afinidad con Benjamín se dio porque ambos comparten una visión empresarial –poco común en el mundo de la cocina– y que es la clave para el éxito en la gestión de cualquier negocio gastronómico. “Creo que una de las principales falencias que tienen los restaurantes, es que los cocineros los ven con mucho romanticismo y dejan de lado la parte comercial. Para nosotros, Nolia es una empresa y la hemos desarrollado de tal manera”, explica.

El desarrollo de Nolia tuvo siempre detrás esta mirada empresarial y esa es una de las características que lo hacen diferente. Para construir el diseño de marca, la paleta de colores e incluso para elegir el nombre y estética del local, se asesoraron con la agencia Daw y juntos lograron llegar al concepto definitivo que conocemos hoy.

“Ni el nombre fue dejado al azar. Como la calle se llama Nilo Azul, partimos con el nombre Nilo, pero lo cambiamos porque Nolia es como un nombre antiguo, que nos hace pensar en una señora del sur, de esas que cocinan rico, que son amables y hospitalarias. Esos son los valores que queremos personificar”, profundiza Gonzalo.

Nolia Brunch Bar está ubicado en Nilo Azul, una tranquila calle de la comuna de Vitacura, en una casa refaccionada que se encuentra rodeada de edificios. Recién abierto el pasado 18 de noviembre, poco ha tardado en hacerse una clientela de vecinos que lo frecuentan cada vez con más regularidad.

La casa donde se encuentra Nolia era originalmente una construcción habitacional antigua, que fue completamente modificada para adaptarse al concepto de brunch bar. El espacio fue seleccionado por su jardín 360°, que aporta un ambiente cálido, acogedor y que te hace sentir como en casa. Cada detalle fue cuidadosamente pensado y no dejaron cabos sueltos: desde los uniformes de los garzones, que llevan frases como «Nolia es lo que nos latte», hasta los del equipo de cocina, con el lema «la cocina trae buenos recuerdos». Gonzalo y Benjamín se han asegurado de que cada elemento contribuya a construir el ambiente y la experiencia que desean brindar.

En las primeras conversaciones que tuvieron antes de asociarse, estaban con la idea de aprovechar su experiencia en cocina japonesa y crear un nuevo concepto de sushi. Sin embargo, cuando llegaron a la casa donde hoy se encuentra Nolia, para ambos fue claro que debían optar por un brunch de tipo familiar y que fuera amigable con niños y mascotas.

“Nos hemos incorporado súper bien al barrio. Estamos en una calle con muy poco ruido y rodeados de departamentos, entonces somos muy cuidadosos en cuanto al volumen en que ponemos la música y también con nuestros horarios. Nuestros vecinos son los mejores aliados que podemos tener, así que nos preocupamos mucho de ellos y hasta ahora hemos tenido una aceptación increíble”, señala Benjamín.

HUEVO RANCHERO | dos huevos fritos, tortilla de maíz, salsa ranchera, cebolla encurtida y jalapeños. Jugo natural de piña y albahaca

UN BRUNCH DE ESTILO CLÁSICO

El concepto de brunch es la suma de las palabras breakfast y lunch (almuerzo y desayuno). Cada uno de los locales que ofrece este concepto de comida tiene una propuesta diferente, pero hay algunos productos que se repiten en la mayoría de los casos: pan, huevos, bollería, pastelería, jugos y café.

Los brunch vienen ganándose un lugar desde hace algunos años y cada vez es más amplia la oferta de este tipo de comida. Desde la mirada comercial de Gonzalo, este concepto hace mucho sentido: “tienes cuatro horarios rush en lugar de dos que es lo habitual en los negocios gastronómicos. El brunch funciona bien para desayuno y almuerzo, pero también para la famosa once-comida que tanto nos gusta a los chilenos”.

La carta de Nolia es sencilla, va directo al grano y está muy bien pensada. Gonzalo Peñafiel se asesoró con Francisco Mandiola, quien fuera chef ejecutivo del restaurante Europeo y juntos diseñaron la propuesta.

“Tienes cuatro horarios rush en lugar de dos que es lo habitual en los negocios gastronómicos. El brunch funciona bien para desayuno y almuerzo, pero también para la famosa once-comida que tanto nos gusta a los chilenos”, explica Gonzalo Peñafiel, socio de Nolia.

Lo primero que destaca en su carta es la ‘Estación de Huevos’ que está disponible desde que abren hasta las 13:00 horas y luego de 16:00 a 20:00 horas. Aquí se incluyen algunos clásicos como revueltos con tostadas ($4.900) y a la copa ($9.900) con migas de masa madre y tostadas, además de una de las preparaciones más icónicas de los brunch: los huevos benedictinos ($11.900). En este caso, los puedes pedir con una proteína a elección entre salmón ahumado, jamón artesanal, tocino, brisket o pastrami.

Para refrescarse cuentan con jugos naturales, limonadas y smoothies, hechos en el momento y en la categoría de los cafés ofrecen los tradicionales espresso, americano, capuccino o mocaccino, además de preparaciones más creativas como el affogato de pistachos ($4.200) o cold brew cítricos ($3.900). Todo el café que usan es molido en el mismo local para preservar mejor su sabor y aromas.

En la categoría ‘dulces’ su propuesta consiste en distintos tipos de tortas y otros productos de pastelería, todos hechos en casa. Imperdible es la torta Nolia ($5.900), hecha de almendras tostadas infusionadas con ron, bañada en un ganache de chocolate blanco.

En horario de almuerzo y de cena también ofrecen platos de comida como la plateada en cocción lenta ($12.900) que va con pastelera y su propia demi-glace, o la parmigiana di melanzane ($12.900), que es un tipo de lasaña de berenjenas con mozzarella, salsa pomodoro, albahaca y grana padano. Tampoco dejan de lado los sánguches y se atreven a ofrecer desde un barros luco en filete ($10.900), hasta un waffle de pollo frito ($10.900) con tocino, salsa gochujang, miel y maní tostado, con clara influencia coreana.

“Si alguien quiere chanchear lo puede hacer (ríe) y si quiere algo detox, mucho más sano y para reponerse, también lo puede hacer. La idea es tener una oferta que les guste a todos”, añade Benjamín.

Lo primero que destaca en su carta es la ‘Estación de Huevos’ que está disponible desde que abren hasta las 13:00 horas y luego de 16:00 a 20:00 horas.

La experiencia en Nolia –sin embargo– no se limita a la comida.  El foco en el servicio también juega un rol fundamental. La idea de los socios es crear un ambiente donde el cliente se sienta siempre acogido y tranquilo. Benjamín explica esto con más detalle: “buscamos entregar una experiencia donde no se descuide ningún detalle. Que el cliente se sienta siempre como en su propia casa”. Además, agrega que “con los años la gente gana experiencia, pero acá hemos armado un equipo joven porque queremos moldearlos a nuestro estilo. Nos preocupamos de cómo visten, de cómo lucen y de cómo atienden. Queremos transmitir un ambiente relajado, pero donde no se rompa la formalidad”.

Nolia es el resultado de un largo camino recorrido en la gastronomía por Gonzalo Peñafiel, donde en un inicio pasó por un proceso de aprendizaje a punta de prueba y error. Esto –dice– ha sido clave para sus éxitos más recientes. “Imagínate todo lo que me he equivocado en el proceso. Nunca he tenido a nadie arriba que me enseñe cómo hacer las cosas, así que he aprendido a solucionar los problemas por mí mismo. Ya tengo bastante experiencia en gastronomía y conozco bien el negocio así que no tropiezo con las mismas piedras. Creo que hoy tengo una mirada macro del rubro gastronómico muy amplia y llego a Nolia con mi mente empresarial en su mejor momento”, revela Gonzalo.

Para el futuro de Nolia, la meta está clara: convertirse en un clásico. Gonzalo y Benjamín han desarrollado cada aspecto del local pensando en el largo plazo, esperando que el concepto de brunch familiar siga creciendo. Queremos ser un clásico. Toda nuestra propuesta está pensada para eso: desde los platos, la comida que ofrecemos y la forma en que diseñamos el local. Que Nolia sea un concepto clásico de brunch y que la gente se sienta como cuando va a comer a un club. Obviamente somos nuevos y nos falta tiempo para eso, pero ese es el objetivo”, cierra Gonzalo.

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