Sabor e Inocuidad: Objetivos de la gastronomía

Sabor e Inocuidad: Objetivos de la gastronomía

Asesor y Consultor Gastronómico.
Profesor de Gastronomía Científica.
Miembro de Science&Cooking World Congress
Miembro de L’Académie Culinaire de France.
@soycienciaycocina

El mundo gastronómico es un fascinante escenario donde los sentidos se entrelazan en un conjunto de sabores, aromas y texturas. Sin embargo, este deleite sensorial va más allá de la mera experiencia gustativa; implica una responsabilidad crucial para los actores del rubro, especialmente para los cocineros: el respeto al sabor e inocuidad de los alimentos. Veremos como reflexionar la preservacion estas cualidades en la gastronomía, no solo como un asunto de placer, sino como un imperativo ético y de salud pública.

En primer lugar, el sabor auténtico y puro de los alimentos es un pilar fundamental en lo culinario. Cada ingrediente posee características únicas que, en manos de un chef con experiencia, pueden desencadenar una explosión de sabores en el paladar. La diversidad culinaria, a menudo arraigada en tradiciones ancestrales, se ve amenazada cuando se compromete la esencia en si de los ingredientes. Si bien algo delicioso puede ser subjetivo, es parte del entrenamiento del cocinero el saber cómo obtener lo mejor del producto, a través de técnicas, procesos y sazones. Preservar la integridad del sabor implica un compromiso con la calidad y la autenticidad, contribuyendo así a la riqueza cultural del patrimonio gastronómico.

Además de su dimensión cultural, el respeto al sabor tiene ramificaciones éticas. Los consumidores confían en que restaurantes y locales de comida les ofrezcan alimentos que respeten su origen y calidad. La transparencia en la cadena de suministro y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles son elementos cruciales para mantener esa confianza (y demandado por los clientes). Al elegir buenos ingredientes y promover prácticas respetuosas con el medio ambiente, los profesionales de la gastronomía contribuyen no solo a la salud de los consumidores, sino también al respeto del planeta.

Pero si bien en general, los clientes buscan deliciosos sabores al momento de elegir donde comer, también impera el tema de seguridad o inocuidad alimentaria. Por el simple hecho que los humanos no somos tan masoquistas para querer comer algo y desear una intoxicación… he aquí el equilibrio importante

La inocuidad de los alimentos y preparaciones se define como el conjunto de condiciones y medidas necesarias durante producción, manipulación, almacenamiento y distribución de estos, así una vez consumidos, no serán un riesgo para la salud. Por consiguiente, es un requisito no negociable en la gastronomía moderna (nos preocupa mucho hoy en día). El cuidado por la seguridad alimentaria se ha intensificado en un mundo donde la globalización facilita el intercambio de productos, pero también los riesgos asociados. Los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos pueden tener consecuencias devastadoras tanto para la salud pública como para la reputación de los establecimientos. Solo basta una intoxicación para arruinar una industria alimentaria o la reputación de un restaurant. Garantizar la inocuidad implica la implementación rigurosa de normas de higiene, la adecuada manipulación de ingredientes y el seguimiento de prácticas seguras de preparación. Los chefs y propietarios de restaurantes no solo tienen la responsabilidad de ofrecer experiencias culinarias memorables, sino también de salvaguardar la salud de quienes confían en su pericia culinaria. Estas cartas de presentación son cruciales de demostrar, sobre todo que como humanidad venimos saliendo de una pandemia; por lo que aprendimos y valoramos el lavado de manos y desinfecciones rigurosas. Ese es uno de los motivos por el cual defiendo las universidades o lugares académicos donde se enseña la carrera de gastronomía, además de buen sabor y técnica, son estrictos en la manipulación y procesos de higiene.

Por ende, el respeto al sabor e inocuidad de los alimentos en el rubro gastronómico va más allá de una búsqueda hedonista de placer sensorial. Es un compromiso con la autenticidad, la ética y la salud pública. Sabrosas preparaciones de alimentos y garantizar su inocuidad no solo enriquece la experiencia gastronómica, sino que también contribuye a la preservación de la diversidad cultural y protege la salud de los comensales. En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la alimentación, el respeto por estos aspectos se erige como un pilar esencial para la sostenibilidad y la excelencia en el ámbito culinario.