“El Club Naval fue fundado el 5 de abril de 1885 bajo la denominación de ‘Círculo Naval’, y nació gracias al impulso de visionarios marinos, como un centro que venía a suplir la necesidad de un permanente desarrollo científico-profesional, custodio de las tradiciones navales”, sostuvo Francisco Olea, quien ingresó a la Armada en 1978, su especialidad es Oficial de Abastecimiento, sirviendo a la institución durante 38 años, hasta que se hizo cargo de la gerencia general, donde lleva 7 años. “Hemos logrado atraer a los socios con eventos y actividades de distinta naturaleza y la presentación de diversos artistas, lo que ha tenido una muy buena aceptación. Innovamos la carta del restaurant y para eventos, gracias a nuestros eximios chefs. El 2020 cumplimos un sueño de años y logramos contar con una terraza, perfecta para disfrutar la vista y la coctelería en las alturas”, acotó.
Mientras recorremos las salas y los salones, las escaleras señoriales de mármol, nos detenemos a admirar el gran vitral del hall central y las delicadas lámparas antiguas, conforme a esto, el gerente va exponiendo más datos de la historia de este club. «Tener casa propia fue una preocupación prioritaria para el directorio en los inicios del siglo XIX, varias posibilidades fueron estudiadas hasta que el Almirante Neff dio cuenta de haber visitado la casa de la Marquesa de Cars, que se encontraba en obra gruesa, en la calle Condell esquina Calle Molina, en diagonal a la Plaza Victoria. Se refería a una construcción de estilo neobarroco de fines del siglo XIX, proyectada como residencia particular por la dama Teresa Edwards Mac Clure, esposa de Francois Marie Edmond de Pernesse Marqués de Cars. La familia emprendió su regreso a Europa por los anuncios de la primera guerra mundial y así este inmueble quedó disponible en obra gruesa.
No obstante, tuvieron que pasar cerca de 60 años antes que se transformara en el club actual, donde antes también estuvieron –a modo de arriendo temporal– los Almacenes Mac Nav, la Peluquería Putin y el restaurant Il Corso. La inauguración oficial del nuevo edificio que albergaría al Club, se realizó el 21 de mayo de 1918, esto explica por qué en 2018 también se celebraron los 100 años del edificio”.
“El Club Naval fue fundado el 5 de abril de 1885 bajo la denominación de ‘Círculo Naval’, y nació gracias al impulso de visionarios marinos, como un centro que venía a suplir la necesidad de un permanente desarrollo científico-profesional, custodio de las tradiciones navales”, sostuvo Francisco Olea.
Cabe mencionar que dicha propiedad fue construida en el terreno que ocupó anteriormente un conjunto de antiguas residencias con balcones, típicas de Valparaíso, en una de las cuales residió el Héroe Naval el Capitán de Fragata don Arturo Prat Chacón. “Por esta razón el salón principal lleva su nombre y luce retratos alusivos, maquetas de la Esmeralda y obras marinas originales del pintor Thomas Somerscales. Esta área, tal como otros salones del Club Naval, pueden ser arrendados, siempre y cuando sea patrocinado por un socio”, puntualizó el gerente general.
Destacan de entre las más de 18 alternativas, el Salón Carlos Condell con un hermoso busto de Condell y otra obra de Somerscales sobre el combate de Punta Gruesa; el Salón Almirante Latorre con un retrato y obras alusivas y el Salón de eventos Esmeralda y Covadonga, con capacidad para 350 personas ubicado en el sexto piso del edificio nuevo. En esta área se suelen organizar conciertos, como por ejemplo el de Gloria Simonetti, Los Cuatro Cuartos, Los Huasos Quincheros, el tributo al grupo ABBA, también los shows de Álvaro Salas y Felipe Izquierdo, entre otros, acompañados de una cena bailable.
Si bien en todos los salones –previa reserva– se pueden organizar almuerzos y reuniones vinculadas al servicio de alimentación, en el cuarto piso está el Comedor Principal Uribe y Serrano, que atiende con carta y menú diario hasta 130 personas.
Otro espacio especial es el Bar El Alesio, en el segundo piso, con una imponente barra de época y la exhibición de maquetas de diferentes unidades de la Armada Nacional, escudos y vitrales.
Cabe mencionar que dicha propiedad fue construida en el terreno que ocupó anteriormente un conjunto de antiguas residencias con balcones, típicas de Valparaíso, en una de las cuales residió el Héroe Naval el Capitán de Fragata don Arturo Prat Chacón.
n la ya mencionada nueva terraza del quinto piso, del edificio tradicional, se aprecia una hermosa vista a la Plaza Victoria, a la Catedral, al edificio de la Unión y Biblioteca Severín y cuenta con capacidad para 60 personas, que disfrutan de la música de los años 80, karaoke y variada coctelería, especialmente los Viernes de Terraza. Y para seguir celebrando, también está disponible el Bar Catalejo, que se encuentra ubicado en el Subterráneo, decorado como un bar irlandés, totalmente insonorizado debido a su ubicación.
El gerente mencionó algunos de los grandes eventos que se han realizado este año, “en marzo se hace una recepción a los Guardiamarinas, nuevos socios, que egresan de la Escuela Naval, con buffet distribuido en los 4 pisos. Asimismo, cada 21 de mayo se desarrolla la ya tradicional recepción de las Glorias Navales, a la que asisten alrededor de mil personas, los socios y sus acompañantes, evento en el que se ocupan todos los salones”.
RECETAS DE SIEMPRE Y NUEVA CARTA
Una pieza fundamental en el éxito de este centenario club es su cocina y el equipo de personas que en los fuegos y en el salón llevan muchos años atendiendo con profesionalismo y cariño a los socios y sus invitados. Roberto Fernández, es el chef que lleva más años ligado a la entidad, llegó en 1973 y ha visto cómo generaciones continúan prefiriendo disfrutar acá de cada receta. “En los 51 años que llevo siendo chef en el Club Naval he visto cuáles son aquellos platos que jamás pueden salir de carta. Por ejemplo, los Riñones al Jerez, riñones salteados, salpimentados, con salsa bechamel, jerez, arroz y papas carré. O la Escalopa Club Naval rellena con jamón y queso, papas salteadas, arroz y huevo frito; el Lomo a lo Pobre, las Calugas de Congrio, el Pisco Sour y de postre, la Torta de merengue lúcuma, Acaramelado de manzana o Celestino manjar”, el cocinero acotó una curiosidad y tradición que cada jueves se ofrece el Menú Naval, que incluye empanada de pino, cazuela de vacuno y mote con huesillos.
Una pieza fundamental en el éxito de este centenario club es su cocina y el equipo de personas que en los fuegos y en el salón llevan muchos años atendiendo con profesionalismo y cariño a los socios y sus invitados. Roberto Fernández, es el chef que lleva más años ligado a la entidad, llegó en 1973 y ha visto cómo generaciones continúan prefiriendo disfrutar acá de cada receta.
En diciembre del 2022 arribó al equipo el chef John Watson, quien estudió cocina en el Liceo Politécnico de Punta Arenas, pero hizo su práctica al otro extremo del país, en el Hotel Arica y estudió cocina profesional en Inacap Arica, cambios que se daban debido a que su padre era marino. Años después hizo una práctica en el Hotel Plaza San Francisco de Santiago, volvió a trabajar en el Hotel Arica, ya como chef ejecutivo. Se trasladó a la Región de Valparaíso y pasó algunas temporadas en los restaurantes Racconto en San Felipe y Jaiba y Cordero en Cerro Alegre. Partió al sur otra vez, donde fue el chef ejecutivo del Hotel Cabo de Hornos en Punta Arenas hasta 2018. Fue un tiempo chef técnico para las empresas que concesionaba Junaeb y posteriormente se convirtió en chef ejecutivo Club Naval de Valparaíso. “Se dio una rica complicidad con el chef Roberto Fernández, por tanto, ha sido muy grato trabajar en equipo para sumar algo de innovación”, mencionó el chef. Entre los cambios está la incorporación del método de cocción en sousvide, nueva vajilla que se suma a la loza institucional e innovación en la presentación y montaje de algunas recetas. “Se me ocurrió, como valor agregado, poner nombres a los platos que tuvieran relación directa con la marina”. Es así como hay Asado de Tira Palamenta (conjunto de remos de una embarcación), Costillar Brulote (embarcación menor llena de material combustible e inflamable que se dirigía contra los buques enemigos para incendiarlos al estar fondeados) o el Garrón de Cordero Surazo (ventarrón del sur).
John Watson describió algunas de las preparaciones como el Crudo de Filete, acompañado de cebolla picada, perejil, alcaparras, lactonesa de ajo y galletas tostadas. De fondo, Salmón Patrullero (buque de tonelaje menor destinado a la vigilancia de pasos, canales, mar territorial, mar patrimonial y zonas donde se preserva el patrimonio nacional), con salmón a la plancha, ostiones y pesto de perejil sobre guiso de porotos negros. O la Merluza Pleamar (estado de la marea al alcanzar su máxima altura) con merluza austral, bañada en salsa de coco, curry, tomates y camarones sobre cebollas apanadas y gratín de brócoli. De postre, el Brownie casero con helado de pistacho y salsa de mango.
Si bien existe carta, en el caso de matrimonios religiosos y civiles y otras celebraciones el Club Naval ofrece toda la coctelería y banquetería a solicitud de los organizadores, a lo cual –indicó el gerente general Francisco Olea– se suma iluminación, musicalización, decoración, etc.
También en el área culinaria, todos resaltaron algunas experiencias nuevas que han sido un éxito. “Nos han acompañado algunos chefs invitados como Sebastián Romero que dictó un taller de chocolatería fina para los socios y el chef Alonso Barraza, con un taller de parrillas”.
Finalmente, el gerente general mencionó que el Club es un fiel heredero de las tradiciones navales desde su origen y que anualmente continúa recibiendo generaciones de socios y organizando actividades que alegran el espíritu y se engalanan con la belleza señorial del inmueble que los acoge.
Club Naval de Valparaíso
Condell 1586, ValparaísoHorario: lunes a domingo de 10:30 a 15:30 hrs. y cenas previa reserva
Teléfono: 32 225 5227
Instagram (@clubnavalvalparaíso):
https://www.instagram.com/clubnavalvalparaiso/
Web: http://www.clubnaval.cl/